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jueves, 5 de octubre de 2017

Opinión Personal Sobre el KV-1

La necesidad de crear un carro de combate pesado capaz de aguantar un gran castigo para facilitar que otros vehículos más ligeros pudieran aprovechar la distracción y apoyar con fuego cruzado, llevó a la creación del KV-1 por parte del Ejército Rojo. Para 1940-1941, el KV-1 poseía una buena potencia de fuego y un buen blindaje, pero una movilidad nefasta. La poca experiencia soviética en proyectos de 45 toneladas, junto con unas cajas de cambio y transmisiones de baja calidad propiciaron que este vehículo fuera una fuente de problemas mecánicos y que tuviera una movilidad insuficiente.

Otro problema que tuvo el KV-1 fue la comparativa con el T-34. Ambos portaban un cañón similar, incluso inferior hasta las versiones que montaban el ZiS-5, idéntico en potencia de fuego al F-34. Aparte de las deficiencias mecánicas fruto de la inexperiencia, el KV-1 nació limitado en su diseño. Los ingenieros soviéticos no previeron un anillo de la torre más grande para poder alojar un cañón más potente, por lo que con el paso del tiempo valió más la pena sustituir la serie KV por la serie IS.

Considero, desde mi punto de vista personal, un error llamar nefasto al KV-1, pero tampoco estoy de acuerdo con el triunfismo de los que apelan a que el KV-1 provocó retrasos en los avances alemanes y por lo tanto cumplió su papel, lo cual no es cierto en cuanto a que ese no fue su cometido inicial, sino una adaptación a las circunstancias.

El concepto del KV-1 era acertado para la época, pero faltaba madurez en algunos aspectos. Estoy convencido de que si los soviéticos hubieran tenido unas cajas de cambio más adecuadas (mayor durabilidad, de mayor número de marchas y con menos problemas en los engranajes), una transmisión más eficiente (menor pérdida de potencia), cadenas de mayor durabilidad (menos roturas debido al peso) y unos carristas mejor entrenados, entonces podríamos haber hablado de un vehículo superior al T-34 hasta mediados-finales de 1942. Recordemos que el blindaje deja de ser importante a partir de la masificación de los cañones largos de 75mm alemanes y fue a mediados de 1942 cuando empezaron a verse con mayor frecuencia. Mientras tanto, sólo los cañones de 50mm usados con munición subcalibrada eran capaces de enfrentarse con ciertas garantías a los carros soviéticos T-34 o KV-1.

Habrá quien diga que esto no podía ser por el limitado cañón, pero en realidad hasta 1943, los cañones soviéticos de 76,2mm eran más que suficientes para lidiar con cualquier vehículo alemán de la época salvo los escasos Tigers I. El problema es que no hubo previsión de montar un cañón más grande en el futuro y las políticas de producir más sin control provocaron que las correcciones no llegaran a tiempo, pues hay que recordar que el KV-1 llegó a portar un 85mm en el denominado KV-85, que era un KV-1S con la torreta modificado y diferente cañón. Se llegó incluso a probar a montar un 122mm, pero con los carros IS en producción, ya no eran necesarios.

El inmovilismo y falta de avances fueron dados por varias causas, desde la desesperación por producir y suplir las pérdidas fabricando equipos nuevos, hasta la idea de que no hacía falta vehículos nuevos o grandes mejoras al poder combatir a los enemigos con lo que había. Esto provocó que el KV-1 tardara en ser rearmado y cuando lo hizo, ya fue tarde, porque había un sustituto.

El KV-2 fue la única variante de producción de la serie KV, quitando vehículos de mando o lanzallamas. La idea de que Alemania contaba con carros de combate superpesados propició la creación de experimentos más pesados o mejor armados que el KV-1 original. Se probaron cañones de 107mm, tanto como cañones de campaña como un montaje que se hizo sobre un KV-2. El descubrimiento de que los vehículos alemanes estaban débilmente protegidos desestimó la idea de continuar los experimentos con estos cañones.

Hubo variantes más pesadas con mayor blindaje, como el KV-3, T-220 o el T-150. Todos fracasaron debido a su escasa movilidad. Lo más interesante de las evoluciones del KV fue el KV-220 o T-220 que era un KV-1 con una torreta modificada y un cañón F-30 de 85mm. Al igual que se ha reseñado anteriormente, la falta de blindaje de los vehículos alemanes provocó que no fuera necesario montar un cañón más potente y sólo para 1943 se produjeron los KV-85 que variaban mucho en el diseño de la torreta frente al KV-220 gracias a montar un 85mm más compacto y la torreta del IS-85.

Para concluir, el fracaso del KV-1 vino dado por la imposibilidad de darle una movilidad adecuada a la vez que conservara su blindaje y también a la falta de previsión para poder evolucionarlo. Estos defectos que no pudieron ser corregidos lo pusieron en desventaja frente al T-34 y cuando ya parte del problema estaba corregido, el IS-2 lo sustituyó en las cadenas de montaje.

Artículo creado por ACB, el Mutie

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