En 1925, con la experiencia obtenida en la Guerra del Rif, el comandante
Víctor Landesa dirigió un grupo de militares para desarrollar un carro
de combate autóctono, el primero de la historia de España. Se basaron
inicialmente en el Renault FT, aunque la intención principal era mejorar
sus prestaciones. El único prototipo dio muy buenas sensaciones al
ejército; de hecho, las pruebas realizadas en Carabanchel dieron
resultados más que satisfactorios. El ingenio fue presentado en la Feria
de Muestras de Gijón de 1925. Acabó desmantelado en la Fábrica de
Trubia (donde fue construido), pero su diseño sentó la base de futuros
tanques.
(En el libro figura una foto del prototipo, pero no la
subo de momento debido a los posibles derechos de autor. Si alguien me
asegura que no hay ningún problema, publicaré entonces la imagen).
El armamento consistía en dos ametralladoras de 7 mm que giraban independientemente en una torre seccionada en dos partes. El motor era un Hispano-Suiza 40/50, cuyo potencia no excedía de los 50 caballos. El blindaje lo componían planchas de acero al cromo-níquel, de un grosor de 18 mm.
Artículo creado por Martillo
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