Índice
1 La Historia de unos Valientes en sus Locos Cacharros
Se podría afirmar sin demasiado temor a equivocarse que si alguno de nosotros tuviese que nombrar una serie de vehículos militares que considerásemos icono de un conflicto como fue el de la segunda guerra mundial, la mayoría de nosotros mencionaríamos entre ellos a los semiorugas y a los cazatanques. Ambos comparten el hecho de que nacieron o se desarrollaron poco antes del conflicto y desaparecieron prácticamente con el mismo, más allá de algún desarrollo posterior casi anecdótico. Dentro de ambos tipos los inconfundibles semiorugas alemanes, con sus múltiples modelos y variantes, y los también alemanes cazatanques, con su inconfundible perfil sin torreta, representan a su vez icono y estereotipo de la guerra mecanizada durante la segunda guerra mundial.
Debe de ser por ello el que desde chaval siempre me han llamado la atención ambos tipos de vehículos y es por ello también que con estas líneas doy por empezado un nuevo hilo/artículo en el que voy a intentar desgranar con mayor o menor fortuna la historia de los Panzerjäger alemanes en el sentido más amplio posible, comenzando con una breve reseña acerca de su origen, organización y desarrollo y continuando por la descripción lo más detallada posible de cada uno de sus vehículos cazatanques. Es una historia relativamente corta en el tiempo pero compleja, con muchos modelos y conceptos distintos por lo que me llevará un tiempo, algo siempre escaso, completarla toda, pero no tenemos prisa. La bibliografía en castellano sobre estos vehículos es casi anecdótica, aunque en el caso de algunos modelos también en otros idiomas, pero pese a ello confío en que quede lo más completa posible y nos sirva como siempre para que todos, yo el primero, aprendamos algo más de lo que sabíamos previamente.
Tomaremos como válida, o al menos como aceptable de cara a entendernos, la separación oficiosa que distintos autores vienen haciendo de los vehículos cazatanques entre los de primera generación o Panzerjäger (en los que integramos los Geschützwagen para no liarlo demasiado), y los de segunda o Jagdpanzer. De esta forma consideraremos a los primeros como todos aquellos vehículos que son producto del montaje más o menos precario de una pieza antitanque sobre la barcaza de un blindado obsoleto y/o capturado (con las correspondientes excepciones, que las hay), dotado de un blindaje ligero, sin techo y por tanto con su tripulación sólo ligeramente protegida. Los segundos serán todos aquellos que, partiendo la mayoría de chasis de modelos de tanques en fabricación en ese momento y no necesariamente obsoletos (aunque también), presentan en cambio un mayor compromiso de diseño con la protección del vehículo y su tripulación, encontrándose por lo tanto dotados con una superestructura diseñada ex profeso a tal fin y naturalmente con mayores espesores de blindaje, fruto de la experiencia adquirida con los cañones de asalto.
Para ser un arma que alcanzó en Alemania unas cifras de producción más que respetables durante la segunda guerra mundial y pese a unos inicios en la década de los treinta –y que después detallaremos- más que alentadores, lo cierto es que el conflicto mundial comenzó sin tener las filas de la Wehrmacht más que una presencia testimonial de vehículos cazatanques, ninguno de ellos diseñado como tal desde un principio.
Si observamos las gráficas de abajo veremos la evolución de las cifras de fabricación de los dos tipos principales de cazatanques durante el conflicto, y como desde 1942 en que alcanzaron su máximo de producción, los Jagdpanzer fueron sustituyendo progresivamente a los Panzerjäger en las líneas de producción. Es fundamentalmente achacable a la creciente amenaza blindada soviética y a la también creciente obsolescencia de los primeros ante la cada vez mayor profusión de armas antitanque en el campo de batalla de la segunda mitad de la guerra, que no permitía la permanencia en primera línea de vehículos con tan ligero blindaje como eran estos (1) .
Como colofón a este prólogo gráfico, creo interesante y útil de cara a
situar relativamente en el tiempo la producción de los distintos tipos
de cazatanques durante el conflicto. Para ello en la gráfica superior y
en el grupo más próximo podemos ver a los vehículos Panzerjäger
organizados en filas, pero no por modelos sino por tipo de armamento,
independientemente de la barcaza sobre la que se montó este.
Aislado entre este primer grupo y el siguiente dejo solo al Ferdinand, como representante de un cambio evolutivo entre unos y otros - entre los Panzerjäger y los Jagdpanzer – y por resultar ciertamente un vehículo único y de difícil encaje en cualquiera de ambos tipos principales.
En el grupo más alejado vemos a los Jagdpanzer y la gran importancia relativa alcanzada en la producción total de los distintos modelos de StuG, siempre variantes de cañón largo, como ya he mencionado más arriba.
2 Un Preámbulo Necesario
Tal y como sostiene Corum, la primera guerra mundial constituyó el periodo histórico de más rápida evolución tecnológica de la historia de la humanidad (2) pese a la fama que sin embargo tiene generalmente la segunda guerra mundial en ese sentido, entre otras cosas debido a que desembocó en el nacimiento de la bomba atómica, hecho que no debe ocultar o enmascarar el mucho mayor ritmo de desarrollo y cambio tecnológico del primero de ambos conflictos. Las tácticas, organización y armamento de las unidades de infantería americanas, británicas, alemanas y soviéticas no sufrieron cambios bruscos entre 1939 y 1945 mientras que las distintas unidades de estas mismas naciones en 1918, difícilmente recordaban a las de 1914. Muchos aviones de 1939 (por ejemplo, el Me-109 o el Spitfire) seguían en servicio en 1945, obviamente modernizados. Incluso armas muy avanzadas como el radar fueron desarrolladas y modificadas desde modelos o prototipos de preguerra de todas ellas.
Los soldados en 1918 sin embargo, llevaban cascos de acero, mascaras de gas y armas no soñadas en 1914, como el subfusil, el lanzallamas, el fusil antitanque y el gas venenoso. Los soldados británicos y franceses efectuarían sus mayores avances en 1918 detrás de una ola de tanques y un nuevo concepto de la guerra. La mayor creación o innovación tecnológica aliada, el tanque, hizo más que ninguna otra arma para inclinar la balanza del poder hacia los aliados, con su aun primitiva combinación de potencia de fuego y movilidad. El fallo del ejército alemán al no considerar al tanque como el arma principal que después fue, se demostró como su mayor fallo tecnológico más aún habida cuenta de la, en el fondo, sencilla combinación de tecnología preexistente que hizo falta para crear un arma con tanto potencial. El tractor de cadenas había tenido un amplio uso comercial ya antes de la guerra, y en 1914 los principales contendientes habían estado utilizando tractores Holt como cabezas tractoras para piezas de artillería de modo que les aportaran una mayor movilidad campo a través a sus respectivas baterías.
Como comparación es importante destacar que los franceses habían producido durante el conflicto un total de 3.900 (3.600 Renault FT-17) mientras que los británicos produjeron algo más de 2.600 tanques, desde el Mark I al V. Un total entre ambos aliados de algo más de 6.500 tanques producidos contra unos paupérrimos 20 vehículos alemanes.
Es lógico por tanto que muchos oficiales alemanes después de la guerra consideraran al tanque como uno de los principales factores de la victoria aliada sea esto último cierto o no. El General Hermann von Kuhl (3) (autor en 1929 de “Der Weltkrieg 1914–1918. Dem deutschen Volke dargestellt”) junto con Hans Delbrück (4), intentó ante el Reichstag en sus informes de posguerra acerca de los fallos de 1918, defender a Ludendorff y sus políticas, pero aún así tuvo que admitir que, para 1918, el tanque se había convertido en un arma decisiva. El General von Kuhl intentó descargar parte de la responsabilidad de la escasa producción de tanques alemana durante la guerra en un supuesto fallo de la industria alemana en diseñarlos y producirlos, pese a los supuestos requerimientos del alto mando alemán en ese sentido. Pero lo alegado por von Kuhl no podía ocultar el hecho de que los aliados habían comenzado a trabajar con la idea del tanque dos años antes que los alemanes y el no menos importante hecho de que la baja producción y el lento desarrollo del equivalente programa alemán habían sido consecuencia inevitable de la baja prioridad industrial concedida a dicho programa (5) por el alto mando.
El británico Fuller aseguró posteriormente a la guerra que si para la ofensiva alemana de la primavera de 1918, estos hubieran cesado la producción de cañones y en su lugar hubieran fabricado tractores sobre cadenas, el resultado final de la guerra habría cambiado:
“By the end of march 1918 the German attack “petered out” for want of supplies…..had the Germans possessed on march 21 and may 27, 5.000 to 6.000 efficient cross-country tractors, each of which carried five tons of supplies, all the hosts of brave men which the United States of America could have poured into France, could not have prevented a separation of the British and French Armies from being effected”. (6)
Las críticas más duras vinieron sin embargo desde dentro del propio ejército alemán. El Coronel Kurt Thorbeck en abril de 1920 en su artículo “Las lecciones tácticas y técnicas de la guerra” (“Die Technische und Taktische Lehere des Krieges”) plasmaba la conclusión de que el Estado Mayor General alemán no había sabido reconocer las demandas materiales de una guerra mundial y por tanto no se había preparado adecuadamente para la guerra; lo definió como "falta de familiaridad tecnológica"(7).
Según Thorbeck defendía no se habían estudiado adecuadamente, entre otras cosas, los efectos de la ametralladora ni del rifle con cargador (fusiles con vainas de cinco y hasta diez cartuchos, que hacían el tiro del fusilero mucho más rápido) mientras el Estado Mayor General había llenado a sus oficiales de estudios de táctica pero descuidando su formación tecnológica por lo que, una vez que la guerra comenzó, no había oficiales en el alto mando tecnológicamente formados para representar a la infantería que se encontraba combatiendo en el campo de batalla. Thorbeck fue probablemente muy drástico o radical al afirmar que la indiferencia o despreocupación del ejército - entiéndase alto mando - por la tecnología habían provocado la derrota en la guerra. Pero era intención de los nuevos responsables del ejército alemán que esto no volviera a suceder.
Los alemanes habían reforzado durante la guerra su confianza en las tácticas flexibles y móviles tanto en la ofensiva como en la defensa, así como en su eficaz sistema de entrenamiento. Pero más importante aun, las lecciones negativas aprendidas y consideradas como tal - los fallos estratégicos del Alto Mando y la superioridad tecnológica alcanzada por los aliados en el campo de batalla - no caerían en tierra estéril sino que darían lugar a una de las mayores reformas de la educación y cultura militar alemanas bajo la batuta del General Hans von Seeckt, la figura dominante del ejército alemán de posguerra y primer jefe del Truppenamt (oficioso Estado Mayor General) en 1919 y posteriormente, desde marzo de 1920 hasta 1926, comandante en jefe (Chef der Heeresleitung) del Reichswehr. De tener que nombrar a un hacedor o principal responsable del ejército que marchó al interior de Polonia en 1939 y de Francia en 1940, lo cierto es que este fue más una creación de von Seeckt que de cualquier otro(8) .
Inmediatamente después de la primera guerra mundial, el ejército alemán, dirigido por von Seeckt, instituyó un estudio masivo de las lecciones de la guerra de cara a desarrollar una nueva doctrina operacional para el ejército y la fuerza aérea. En el período de 1919-1921, quinientos oficiales alemanes - comandantes, oficiales de Estado Mayor General y técnicos expertos - se pusieron a trabajar en los hasta 57 distintos comités y subcomités creados ad hoc, analizando todos los aspectos de las operaciones de la pasada guerra, desde las operaciones en montaña a las de tanques; desde las de bombardeo hasta las de defensa aérea. Como reconocía el propio von Seeckt:
“Es absolutamente necesario sacar a plena luz las experiencias de combate y recogerlas mientras las impresiones adquiridas en el campo de batalla sean todavía recientes y un gran porcentaje de los oficiales experimentados estén todavía en posiciones de liderazgo”.
En 1921 los quinientos oficiales habían completado un estudio en profundidad de las lecciones derivadas de la guerra, del cual a su vez surgió la doctrina operacional alemana de la siguiente década. El texto, publicado en dos partes, en 1921 y 1923, fue conocido como Führung und Gefecht der verbundenen Waffen (Heeresdienstvorschrift 487) -comúnmente abreviado como "Das FuG"- (Liderazgo y Batalla de Armas Combinadas).(9)
Según afirma Habeck (10) el más sorprendente aspecto de las conclusiones a las que se llegaba era lo poco que las experiencias de la guerra habían modificado la comprensión fundamental de lo que para el ejército alemán constituía la forma correcta de combatir. De un modo significativo llegaron a la conclusión de que no había nada equivocado en la doctrina alemana; había sido únicamente la especial naturaleza del frente occidental, la fuerza combinada de los aliados y ciertos errores claves de los líderes militares alemanes lo que les había conducido a la derrota.
3 El Embrión
A la firma del Tratado de Versalles, en junio de 1919, sucedieron unos meses de confusión en el seno del ejército alemán. De los aproximadamente 350.000 hombres que aun le quedaban en el momento de la firma del Tratado, como una sombra de lo que fue el ejército imperial de 1913 (aprox. 800.000 hombres), todavía sobraban más de dos tercios de los de 1919 hasta llegar a los 100.000 hombres que como máximo quedaban autorizados por el mismo para la fecha tope, fijada en enero de 1921. Además de lo anterior, el Tratado prohibió a los alemanes la fabricación e importación de tanques, vehículos blindados, cañones antiaéreos, antitanque y artillería pesada, además de aviones de combate. La artillería quedaba limitada a no más de 204 cañones de 77 mm, 84 de 105 mm, así como a 252 morteros.
En resumen, el Reichwehr de posguerra estaría formado por un total de siete divisiones de infantería y tres de caballería, con un máximo de 4.000 oficiales; una sombra del pasado, apenas una guardia fronteriza frente a las cuarenta y nueve divisiones francesas, treinta polacas y veinte checas de aquel momento. Es fácil de comprender el extendido sentimiento de indefensión de la hasta entonces principal potencia militar y económica de Europa continental, y es fácil también entender la convulsa administración de la joven república alemana, que en sus catorce años de vida tuvo hasta veintiún gobiernos y trece cancilleres distintos.
Cuando von Seeckt disolvió el Estado Mayor General, como consecuencia de las disposiciones del Tratado, conservó no obstante su núcleo principal, la Sección de Operaciones, dentro del Truppenamt (oficioso Estado Mayor) mientras que otras secciones se repartían por distintos departamentos gubernamentales ajenos al de Defensa.
Veamos resumidamente la estructura básica del alto mando:
Oficinas subordinadas al Alto mando del ejército o Heeresleitung:
1. Allgemeine Truppenamt.
2. Allgemeine Heeresamt.
3. Heerespersonalamt.
4. Heereswaffenamt.
El núcleo del Truppenamt se dividía en cuatro secciones - de la T1 a la T4 – que eran básica y respectivamente: operaciones, organización, inteligencia y entrenamiento.
Haciendo hincapié en la parte que nos interesa para el desarrollo de este tema, además del Truppenamt podemos comprobar la existencia de la Oficina de armas, conocida en un principio como Reichwaffenamt (RWA) pero que a partir del 5 de Mayo de 1922 pasó a denominarse Heereswaffenamt (HWA). El HWA tenía como jefe a un general del mismo rango que el jefe del Truppenamt, y aproximadamente tanto personal como este (a mediados de los años veinte empleaba a 64 oficiales además de otros 21 encargados de las pruebas o test de los nuevos equipos).
En el mismo campo, además del HWA, se encontraba el inspectorado para el desarrollo de armamento. Era el deber de los servicios de inspección desarrollar ideas, doctrina y programas de capacitación para nuevos equipos, así como solicitudes de investigación y especificaciones de nuevas armas. Sólo apuntar, sin entrar en mayor detalle, que había hasta nueve diferentes ramas o especialidades dentro del inspectorado.
La responsabilidad para el desarrollo de armas y equipo recaía directamente en las manos del jefe del Waffenamt quien informaba directamente al comandante en jefe del ejército y al Ministro de Defensa.
El ejército alemán había establecido de esta manera un controlado, pero a la vez intrincado, sistema de desarrollo de armamento que englobaba principalmente además de al Truppenamt y en lo que concierne al desarrollo de vehículos blindados, por un lado al Inspecktorat 6 (In.6) y su sección dentro de la oficina de armas del ejército (HWA), el Waffenpruefwesen 6 (Wa.Prw.6) y por otro a los contratistas civiles.
In.6 era el responsable de elaborar los requerimientos de rendimiento que debían alcanzar los diseños y los aprobaba finalmente de cara al comienzo de su producción en serie.
Wa.Prw.6 controlaba el desarrollo de los proyectos y adjudicaba los distintos contratos de desarrollo y fabricación.
4 El Tratado de Versalles como límite
El obligado cumplimiento por parte de Alemania de las disposiciones del Tratado era competencia de la “Military Inter-Allied Commission of Control” (también conocida como IAMCC o CMIC en su versión francesa) con delegación en el mismo Berlín y un militar francés, el General Charles Marie Edouard Mollet, a la cabeza como responsable principal del comprometido desarme militar alemán. Tanto este como el británico Brigadier-General John Hartman Morgan, cabeza de una de las subcomisiones del IAMCC, representaban a la línea más dura de la Comisión y, particularmente este último, nunca creyó en las intenciones alemanas de permanecer dentro de los términos del Tratado.(11) El espíritu alemán, su moral, no era acorde a lo firmado por los representantes alemanes en el Tratado y para desconcierto del General Mollet, su espíritu permanecía beligerante. Tal vez este extracto de un artículo publicado en marzo de 1942 por Gustav Krupp von Bohlen, propietario de la mítica compañía Krupp refleja de forma adecuada este espíritu dominante por aquel entonces:
“At that time (1919) the situation appeared almost hopeless. At first, it appeared even more desperate if one was not - as I was myself - firmly convinced that 'Versailles' did not mean a final conclusion. Everything within me - as within many other Germans - revolted against the idea that the German people would remain enslaved forever. (.…) The machines were destroyed, the tools were smashed, but the men remained; the men in the construction offices and the workshops who in happy cooperation had brought the construction of guns to its last perfection. Their skill had to be maintained by all means, also their vast funds of knowledge and experience. The decisions I had to make at that time were perhaps the most difficult ones in my life. I wanted and had to maintain Krupp, in spite of all opposition, as an armament plan - although for the distant future."(12)
Desde el día en que el Tratado entró en vigor, se podría decir que formó parte de la política nacional, y por supuesto de la del Reichwehr, el intentar esquivar y violar las disposiciones del mismo y continuar por tanto subrepticiamente el desarrollo de armas y equipos militares modernos. Una de las mejores formas de esquivar dichas disposiciones y al IAMCC, al menos por parte de las empresas de fabricación de armamento alemanas, era estableciendo filiales y/o comprando otras compañías en el extranjero, en donde continuarían sus trabajos de desarrollo y/o fabricación de nuevos equipos. Como ejemplo podemos ver que este fue el caso tanto de la mencionada Krupp con la compañía sueca Bofors, de la cual tomó el control en 1921, como de la Rheinmetall Borsig que adquirió en 1929 la compañía suiza Solothurn Waffenfabrik AG en donde fabricó desde subfusiles hasta fusiles antitanque. Debido a que la empresa Solothurn no tenía capacidad para la producción en masa, la Rheinmetall decidió trasladar parte de la producción a la empresa austriaca Waffenfabrik Steyr. Las armas fabricadas por la Steyr eran vendidas al mercado civil y militar a través de la empresa Steyr-Solothurn Waffen AG, con sede en Zúrich (Suiza).
5 Evolución y Desarrollo: La Doctrina de Uso de las Fuerzas Antitanque
La guerra posicional de la I Guerra Mundial simplificó en cierto modo el mando y el control de los distintos ejércitos pero remarcó el problema de la movilidad operacional. Las lecciones de la Gran Guerra enseñaron a los alemanes que los ejércitos se habían vuelto tan grandes que habían perdido su capacidad de maniobra, al menos sin vincular la misma de forma significativa a la infraestructura preexistente del ferrocarril. Las comunicaciones en aquel momento se basaban en el telégrafo y el teléfono, lo que dificultaba aún más el control de grupos dispersos.
Control en un ejército significa no sólo la capacidad de difundir órdenes, sino también de reunir y distribuir la información y, lo que es más importante, la capacidad de sincronizar y coordinar diferentes ataques para lograr un estado final operativo integrado. En lugar de una guerra estática de trincheras, alambre de espino y puntos de fuego fijo, la futura guerra iba a ser protagonizada por tanques y vehículos blindados, de gran movilidad. Los problemas técnicos de la maniobra operacional fueron resueltos en principio por la creciente motorización y la tecnología de radio. Pero estaba claro que había que adaptar el resto de armas a una guerra de maniobra.
Ya hemos visto como las experiencias alemanas de la Primera Guerra Mundial con los tanques aliados habían dejado un poso de preocupación en el alto mando y respetados autores de posguerra como Fritz Heigl o Ernst Volckheim también hicieron hincapié en el asunto.
Un artículo de Ernst Volckheim titulado “Tanques y Defensa Antitanque” (Der Kampfwagen und Abwehr dagegen) publicado en 1925, postulaba claramente al tanque como principal arma antitanque, declarando que esta tenía que ser su principal misión. Contradecía de esta manera la doctrina establecida en Das FuG (R. E. 487) al argumentar a favor de un uso defensivo de los tanques. La brigada o el regimiento situados a la defensiva deberían de mantener sus tanques en reserva de cara a un posible contraataque contra los tanques y tropas enemigas que hubieran sido capaces de penetrar las posiciones defensivas propias. En 1924 había postulado por una defensa contra los tanques enemigos que hacía hincapié en los puestos avanzados y las tropas de reconocimiento bien adelantadas en la línea del frente, estableciendo puntos fuertes con cañones de campo y morteros de trinchera, en modo de fuego directo, a lo largo de las esperadas vías de aproximación de los tanques enemigos manteniendo los tanques propios en la reserva al modo descrito anteriormente. Según afirmaba Volckheim, el cañón de campo(20) era una excelente arma antitanque y por tanto la artillería debería destacar secciones de los mismos, camuflándolos cuidadosamente y permitiendo su uso únicamente para misiones de apoyo de fuego directo, de modo que no fueran detectados previamente y anulados por fuego de contrabatería(21) . Reemplacemos los cañones de campo y los morteros de trinchera, que postulaba Volckheim en 1924, con cañones antitanque y tendremos el embrión de las extremadamente eficaces tácticas antitanque alemanas de la segunda guerra mundial.
Un poco más adelante en el tiempo, ya en 1929, vemos como uno de los libros de texto utilizados en la mencionada escuela de Kama, (en realidad un compendio de las doctrinas tácticas utilizadas por el Reichwehr a finales de los años veinte) escrito por el Major Siebert, “Atlas to Leadership and Battle” (Atlas zu F.u.G.I.: Ein Anschauungs-Lehrbuch) establecía que cuando en una guerra móvil el ejército se mantuviese a la defensiva, las unidades de tanques apoyadas por infantería y artillería se mantuviesen en reserva como posible fuerza de contragolpe. Los tanques eran pues de nuevo contemplados como un importante arma antitanque, aunque sin embargo en una conferencia celebrada a finales de los años veinte, el ministro Wilhelm Groener (Reichswehrministerium) ya hablaba de la necesidad de desarrollar cañones antitanques más potentes (mayores de 47 mm), de la motorización de las unidades antitanques y del desarrollo de armas automáticas de calibres entre 13 y 20 mm.
En términos de doctrina defensiva alemana, el problema del tanque planteaba dos preguntas distintas. En primer lugar, ¿cómo podrían las defensas alemanas resistir contra el ataque de tanques y/o tanques e infantería enemigas? En segundo lugar, ¿cuál era el mejor uso defensivo de las nuevas unidades de tanques alemanas?. Los alemanes enmarcaron las respuestas a ambas preguntas dentro del esquema de la – así denominada - Defensa Elástica.
Ludwig Beck, en su Truppenführung (liderazgo de tropas) de 1933 consideraba las medidas de defensa antitanque como secundarias frente al problema central de detener los ataques de la infantería enemiga apoyada por la artillería. De acuerdo con los nuevos manuales de campo alemán, y según establecía previamente en un informe de 1932 Oswald Lutz (Inspector de las tropas motorizadas en 1931), la clave para derrotar los ataques de las fuerzas combinadas enemigas era la separación de las fuerzas de tanques e infantería del enemigo. Los soldados alemanes eran pues entrenados para concentrar el fuego de sus armas ligeras contra los soldados de infantería enemigos con el fin de conseguir separarlos de los tanques propios (22) .
Mientras se destruían las fuerzas atacantes de infantería, se suponía que los defensores alemanes evitarían a los tanques enemigos acompañantes, permitiendo que atravesasen sus principales posiciones y dejando la destrucción de estos monstruos de metal a equipos antitanque especialmente designados a tal efecto. Una vez que hubiera sido destruido el ataque principal de infantería del enemigo, cualquier tanque superviviente se podía considerar vulnerable y relativamente insignificante desde un punto de vista táctico. Dichos tanques, deambulando a través de las zonas defensivas alemanas como elefantes solitarios, podrían ser despachados casi como un deporte por las armas antitanques situadas en la retaguardia.
Las medidas específicas prescritas para la defensa antitanque fueron en su mayoría codificaciones de las prácticas defensivas de 1918. Los tanques iban a ser neutralizados por una combinación de obstáculos, campos de minas y armas antitanques, entre las que se encontraban los morteros de trinchera, cañones antitanque y la artillería, pero sobre todo por la compañía divisional antitanque, prevista ya entonces como una formación motorizada. Aunque los fusiles antitanques estarían disponibles en cualquier parte de la zona defensiva alemana, los sirvientes de las armas antitanque y la artillería de fuego directo generalmente estarían ubicados detrás de la línea principal de resistencia.
Vemos como lo postulado por Lutz en 1931 es similar a como lo hacía Volckheim en 1924. También, y como este último, Lutz defendía el uso de los cañones antitanque en una posición retrasada con respecto a la línea principal del frente (23) . Los cañones antitanque debían ser desplegados en profundidad dentro del dispositivo defensivo propio, y siempre basando dicho despliegue en la evaluación previa e independiente del terreno y de las posibles vías de aproximación del enemigo, por parte del comandante de la compañía antitanque con la misión de establecer un fuerte y cohesionado frente antitanque en cooperación con la artillería convencional. Lutz ponía el acento en evitar a toda costa la dispersión de las armas antitanques, concepto este que veremos repetido una y otra vez a lo largo del tiempo. Insistía en que los cañones de toda la compañía antitanque se mantuviesen juntos y actuasen en masa con una concentración de los mismos sobre tres kilómetros por detrás de la línea principal del frente dando a los sirvientes un tiempo de despliegue de entre seis a ocho minutos.
Aunque algunas secciones de cañones antitanque podrían ser conectadas a los elementos más adelantados en determinadas circunstancias, los alemanes pensaban que estas armas podían utilizarse más eficazmente como un "respaldo" para el sistema principal de trincheras de la infantería. Pensaban de esta manera que las armas antitanque algo retiradas de la primera línea de combate estarían relativamente a salvo de cualquier bombardeo preliminar de artillería, y por tanto libres para enfrentarse a las penetraciones masivas de tanques cuando fuese necesario, siendo así capaces de enfrentarlos sin el estorbo de la infantería enemiga.
La doctrina alemana también permitía la creación de grupos especiales de asalto antitanque compuestos por pequeños equipos de soldados de infantería que intentasen destruir los tanques enemigos con minas y cargas explosivas desde corta distancia. Como siempre, se esperaba que, de ser necesario, todas las unidades alemanas contraatacaran enérgicamente a fin de recuperar cualquier posición perdida, incluso si había sido ocupada temporalmente por tanques hostiles.
Vemos en el siguiente extracto, un estudio de inteligencia norteamericano de 1945 acerca del ejército alemán, en el que entre otras cosas se describen las tácticas y despliegues tipo de éste, como los alemanes mantuvieron durante toda la guerra este sistema de despliegue del armamento antitanque en profundidad esbozado anteriormente, con algún elemento adelantado, sistema que veremos más delante de nuevo más desarrollado por parte del General Eimannsberger.
Creo que vale la pena dejar el texto original sin traducir:
“German antitank guns are disposed in depth, with some well forward. They often are dug in and carefully concealed to prevent the enemy from discovering the location and strength of the antitank defenses prior to attack. In emplacing antitank guns, the Germans prefer positions in enfilade or on reverse slopes. They normally employ two to three antitank guns in each position, protecting them from infantry attacks with light machine guns. Ranges at which the Germans open fire upon hostile tanks vary according to the caliber of the gun and its position. Although single antitank guns sometimes engage enemy tanks at ranges up to 1,000 yards, main antitank defenses usually hold their fire until the range is reduced to about 150 to 300 yards. The employment of close-combat antitank teams supplements the antitank defense. When the hostile tank attack is repulsed, the antitank guns move to alternate positions.”(24)
A lo largo de los años treinta, la doctrina antitanque alemana, por tanto, se corresponde en cierta medida con las técnicas que se habían aprendido antes, en 1917-1918, tal y como hemos visto con anterioridad. La primera tarea de las fuerzas defensivas era detener a la infantería enemiga y, una vez conseguido, los tanques enemigos quedarían entonces aislados y a merced de las armas antitanques alemanas y de los equipos de asalto. Por otro lado prácticamente todos los escritos alemanes sobre guerra antitanque en el período de entreguerras se basan en la suposición de que los tanques sin infantería de apoyo eran lastimosamente vulnerables a las armas antitanques, un dogma de fe, alcanzado en los difíciles últimos días de la gran guerra.
Durante esos años se polarizaron los debates en el Reichwehr en torno a dos “escuelas” principales en lo que se refiere a los medios antitanque vs. tanque como arma decisiva. Una de ellas establecía que los medios antitanque eran demasiado poderosos para hacer del tanque el arma decisiva que se presuponía por parte de muchos oficiales o los seguidores del “tank-only” de Fuller, mientras que la otra, bien al contrario, postulaba que eran inútiles en una guerra de maniobra lejos de un frente estacionario. Como muestra del primer grupo cita Habeck (25) el caso de un comandante alemán que intentaba demostrar su argumentación en este segundo sentido poniendo el ejemplo de como la artillería de costa en los Dardanelos había provocado la retirada de la flota británica (en la PGM), equiparando la artillería anticarro y los tanques a una y otra respectivamente, e intentando demostrar con semejante argumentación la poca utilidad de los tanques cuando tuvieran que enfrentarse a una fuerte posición defensiva antitanque. Es una lástima, para la solidez de la comparación, el hecho de que los acorazados no pudieran salir del agua, ni flanquear un estrecho como el de los Dardanelos.
Los oficiales alemanes que minusvaloraban la utilidad de los tanques ante la supuesta mayor potencia de las nuevas armas anticarro tuvieron un fuerte apoyo dentro del alto mando en la nueva cabeza del Truppenamt, el General Wilhelm Adam, jefe del mismo desde el 31 Octubre de 1930 al 30 Septiembre de 1933. En un viaje de éste a Moscú, en noviembre de 1931, para tratar de los temas propios de la colaboración militar alemana con los rusos, sostuvo una conversación con el General Voroshilov acerca de la guerra mecanizada (conversación que éste último consideró lo suficientemente importante como para transcribírsela a Stalin y de esta manera llegar hasta nosotros) (26) e hizo referencia a la, bajo su punto de vista, creciente importancia del armamento antitanque en la guerra futura, “debemos prestar especial atención a las armas antitanque; con buen armamento antitanque los tanques no tendrán gran importancia”. Habeck nos traslada el párrafo siguiente de lo expuesto por Adam, siempre según fue transcrito por Voroshilov:
(…) Estoy de acuerdo en que como protección antitanque, los tanques también son necesarios. Pero algunos dicen que los tanques decidieron la guerra. No puedo estar de acuerdo con esto. Los tanques consiguieron semejante importancia al final de la guerra solamente porque nosotros, los alemanes, ya estábamos debilitados. Los tanques no decidieron la guerra. Se tiene que ver que los tanques fueron destruidos cuando las defensas fueron buenas. Durante la guerra mundial en mi sector divisional, de treinta y seis tanques, se destruyeron veinticuatro en veinte minutos. Y quiero subrayar que no es verdad que los tanques decidieron la guerra….
Voroshilov alegaba contra lo afirmado por Adam lo previsible, que los argumentos de este podían valer en un frente posicionalmente estable pero no en el escenario de una guerra de maniobra. Adam respondía fiando todo a la existencia de una buena artillería y un tanque que combatiera a los tanques enemigos, pero poniendo a estos en último lugar:
“si usted plantea la cuestión de dónde gastar el dinero, entonces yo coloco a los tanques en último lugar…”.
Es decir, Adam le otorgaba al armamento antitanque un papel dominante sobre el campo de batalla, bien sea este último sobre un frente estabilizado o de maniobra y fiaba la lucha antitanque sobre todo a la artillería antitanque, con mucho menor énfasis en el tanque como arma antitanque.
Como muestra de las distintas posturas y de lo vivo por aquel entonces del debate, tenemos al Coronel Alfred von Vollard Bockelberg(27) , uno de los impulsores de la motorización del Heer, que sostenía la postura contraria a Adam. Bockelberg creía que los tanques podrían sobrepasar cualquier defensa antitanque mediante el uso adecuado del terreno, empleando distintas vías de aproximación e incluso destruyendo los cañones antitanques enemigos (28), de forma tal que una vez atravesada la pantalla antitanque los tanques pudiesen completar su misión.
En otro caso, un general retirado elogió la capacidad de los fusileros antitanques "casi invisibles" de hacer presa en los tanques(29) . Otro oficial alemán hablaba por muchos cuando afirmaba que las experiencias en la Guerra Civil española confirmaban que "la defensa es superior" a los tanques ya que cada duelo tanque/cañón antitanque en España había supuestamente terminado con victoria para los segundos(30).
Esta impresión general de lo sucedido en España como una victoria de los medios antitanques sobre los tanques fue también compartida por los soviéticos, tal y como recoge Habeck(31). Según ésta, a su vuelta a Moscú, Nikolai Voronov, consejero militar del Ejército republicano y que dirigió a su artillería durante el cerco de Madrid, informó al alto mando soviético que la contienda española había demostrado que los cañones antitanques “eran difíciles de encontrar, casi imposibles de destruir y muy efectivos”. Esta supuesta creciente fortaleza de los medios antitanques fue reconocida también por Tukhachevskii, aunque rechazando la creencia de que pese a todo la misma fuese tal que impidiese la guerra de maniobra. Sencillamente la fuerza ofensiva debería de ser más potente y más concentrada para conseguir la ruptura.
Pese a lo comentado, una omisión notable en un hipotético listado alemán de armas antitanque de los años treinta fue el tanque en sí mismo. El General austriaco Ludwig Ritter von Eimannsberger, un prolífico escritor en materia antitanque (en el que nos pararemos con más detalle luego), autor de "Der Kampfwagenkrieg" (J.F. Lehmanns Verlag, München, 1934 y una segunda edición en 1938) caracterizaba a la mayoría de oficiales alemanes cuando escribía en 1934, que: "el principio reclamando al tanque como la mejor arma antitanque ha sido ya sobrepasado e interpretado como falso". Como otras facetas de la doctrina alemana, esta creencia se derivaba también de los recuerdos de la primera guerra mundial, en la que los tanques alemanes no habían desempeñado tal papel. Los diseños de tanques alemanes en la década de 1930 proporcionan las evidencias físicas de este prejuicio, ya que pocos tanques en producción anteriores a septiembre de 1939, montaban un cañón antitanque verdaderamente eficaz.
Eimannsberger (en la foto superior) probablemente uno de los autores más respetados y leídos de la década de los treinta, y no sólo en el Heer, se retiró del ejército austriaco en 1930 incorporándose al alemán en 1938. Postulaba que el tanque era exclusivamente un arma ofensiva a escala estratégica, en ningún caso adecuado para ataques tácticos a pequeña escala, contraataques o defensa.
Para la defensa antitanque, von Eimannsberger planteaba un patrón de despliegue de los cañones antitanque de un regimiento de infantería, en tres líneas principales de defensa bajo la regla de 6-12-6, cubriendo un frente de dos kilómetros de ancho. Esa defensa, según sostenía, sería entonces capaz de enfrentarse a un ataque de aproximadamente unos 50 tanques enemigos en su sector sin verse superada.
6 Eimannsberger
Por su interés vale la pena detenerse un momento en lo postulado por Einmannsberger, (en el fondo una evolución de lo propuesto poco antes por Lutz) por lo que reproduzco a continuación, ya traducido del francés, el artículo publicado en 1935 en la Revista Militar Francesa por un anónimo “Capitán X” en el que analizaba lo expuesto por von Eimannsberger en su obra “Der Kampfwagenkrieg”.
Podemos ver en el despliegue y la dotación de cañones antitanque propuestos por este casi un calco de como se hará en una División de infantería alemana de 1939.
Veámoslo a continuación,(para evitar dificultar la lectura al poner en cursiva el texto publicado en la Revista Militar Francesa, mejor lo coloreo):
“El cañón antitanque es un arma capaz de perforar 30 mm de blindaje a 500 metros con un ángulo de 60 grados. Dicho resultado podría obtenerse con calibres comprendidos entre 37 y 47 mm que fueran capaces de disparar un proyectil explosivo, ya que es importante que el primer impacto ponga fuera de combate a la unidad enemiga. En 1918, en los pocos casos en que se pudo utilizar el fusil antitanque de 13 mm, se llegó a situaciones en que los tanques enemigos no cesaban la lucha hasta después de haber tenido sucesivamente heridos a todos los miembros de su tripulación. Por eso el general von Eimannsberger prefiere el calibre de 47 mm, ya que tal cañón puede utilizarse como arma de apoyo por la infantería de forma que contra los infantes enemigos utilice como munición botes de metralla.
La cadencia de disparo del cañón será del orden de 40 disparos por minuto, con un campo de tiro lateral de 150 grados, y un escudo para proteger a sus sirvientes, todo con un peso total de 350 a 400 kgs.
Se pregunta Eimannsberger si, en todas las circunstancias, este cañón podría cumplir el papel asignado. En el caso de que el enemigo pretenda cubrir la progresión de sus tanques en profundidad aprovechándose de la niebla o del tendido de cortinas de humo, estas armas serán ciegas e ineficaces contra los vehículos enemigos. En 1917 y 1918, los ataques de tanques siempre han encontrado ventajas en operar en la niebla. Pero los tanques de 1918 eran máquinas lentas, los tanques modernos son rápidos. Utilizar la niebla con estos vehículos es renunciar a los beneficios de la velocidad, es prohibir las acciones profundas y repentinas. La niebla es más una molestia que un apoyo para los tanques modernos.
La organización de las unidades antitanques:
No puede haber ninguna duda en el hecho de que los cañones antitanque deben de estar en posesión de la infantería. En todas las circunstancias la infantería debe asegurar su protección contra los blindados, en reposo o en combate; esta protección permanente no estaría ciertamente asegurada con material dependiente de otra arma.
¿Cuál es el número de cañones necesario? Dado el alcance efectivo de estas armas y las velocidades alcanzables por los tanques, se puede aceptar que, en promedio, un cañón antitanque no tiene la posibilidad de poner fuera de combate a más de 3 blindados enemigos antes de ser neutralizado. Un batallón recibe a menudo un sector defensivo de dos kilómetros de ancho. En este frente de dos kilómetros por lo general puede llegar a enfrentarse a unos 50 tanques, que podrían llegar a ser cien si es un área donde el enemigo realice un esfuerzo particularmente importante. Un simple cálculo muestra que, en estas circunstancias, un batallón debe disponer para conservar estos 2 kilómetros de frente, y siguiendo la situación propuesta, de 16 a 32 cañones. La densidad de estos debe ser ajustada para cada situación en particular y del terreno. Cada batallón tendrá por lo tanto de un número fijo de cañones que se reforzarán, según proceda, con unidades antitanque de los escalones superiores del mando.
Von Eimannsberger propone asignar a cada batallón una compañía de seis cañones (tres secciones de dos cañones más una de reabastecimiento y de siembra de minas). Esta compañía tomaría el lugar de la compañía de ametralladoras cuyas secciones se dividirían entre las compañías de fusileros si se considera necesario mantener ametralladoras pesadas en el batallón. No habrá ninguna formación antitanque a nivel de regimiento, pero sí una compañía de ametralladoras de gran calibre para la defensa antiaérea. La División estará dotada de un batallón anticarro que comprenda tres compañías idénticas a la del batallón. Las reservas generales consistirán en regimientos antitanques formados por tres batallones (9 compañías). Lo ideal sería que todas las compañías dispusiesen para el transporte de sus piezas de tractores capaces de circular por el campo de batalla. Esto no siempre será posible en tiempos de paz y se espera que muchas unidades sean de tipo hipomóvil.
La organización de las posiciones:
Una posición defensiva, obviamente, debe ser capaz de resistir un ataque de tanques y uno de artillería. En cuanto a soportar un ataque de este último tipo, parece razonable y prudente no hacer demasiados cambios en los dispositivos que han resultado probados durante la guerra. En el caso de las Divisiones alemanas, en cada subsector de un regimiento (de un promedio de 2 kilómetros de ancho) siempre hay un batallón de primer escalón en los puestos de avanzada y como guarnición de la línea principal de la resistencia. Un segundo batallón (Bereitschafts-Abteilung) ocupa la posición de cobertura de la artillería. El tercer batallón, en reposo, se encuentra en reserva de la División. El enemigo, primero tiene que superar las sucesivas resistencias de los diversos puntos de apoyo que constituyen los puestos de avanzada y, a continuación, hacer frente a la línea principal de resistencia. Si se pudiera, a la fuerza, serán objeto de los contraataques de los batallones de segunda línea y más tarde por los batallones de la reserva.
Antes de examinar cómo se puede adaptar a la defensa antitanque, es conveniente precisar qué principios rigen el empleo de los cañones antitanque:
Se podrían agrupar los cañones antitanque en centros de resistencia, auténticos erizos con armas hacia todos sus lados. Parece más ventajoso organizar barreras paralelas al frente, con las armas lo suficientemente cerca para que no existan lagunas entre los campos de tiro. Unidades de fusileros se colocarán trescientos metros por delante de los cañones. Es importante que en el momento en que los cañones deban atacar a los tanques enemigos, no sean neutralizados por los disparos de la infantería enemiga. Esta infantería se bloqueará y se clavará al suelo lo suficientemente lejos de los cañones como para que el fuego de sus armas automáticas no pueda ser eficaz.
El disponer fusileros trescientos metros por delante de los cañones conseguirá estos resultados. Tampoco se puede organizar la defensa antitanque demasiado cerca del frente enemigo, porque los cañones tienen un tamaño difícil de ocultar en el terreno. Si son identificadas sus posiciones antes del ataque, podrían ser fácilmente destruidos por la artillería enemiga.
En el sistema de defensa expuesto anteriormente y utilizado durante la guerra, todo contribuye a la conservación de la línea principal de resistencia. Los batallones del segundo escalón y los de reserva se dedicaran a, si es posible, reocupar el terreno ocupado por el enemigo. La defensa mantiene así una cierta elasticidad debido a este juego de contraataques.
Si el enemigo ataca con tanques, ya no puede haber ninguna duda sobre los contraataques de los batallones traseros. No hay más elasticidad en la defensa. Hay que bloquear el ataque donde se pueda y si este intento falla sólo queda retrasar el avance del enemigo para dar tiempo al mando de conjurar el peligro con sus reservas. ¿En qué línea se debe de intentar bloquear el ataque enemigo? Debe elegirse aquella en donde el intento tenga la mayor probabilidad de tener éxito, mientras ello no implique abandonar al enemigo una profundidad de terreno demasiado importante.
El general von Eimannsberger disponía esa línea de detención a la altura de los batallones del segundo escalón y es en esta línea donde concentraba la mayor parte de los medios antitanque. Con sus seis cañones antitanque, el batallón de primer escalón ya puede organizar un dispositivo antitanque sin lagunas (un cañón cada 300 metros de frente). El establecimiento de algunos campos de minas fortalecerá esta defensa. Este batallón se dispondrá en dos líneas, dos compañías de fusileros constituirán una fuerte línea de defensa con suficiente potencia de fuego de la infantería y que no pueda ser roto por un ataque precedido por preparación artillera o apoyado por tanques. A 1000 o 1500 metros por detrás, lo suficientemente lejos para que sus cañones no hayan sido localizados, se dispondrá la compañía de cañones. La tercera compañía de fusileros se habrá desplegado antes a unos trescientos metros de los cañones para lograr el dispositivo mencionado anteriormente.
La posición a ocupar por los batallones del segundo escalón, la línea de detención, será trazada por lo menos a 3 kilómetros del escalón más avanzado, con el fin de permanecer inmune al fuego eficaz de la artillería enemiga. La distancia que la separará de la posición avanzada sin embargo será de aproximadamente 1.000 metros ya que esta primera posición se extiende en una profundidad de cerca de 2 km. Cada batallón de este segundo escalón será reforzado con una compañía antitanque divisional. Dos compañías de fusileros cubrirán de nuevo los cañones a 300 metros por delante de estos. La tercera compañía puede constituir algunos centros de resistencia a retaguardia de la línea. La línea de detención dispondrá también para la lucha antitanque del apoyo de las baterías más avanzadas del dispositivo de artillería e incluso de alguna de las piezas antiaéreas emplazadas en las proximidades.
Con respecto a los batallones en reserva podemos considerar emplearlos para organizar una tercera posición detrás de la artillería de campaña. Si pudieran estar equipados con medios de transporte rápido podemos esperar a utilizarlos para reforzar una parte de la línea de detención o para cubrir un flanco expuesto. Sin embargo, cuando los tractores todoterreno fueran asignados a compañías de cañones, se puede tratar de utilizarlos rápidamente para cegar una brecha que ocurriera recientemente en el dispositivo defensivo.
En cuanto a los regimientos de cañones de la reserva general, será posible reforzar con ellos seriamente la defensa antitanque de una división que necesitemos sea capaz de una fuerte resistencia. La asignación de un regimiento a una división (recordemos que supuestamente todavía ocupan un frente de 6 kilómetros 2 kilómetros por regimiento) permitirá una densidad de 6 cañones por kilómetro en la posición más adelante y 12 en la línea de detención. Para las grandes unidades reservadas, para el mando siempre será de interés asignarles medios rápidos de transporte para que puedan intervenir rápidamente, en caso de ruptura del frente. También se puede considerar la constitución de grandes unidades con una determinada organización y especialmente calificadas para oponerse al avance de importantes fuerzas acorazadas.
Se ha observado que, como resultado de la incapacidad para contraatacar con infantería contra tanques, es más pertinente combatir por conservar la línea principal de resistencia. Sin embargo, debe tenerse en cuenta el caso en que la División a la defensiva tenga también tanques. No se admite el uso de estos en contraataques. Los tanques puestos a disposición de una división nunca serán muy numerosos y no actuarán en un frente estrecho. De resultas de ello, serán rápidamente rodeados y destruidos por la masa de los tanques enemigos sin poder obtener un resultado significativo. Sólo con un ataque real, y con medios similares a los que ha puesto en práctica el enemigo, se podrá recuperar el terreno. Debe señalarse también que con el empleo de los tanques no podrá subsistir este método de defensa elástica que constituye la maniobra en retirada. El soldado que intente retirarse será siempre atrapado por el tanque rápido. No será posible negarse a combatir. Los ejércitos de los países pobres se ven limitados en su retirada por un procedimiento de maniobra de los más ricos.
Para la organización trazada por von Eimannsberger, este propone que se adscriban 72 cañones antitanque a cada división y que se creen fuertes reservas con medios de este tipo. Considera que estas aplicaciones no son exageradas. Permiten sólo responder a débiles ataques blindados y, en el caso de ataques poderosos, el tener el tiempo estrictamente necesario para que el mando tome sus disposiciones.
Algunos creen que podría hacerse un ahorro utilizando el tanque como arma antitanque. ¿Cuál es el resultado que se podría obtener así? Suponiendo que tan pronto el ataque enemigo comience, todas las fuerzas de tanques estacionados en la región sean rápidamente reunidas para la ejecución de una contraofensiva, incluso admitiendo que lograran destruir las fuerzas blindadas del adversario que forzaran el frente, ¿esta victoria devolvería la vida de los soldados masacrados?, ¿se puede deliberadamente hacer correr a la infantería el riesgo de un desastre total? El mando alemán, dejando a su infantería desarmada ante los tanques, incurrió en graves responsabilidades en 1918. ¿Y qué son las capacidades de los tanques de 1918 comparadas con los del futuro?”
Un texto, el anterior, a mi modo de ver muy interesante, que nos sirve a la vez como resumen y compendio de lo propuesto por el general austríaco en su “Der Kampfwagenkrieg”. Cabe únicamente añadir que las Divisiones Blindadas propuestas por von Eimannsberger consistían en dos brigadas de tanques, una brigada Jäger, dos batallones de ingenieros, un batallón de vehículos blindados y tres batallones de artillería. Los batallones de artillería debían ser equipados con cañones de “triple propósito” que sirvieran indistintamente como cañones de campo, antitanques y antiaéreos. A su vez uno de los tres batallones de artillería estaría equipado con artillería autopropulsada.
En el esquema anterior podemos ver la disposición propuesta por Eimannsberger de las defensas antitanque en la porción del frente defendida por un regimiento con dos batallones, uno en avanzada con seis Pak y otro en la línea principal de resistencia, a unos tres kilómetros del frente reforzado con una compañía antitanque divisonal. El tercer batallón que no sale en el esquema se mantendría en reserva.
7 Una Reflexión
Con lo postulado por von Eimannsberger queda claro como algunos oficiales establecieron una clara división del trabajo entre los tanques y la infantería. Las unidades Panzer, se utilizarían exclusivamente en funciones ofensivas, incluso dentro de escenarios defensivos. Las fuerzas de infantería, presumiblemente incapaces de seguir las batallas ofensivas de maniobra concebidas por los generales de tropas panzer, sería indispensables para propósitos defensivos debido a su habilidad para ocupar y mantener el terreno. Que las fuerzas Panzer pudieran tener que llevar a cabo operaciones defensivas en relevo de divisiones de infantería alemanas fue casi totalmente desechado.
Hay que tener en mente siempre la época de la que estamos hablando. La mayoría de los primeros tanques eran demasiado pequeños e inestables como para llevar armas antitanque precisas y de alta velocidad. Por el contrario, el tradicional cañón antitanque remolcado estaba especialmente diseñado para conseguir una máxima eficacia contra el blindaje y su pequeña silueta lo hacía difícil de detectar y atacar. Las unidades blindadas alemanas eran entrenadas para evitar enfrentamientos con otros tanques o con armas antitanque y, por el contrario sí en explotar áreas de poca o ninguna resistencia. En el caso de un combate tanque contra tanque, los tanques alemanes podían retirarse temporalmente, atrayendo al enemigo hacia una pantalla oculta de armas antitanques que se habrían desplegado detrás de la punta de lanza alemana. Para ello, los tanques necesitan unidades de reconocimiento por delante y a los flancos del avance, con ingenieros de combate para mantener la movilidad de las fuerzas mecanizadas. Infantería motorizada o mecanizada, y artillería eran necesarias para reducir los centros de resistencia sobrepasados, para apoyar a los tanques en el ataque y mantener las áreas ocupadas por esos ataques. Toda la fuerza necesitaba unidades de apoyo que pudieran seguir el ritmo de un avance rápido (33) .
Creo muy interesante, al hilo de lo mencionado anteriormente, el siguiente extracto de un informe del WaPrw de octubre de 1935, titulado “Offensive Abwehr von Panzerwagen” (34) (defensa ofensiva de los tanques) acerca del programa iniciado para crear Panzerjäger autopropulsados más rápidos y maniobrables que los propios tanques a los que tenían que destruir. En él se menciona también el debate mencionado más arriba y surgido tiempo atrás en el seno del Heer acerca del tanque como principal arma antitanque:
“(…) El principio, frecuentemente expresado, de que la mejor defensa contra un tanque es otro tanque es cuando menos discutible. Los aviones de bombardeo no son empleados contra los bombarderos pesados. En su lugar se usan cazas de combate más rápidos y maniobrables, que presentan un objetivo más pequeño y que sólo tienen que estar armados de tal manera que puedan dañar efectivamente a un bombardero. En el mar el torpedero es combatido con un destructor [de torpederos], el submarino con un destructor [de submarinos]. En ambos tipos de destructor la especificación más importante es su superior velocidad y maniobrabilidad – blindados sólo de tal manera que [el blindaje] no interfiera con ambas características primarias. Recientemente esta línea de pensamiento de muchos marinos, ha llegado a su punto máximo con el Schnellboot (un buque torpedero alemán). Aparentemente, incluso contra los mayores y más pesados buques de guerra, el Schnellboot es una valiosa y peligrosa arma ofensiva. Este objetivo muy pequeño, tiene una considerable velocidad de aproximadamente 40 nudos y por lo tanto es extremadamente difícil de alcanzar. Se renuncia prácticamente al blindaje. El Schnellboot ha cumplimentado su misión si puede entrar dentro del radio efectivo de disparo del torpedo sin resultar dañado. Incluso si son destruidos después de alcanzar su misión, su empleo habrá valido la pena aunque sea desde un punto de vista puramente económico. Pero, después de disparar sus torpedos, frecuentemente escaparán con éxito, gracias a las características de alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño."
Como vimos en el párrafo anterior las características básicas que definen al Schnellboot y su doctrina de empleo responden, paradójicamente, a las buscadas en los Panzerjäger autopropulsados derivados de semiorugas de los años treinta y en cierta manera de los Panzerjäger I, Marder y demás derivados de la primera mitad del conflicto: alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño. El Schnellboot inspiró en cierta manera a los creadores de los Schnelle Panzerjäger que fue tal y como se conoció a las primeras unidades de Panzerjäger autopropulsados. Seguimos con el informe en cuestión y con lo que se puede considerar el decálogo de las características de un Panzerjäger autopropulsado:
“La cuestión sigue siendo si un cazatanques puede ser construido equivaliendo exactamente al caza de combate, al destructor torpedero, destructor de submarinos y especialmente al Schnellboot, en el cual el blindaje es desechado a favor de las siguientes características principales:
Vemos pues como 1935 fue un año clave y prolífico en el que se sentaron bases tales como las publicaciones doctrinales de Einmannsberger o las especificaciones anteriores a cumplir por parte de los vehículos antitanque. De su empleo táctico hablaremos un poco más adelante.
8 Fleischer
Antes de continuar, con los principios tácticos, debemos echar un poco la vista atrás y constatar que, como veremos con más detalle en el siguiente capítulo, las primeras unidades creadas el Heer especializadas en la lucha antitanque como tal, más allá de los medios propios de cada regimiento, fueron los Panzer Abwehr Abteilung (Batallón de defensa antitanque) creados a partir de 1934; los cuales fueron entrenados desde el comienzo conforme a los mencionados principios de movilidad y velocidad, dentro de un espíritu general ofensivo de la unidad, mucho más que defensivo. Espíritu este que provocó varios intentos ya desde mediados de los años treinta de cambiar su nombre, su denominación, hacia uno más acorde con su verdadera vocación ofensiva. Su elevado espíritu de cuerpo, su sentimiento de pertenencia a una unidad de élite, hacía que no quisieran ser llamados antitanques sino cazatanques (Panzerjäger). Es muy significativa del espíritu de estas unidades la importancia dada por ellas a su denominación oficial.
Fleischer hace mención de un artículo de noviembre de 1937 (de un autor que no identifica)(35) el cual polemizaba como sigue sobre el este asunto de la denominación de los medios de defensa antitanque:
“…la denominación de Panzer Abwehr no es una buena elección, ya que no quedan suficientemente reflejados en él su declaración de intenciones y principios de destrucción.”
En otro artículo de 1938 (también recogido por Fleischer) titulado “Espíritu y sentido de las armas antitanque”, los principios básicos de la defensa antitanque como parte de un combate activo - antes que pasivo - eran subrayados aun más claramente, tal y como se refleja en el siguiente extracto del mismo:
“La brutal furia atacante del tanque debe ser respondida por un superior espíritu dominante de las fuerzas antitanque y una alegre fuerza de inaudito y fanático brío atacante con la voluntad de destruirlo.”
Toda una declaración de principios (un tanto barroca, eso sí).
Lo que se demandaba de un soldado de los Panzerjäger se resumía así, en el artículo anterior:
“…esta tarea requiere…hombres valientes, con nervios fuertes, cuerpos bien entrenados y energía personal…por lo tanto a hombres con un sobresaliente espíritu ofensivo”.
Tal y como acertadamente apunta Fleischer, desde un punto de vista actual se puede contemplar como obvio el, a la postre, negativo resultado de la combinación del sobresaliente espíritu ofensivo de los Panzerjäger con el insuficiente rendimiento del Pak de 37 mm, cañón con el que estuvieron fundamentalmente equipados hasta el bienio de 1941-42. Los Panzerjäger se encontraron representando el papel reservado en la Primera Muerra Mundial a la ametralladora, convirtiéndose ahora en el objetivo a batir por parte de la artillería y la aviación enemiga al comienzo de cualquier ofensiva, de cara a preparar el posterior avance de los tanques. A la postre, si querían sobrevivir en el campo de batalla tenían que combatir en posiciones previamente elegidas, bien preparadas y camufladas, teniendo en cuenta que sus piezas y vehículos no estaban blindados o en el mejor de los casos su protección era contra armas ligeras. Cualquier intento de cambiar de posición para responder a una amenaza puntual o una ruptura blindada del frente podía suponer su pérdida y la de sus sirvientes.
Las campañas polaca y francesa no pusieron demasiado en relevancia estas carencias (pese a unos indicios claros de las mismas) más debido a la superioridad general alemana, y a los propios errores del enemigo, que al rendimiento de su equipamiento. Pero el frente ruso en 1941 iba a suponer un baño de realidad en ese sentido.
9 Conclusiones
Como conclusión final de esta primera parte dedicada a la doctrina de empleo de los Panzerjäger, y de hasta donde llegó la larga evolución de la doctrina antitanque alemana, creo que lo mejor es trasladar aquí, ya traducido, parte del manual táctico publicado en mayo de 1940 para las primeras unidades de Pak autopropulsados, los llamados Schnelle Panzerjäger, a estas alturas del conflicto equipados con vehículos 4,7 cm Pak(t) (Sfl) auf Pz,Kpfw.I (Sd.Kfz. 101) el conocido Panzerjäger I: (36)
I.- Principios Tácticos Generales.
Los cazatanques rápidos son únicos en su continua disposición al combate, alta movilidad todoterreno y protección blindada. Por tanto, están capacitados para combatir ataques de tanques enemigos.
(…)
La unidad de combate es la compañía. Recibe instrucciones del Comandante del Batallón. Este debe esforzarse en mantener el control de esta unidad y emplearla de tal manera que todas las armas puedan ser empleadas en trabar combate con el enemigo. El empleo de todo el Batallón como una sola unidad puede ser útil en muchas situaciones. El empleo de un solo pelotón debe darse en muy pocas ocasiones.
Los elementos decisivos para una acción exitosa son:
a) Un oportuno reconocimiento y determinación del número y dirección de los tanques atacantes enemigos.
b) Uso del terreno en provecho propio.
c) Rápido desempeño de los mandos en todos los niveles. Por ello, estos deben estar en primera línea.
El combate se conducirá mediante el fuego y el movimiento. El objeto del movimiento es sorprender a los tanques enemigos trayéndolos hacia el fuego concentrado desde direcciones inesperadas y destruyéndolos.
Por lo tanto los Panzerjäger avanzan en etapas y presentan combate mientras están detenidos. Los ataques contra los flancos y la retaguardia son los más efectivos.
La misión de un avance frontal de los Panzerjäger es detener el movimiento enemigo mediante el fuego. El que los elementos de retaguardia refuercen el frente o se envíen contra los flancos y la retaguardia de los tanques enemigos es decidido por la situación, el terreno y el clima.
Cuando se encuentren comprometidos por un fuego enemigo superior, los Panzerjäger utilizaran su alta velocidad para cambiar de posición y continuar el combate.
II.- Empleo táctico del Schnelle Panzerjäger Abteilung.
El papel del Schnelle Panzerjäger Abteilung dentro de una División Panzer marchando es proteger el frente y los flancos de las columnas. El empleo de un pelotón en vanguardia puede ser útil.
Si el Pz.Jg.Abt. es adscrito a una División de infantería, ambos deberían de avanzar juntos en la columna de forma que [el batallón] pueda ser lanzado rápidamente contra [posibles] tanques atacantes enemigos. El Pz.Jg.Abt. (mot Z) de la propia División puede proteger las columnas en avance.
El Pz.Jg.Abt (Sfl) a menudo avanzará en el flanco abierto para asegurar los flancos de la División contra tanques o unidades motorizadas enemigas.
(…)
Cuando ataquen junto con una División Panzer, como regla general, el Pz.Jg.Abt (Sfl) será asignado a la Brigada Panzer y atacará con ella. Tiene la misión de asegurar los flancos de nuestros panzer y asistirles en la destrucción de los ataques frontales de tanques enemigos. La destrucción de cañones antitanques enemigos también es una de sus misiones.
Cuando el objetivo sea alcanzado o el avance se detenga para reorganizarse, los Panzerjäger protegerán a las unidades Panzer reunidas. Permanecerán preparados, a las órdenes del Comandante de la Brigada.
Cuando ataquen junto con una División de infantería o una SchützenBrigade (37) serán concentrados en el punto de ruptura del ataque con objeto de destruir los posibles tanques enemigos.
(…)
En la defensa el Pz.Jg.Abt (Sfl.) se mantendrá en reserva. No entrará en acción hasta que la dirección de ataque de los tanques enemigos esté claramente identificada. Su misión es destruir los tanques enemigos que hayan penetrado la línea de combate principal.
Después de que el ataque blindado sea rechazado, los Panzerjäger (Sfl) trabaran combate, cuando sea necesario, con la infantería enemiga atacante mediante proyectiles de alto explosivo.
Si los tanques enemigos han abierto brecha, las unidades Panzerjäger (Sfl) aislaran la penetración y serán enviados en contraataque para destruir los tanques enemigos. Es necesaria información exacta acerca de nuestros propios campos de minas.
(…)
En situaciones especialmente peligrosas, cuando nuestras fuerzas propias de Panzer no estén disponibles, los Pz.Jg.Abt (Sfl) junto con otras armas pueden ser enviados al ataque con un objetivo limitado, con vistas a hacer más fácil al conjunto de nuestras tropas evadirse del enemigo.
Si nuestras tropas se retiran, el Pz.Jg.Abt (Sfl) se hace cargo del ocultamiento y la seguridad del movimiento. Su asignación a la retaguardia puede ser útil.
III.- Manejo táctico del Panzerjäger I.
Durante un combate, a la orden de “Posición” (Stellung) el conductor guiará hasta la próxima posición de fuego favorable y se detiene. A la orden “Cobertura completa” (Volle Deckung) el conductor sale de la posición de fuego y se mueve hacia la próxima cobertura disponible. (…) El cañón debe ser disparado sólo cuando [el vehículo] está detenido. No debe perderse la concentración de la unidad.
IV.- Tácticas para el pelotón Panzerjäger.
El pelotón constituye la unidad [mínima] de combate. El mismo consiste en un líder de pelotón (Zugfuehrer) y tres Schnelle Panzerjäger, un equipo de ametralladoras y una motocicleta; organizado y equipado de acuerdo con la K.St.N 1148. (Hablaremos de esto en el siguiente capítulo)
Como regla general el pelotón combate con el resto de la compañía. La ametralladora es utilizada para la defensa antiaérea en el área de reunión.
El pelotón alcanza sus asignaciones de combate mediante el ataque y el disparo cuando está detenido. La explotación inteligente del terreno por parte del conductor y la rápida selección de las posiciones de tiro por parte del Zugfuehrer son extremadamente importantes para asegurar el éxito.
Las contrapendientes (en las cuales sólo el tubo del cañón asoma por encima de la cobertura) son las más adecuadas posiciones de tiro.
Cuando el pelotón no ha sido descubierto por los tanques enemigos, puede sorprender al enemigo abriendo fuego concentrado. El Zugfuehrer dará la orden de abrir fuego.
Cuando se encuentra inesperadamente con tanques enemigos a corto alcance, cada vehículo Panzerjäger del pelotón tomará por su cuenta posiciones de combate y abrirá fuego. Debe ser mantenido el contacto dentro del pelotón.
Si el pelotón se encuentra sorprendido por un superior fuego de tanques enemigos, el Zugfuehrer rápidamente dará la orden “Volle Deckung” y [el pelotón] se retirará a una posición alternativa desde la cual el pelotón se pueda enfrentar al enemigo en condiciones más favorables.
La destrucción del enemigo con unos pocos disparos y el rápido combate a otros objetivos son prerrequisitos para el éxito del pelotón.
Objetivos tales como tropas y armas sin protección blindada son batidos mediante proyectiles de alto explosivo (Sprenggranaten). Si se encuentran objetivos en masa durante la batalla deben ser destruidos mediante fuego concentrado.
V.- Tácticas para la Compañía Schnelle Panzerjäger.
La Panzerjägerkompanie (Pz.Jg.Kp.) consiste en una plana mayor (Kp.-Trupp) tres pelotones y un tren de suministros.
El silencio de radio es rescindido tan pronto la unidad deja el área de reunión. (…)
Tan pronto como el terreno y la situación lo permitan, el Kompaniefuehrer debe esforzarse por atacar para quitar la libertad de maniobra de los tanques enemigos, obligándolos a mantenerse a la defensiva y destruyéndolos.
Cuando la compañía entra en combate, el pelotón lo hace contra los enemigos que emerjan en su frente. El Zugfuehrer dirige el combate. El Kompaniefuehrer dirige la acción mediante el envío por radio de órdenes cortas al pelotón o enviando otros pelotones contra los flancos o la retaguardia del oponente.
Cuando el Kompaniefuehrer aprecie que el fuego de su compañía tiene éxito y que el enemigo comienza a retirarse, inmediatamente ordenará un ataque adicional. La retirada del enemigo debilitado puede ser obstaculizada enviando pelotones a sus flancos y retaguardia.
(…) Cuando le es asignada la seguridad de los flancos, la compañía avanzará hasta los límites [del despliegue] de manera que en todo momento pueda moverse a posiciones favorables de tiro desde las cuales pueda enfrentarse a los tanques enemigos atacándolos por los flancos.
Si una Schnelle Panzerjägerkompanie es asignada como defensa de la retaguardia, basándose en la situación y en el terreno, puede o bien ser concentrada dispuesta para ser enviada a la acción por el comandante de la retaguardia o bien pueden ser enviados pelotones individuales a sectores especialmente amenazados.
Hasta aquí el manual. Aunque farragoso, quizá los conceptos más claros que derivan del mismo y que quedan como poso acerca de la doctrina de empleo de los Panzerjäger autopropulsados, son el movimiento, la coordinación, la concentración y la flexibilidad de empleo.
10 La Creación de los Panzerjäger, su Organización, Estructura y Evolución
Las divisiones alemanas durante la guerra contaban, además de con los medios propios de sus regimientos, con la adscripción de unidades especializadas equipadas con cañones y/o vehículos antitanque. Dichas unidades, tamaño batallón, en un principio denominadas Panzer Abwehr Abteilung (Batallón de defensa antitanque) y que dependían directamente del cuartel general de la División estaban pensadas para proveer no sólo defensa antitanque contra ofensivas enemigas sino también para acompañar a la unidades tanto blindadas como de infantería en la ofensiva para contrarrestar los contraataques blindados enemigos y proteger contra cualquier intento del blindaje enemigo contra los flancos del avance propio. De acuerdo con esto, y desde el principio, la motorización de dichas unidades se contempló como imprescindible, pero no como un mero transporte sino como un medio de adquirir la movilidad táctica necesaria al estilo de la infantería mecanizada.
Como ya hemos visto anteriormente, este principio o doctrina ofensiva/defensiva del batallón antitanque fue aplicado desde su creación hasta el final de la guerra y se puede ver de alguna forma simbolizado en el cambio de denominación del mismo desde el 16 de marzo de 1940. Desde entonces el batallón pasó a denominarse como Panzerjäger Abteilung (Batallón cazatanques). Ya no se trataba de defenderse de los tanques enemigos, se trataba de salir a cazarlos.Pero vamos un poco más despacio.
En 1923 y en una de las primeras tablas de organización alemanas después de la Gran Guerra, se preveía que una División de infantería contase con una Brigada de artillería con dos regimientos (38) . En uno de ellos, concretamente en el segundo, se preveía tener en dotación un Batallón de cañones antitanque motorizados, de forma que ya entonces se configuraba como un factor imprescindible la movilidad de los medios antitanque. En las maniobras del Reichswehr del invierno de 1926-27 y dentro de la organización de una División Motorizada(39) vemos de nuevo en el segundo regimiento de la Brigada de artillería un Batallón antitanque, formado por tres baterías. Además del anterior se contemplaba que dentro del Batallón de Reconocimiento de la División se adscribieran dos baterías de cañones antitanque motorizadas. Por aquel entonces, como veremos más adelante, todavía no se había desarrollado un cañón antitanque específico (y además el tratado de Versalles prohibía tal desarrollo), por lo que se utilizaban tractores de artillería Krupp/Daimler KD I, a los que se les montaba un cañón bivalente, habitualmente un BAK de 7,7 cm. L/27 AA.
Demos un pequeño salto en el tiempo y veamos a continuación el esquema de una División de infantería alemana de 1939. Dentro de ella y para mayor claridad remarco en rojo los medios antitanque con los que contaba:
Tal y como vemos arriba los cañones antitanque con los que contaba una División de Infantería alemana en vísperas de la guerra se adscribían, de arriba hacia abajo en:
Vemos pues como la clásica División de infantería alemana en vísperas del conflicto contaba con la nada despreciable cantidad de 72 Pak que, aunque no exactamente distribuídos del mismo modo, coincidían con lo postulado por von Eimannsberger en su “Der Kampfwagenkrieg” de 1934.
11 La 14ª Compañía, Infanteriepanzerjägerkompanie Mot. Z. (Inf.Pz.Jg.Kp)
Como hemos comentado anteriormente, ya desde inmediatamente después de la 1ª Guerra Mundial, las Divisiones de infantería alemanas tuvieron sus propios medios de defensa antitanque, mucho antes de considerar la opción de crear un cuerpo especializado antitanque. Si nos trasladamos de nuevo a la década de los treinta, vemos como en 1932 estaba previsto dotar a cada Batallón (40) dentro de las Divisiones de infantería del Reichwehr con dos cañones antitanque de 37 mm, que se integraban en la 4ª Compañía (de ametralladoras) de dicho Batallón, dentro de la cual se creaba un quinto pelotón a tal efecto. Era el denominado, a efectos de “Versalles”, como “pelotón de cañones de madera”.
En septiembre de 1934, se ordenó que los Pak de 37 mm ya entregados al ejército fueran reformados en las armerías de cada distrito de tal manera que a los que todavía estaban equipados con ruedas de madera les fueran montadas otras con neumáticos y un sencillo sistema de suspensión bloqueable.
Con estos cambios técnicos se sentaron los requisitos necesarios para la formación de unidades antitanque plenamente motorizadas. De esta manera hubo cambios en la dotación antitanque de los regimientos de infantería de forma que en lugar de distribuirse por los batallones -como previamente habíamos visto- se concentraron en la, así denominada, 14ª compañía (mot Z) de cada regimiento -a la vez que se incrementó el número de cañones hasta los doce- divididas entre cuatro pelotones de tres cañones cada uno, permitiendo a su comandante repartirlos, de acuerdo con la situación del combate, entre los tres batallones del regimiento conservando aún un pelotón de tres cañones en reserva o bien mantener toda la compañía unida y de esta manera poder enviarla a sectores del frente particularmente amenazados por los blindados enemigos.
Según afirma Fleischer (41) estos pelotones, al depender de los regimientos de infantería, se encontraban siempre más cercanos a la línea del frente y por lo tanto más expuestos a la artillería enemiga, de manera que por cada cañón había dos vehículos medios equipados con ganchos de remolque (Kf. 12 Mittlerer geländegängiger Personenkraftwagen (Zughaken)). El primero remolcaba el cañón mientras el segundo lo hacía con el semiremolque de municionamiento (Sd.Anh.32). Si el vehículo que remolcaba el cañón, sin blindaje alguno, resultaba afectado por el fuego enemigo, el segundo lo sustituía inmediatamente prorrogando de esta manera la movilidad táctica de la pieza y evitando la posible pérdida de los valiosos y entrenados sirvientes de la misma. Pero hay que tener en cuenta que hablamos de los alemanes y su proverbial adaptabilidad a los medios disponibles por lo que en principio no estoy de acuerdo con lo que afirma Fleischer en ese sentido.
La Infanteriepanzerjägerkompanie c, regulada en la Kstn 184c (42) de noviembre de 1941, tenía tres modalidades de organización según el tipo de vehículo con el que se equipaba la compañía (43) ; concretamente las modalidades Ausführung A, B y C (por otra parte el mismo sistema que el que vemos al denominar las distintas variantes de un mismo modelo de vehículo). Sólo en la Ausf. A aparecen como de dotación obligatoria dos vehículos por cañón, concretamente los vehículos tipo Kf.12. Mittlerer geländegängiger Personenkraftwagen (m.gl.Pkw.). [Cabe recordar aquí que en el sistema alemán la numeración de un vehículo a motor no indica un modelo concreto, sino un tipo de vehículo, por tonelaje, misión, etc]. En las otras dos variantes, las Ausf. B y C, se contempla únicamente un vehículo por Pak, con sólo otro a mayores en todo el pelotón en labores de municionamiento. Pero claro, en estas dos variantes, los vehículos han de ser Kf.69 Protzkraftwagen o Sd.Kfz.10 Zugkraftwagen 1t.
Vemos pues como la diferencia entre las tres modalidades de organización claramente está en el tamaño del vehículo ya que los Kf. 12 eran vehículos de reducido tamaño, en los que poco sitio de estiba quedaba una vez que sus cuatro tripulantes iban a bordo, situación esta muy diferente en el caso del Protze, un camión de tres ejes, o del Sd.Kfz.10, un semioruga. Si el tamaño no fuera determinante y en cambio sí lo fuera la doctrina de uso en función de su mayor o menor cercanía al frente, tal y como afirma Fleischer, cualquier tabla de organización de la Inf.Pz.Jg.Kp habría de contar siempre con dos vehículos por cañón independientemente del tamaño, tipo o modelo de los mismos.
Los tres primeros pelotones están equipados todavía con el habitual Pak de 37 mm, mientras que el cuarto pelotón lo está con dos Pak 38, haciendo un total en la compañía de once cañones antitanque y cinco ametralladoras. En la última fila vemos el grupo de apoyo de la compañía con un vehículo taller, una cocina de campaña y una cisterna de combustible. En ocasiones podemos ver un pelotón de Pak sustituido por otro de Flak 30 o 38 de 20 mm de carácter bivalente. En 1942 ya es más frecuente encontrar que los pelotones podían estar equipados dos a dos, con Pak de 37 mm y Pak 38 de 50 mm en lugar del tres a uno representado en la imagen.
A comienzos de 1944 se modificó la composición de la compañía con la creciente introducción de las armas antitanque portátiles (panzerfaust, panzerschsreck, etc) de forma que, por ejemplo, en la 712ª División de infantería los dos primeros pelotones estuvieron equipados cada uno con un total de 18 lanzacohetes Raketenpanzerbüchse 54 de 88 mm, mientras el tercer pelotón recibía tres Pak 97/38 y el cuarto, otros tres Pak 40 ambos de 75 mm. Fue pues habitual a partir de entonces la composición de los dos primeros pelotones con panzerschsreck mientras los dos últimos se equipaban todavía con Pak remolcados, de distintos modelos en función de las disponibilidades.
En 1945 fue ya el conjunto de los cuatro pelotones los equipados con panzerschsreck, haciendo de este modo un total de 72 por compañía (54+18). El Pak 40 pese a su eficacia era demasiado pesado para las compañías de infantería y la escasez de vehículos de remolque adecuados se hacía notar cada vez más. Para los regimientos de infantería la nueva composición de la Inf.Pz.Jg.Kp. y sus dos pelotones de armas portátiles antitanque supusieron un incremento de la eficacia en la autoprotección frente a los blindados enemigos, pese a su alcance medio eficaz de sólo 150 metros, más aun habida cuenta que en el tipo de combate que libraban, los grandes alcances del Pak 40 no compensaban las grandes limitaciones de movilidad que suponían su tonelada y media de peso.
De nuevo, vemos como la movilidad se seguía configurando como la más destacada de las cualidades, en la lucha antitanque en el Heer.
12 Los Batallones Cazatanques, los Panzerjäger Abteilung
Seguimos ahora con la que fue la mayor unidad de la División específicamente destinada a la lucha antitanque, el Panzerjäger Abteilung (Pz.Jg.Abt.). Su nacimiento como tal unidad puede datarse en 1934, cuando se crearon los primeros catorce batallones, con un exponencial crecimiento en los siguientes años que hizo que al comienzo del conflicto hubiese ya 53 y al final del mismo se hubieran formado, contando desde su creación, un total de 407 Abteilung (45) .
Su composición fue desde el comienzo tremendamente variada y a su vez muy condicionada por las disponibilidades de cañones y vehículos antitanque que hizo que en numerosas ocasiones careciesen del material suficiente para completarlos de acuerdo con lo establecido en sus tablas de organización, lo que los convertía a menudo en un abigarrado conjunto de material de diversas procedencias y calibres. La adscripción de estos batallones a Divisiones de distintos tipos, bien sean estas de infantería, de panzergranaderos o blindadas, hacía que estos también sufrieran variaciones en su estructura en función de una u otra adscripción. Como norma general se podría definir su estructura como la formada por una plana mayor con tres compañías, de tres pelotones, la cual al menos con las Divisiones de la primera a la cuarta ola se cumplió y ya en 1939 se alcanzó a completar las dotaciones de todas ellas. Las de la primera ola tuvieron además una compañía antiaérea -normalmente autopropulsada- dotada de doce vehículos con cañones de 20 mm que se utilizaban a su vez para batir objetivos terrestres como vehículos ligeramente blindados y dar protección contra ataques de la infantería enemiga.
Ya hemos visto antes que como norma general las compañías del Abteilung estaban formadas por tres pelotones cada una -a diferencia de los cuatro pelotones que formaban la 14ª Infanteriepanzerjägerkompanie – pero los primeros tenían cuatro cañones antitanque cada uno, es decir uno más que estas últimas, por lo que la suma de cañones antitanque de cada compañía del Pz.Jg.Abt. era similar a los de la 14ª compañía antitanque del regimiento de infantería (una media de doce) dando un total de 36 cañones para todo el batallón.
13 Los Batallones Cazatanques Pesados, los Schwere Panzerjäger Abteilung
Los Ejércitos y Cuerpos de Ejército tuvieron adscritos estos batallones independientes basados fundamentalmente en el Pak 43 de 88 mm y sus variantes autopropulsadas, como fueron el Hornisse/Nashorn, y posteriormente los Panzer IV/70 o Pak remolcados. Su organización fue similar a la que ya hemos visto pero, en general, más homogénea en su equipamiento y con un mayor número de vehículos por batallón. Tenían las tres clásicas compañías de 14 vehículos cada una, a los que se añadían otros tres en la compañía de plana mayor, para un total de 45 vehículos.
A comienzos de 1944 el Heer tenía un total de 22 s.Pz.Jg.Abt. de los cuales ocho estaban equipados con Pak motorizados y el resto (54) con autopropulsados, Elefant, Jagdpanther, Panzer IV/70 o, más adelante, el Jagdtiger.
14 El Punto de Partida
El punto de partida del desarrollo de los vehículos cazacarros, fue el de la elección del arma principal, elTankabwehrgeschuetz (Tak) o cañón contracarro, destinada a equiparlos en los años venideros. Tal elección recayó en aquel momento en el 3,7 cm Rohr L/45 de la Rheinmetall (del cual hablaremos en otro momento) en detrimento de calibres mayores.
El General von Blomberg, responsable del Truppenamt en aquel momento, firmaba el informe emitido acerca de esta cuestión en mayo de 1929 justificando, como sigue, la elección del tipo de cañón y su calibre (55) :
“b.- la capacidad de penetración del 3,7 cm Tak es completamente adecuada para derrotar al blindaje de los tanques conocidos, ligeros y medios
c. – el pequeño calibre mejora la movilidad del arma, la deseada baja altura de disparo, y el potencial de disponer de suficientes municiones y
d. - costo de adquisición más bajo. “
Como argumentos principales que condicionaban su elección, y en el mismo informe, se mencionan entre otros lo poco adecuado del Tak para su uso en otros tipos de combate (además del propio como antitanque) y como, de elegirse un calibre mayor, el mismo permitiría adelantarse a una mas que previsible mejora del blindaje en los tanques más modernos de otras naciones. En ambas cuestiones el informe fue clarividente una vez vista la evolución experimentada por el blindaje durante los años del conflicto. Pero no podemos olvidar que la fecha del informe es de 1929 y como sin embargo, dada la posterior evolución y desarrollo de los vehículos blindados ligeros y medianos durante los próximos años, por parte de las principales potencias occidentales, el calibre de 37 mm se demostró un rival más que capaz durante toda la década de los treinta para los principales blindados desarrollados en la siguiente década por estas.
La siguiente cuestión trascendental fue la de determinar como iba a ser el transporte de las armas antitanques por el campo de batalla, su motorización. Fuese esta cual fuese lo que sí estaba claro para el jefe del Heereswaffenamts (4/7/1927) era que:
“…These should be full-tracked or wheel-cum-track, self-propelled guns with the lowest possible height and highest possible speed. They must take advantage of the tactical weakness of a tank attack by mobile fighting…”
Como ya hemos visto estos días, la “agilidad” se configuraba como concepto fundamental de la lucha antitanque; “pequeño tamaño, velocidad, combate móvil”…, todos ellos eran elementos que conducían a lograrla. También, podemos ver que la potencia de fuego aún no era un factor determinante en aquella época; la carrera cañón/blindaje todavía estaba en sus comienzos y el blindaje que equipaba a los modelos de aquella época aun era muy ligero. La doctrina blindada alemana puso el acento a lo largo de la siguiente década en la movilidad de los blindados a costa en parte de su protección, y el desarrollo de sus medios de lucha antitanque fue fiel a la misma.
Ya del extracto anterior quedaba claro que no había por tanto lugar ya a los tradicionales tiros de caballos para el traslado de los cañones antitanque, pero quedaba remarcado en el siguiente párrafo del mismo informe:
“In my opinion, a horse-drawn 3.7 cm Tak will not be a usable weapon for the infantry. In time of crises either the guns won’t be where they are needed or they will be available in such small number that they won’t be effective against a modern tank attack”
Por lo tanto si como ya hemos visto, el cañón antitanque elegido fue el 3,7 cm. Rohr L/45, había ahora que determinar el vehículo, el vector que lo trasladase por y hasta el campo de batalla. Dadas las difíciles condiciones económicas de la época los primeros intentos se hicieron sobre vehículos civiles comerciales que cumplieran los requisitos mínimos requeridos de movilidad todo terreno, como los bulldozers. Los mismos habían de ser probados tanto como soportes de las armas como transportes de la munición necesaria para las mismas, y no sólo por el Reichwehr.
Los requerimientos mínimos fueron fijados ya en octubre de 1926 por la oficina inspectora de armas y herramientas (Inspektion fuer Waffen und Geraet Abt.4). Esta, en su solicitud a la compañía Krupp de un vehículo adecuado para el montaje de un cañón de montaña de 75 mm, fijaba las siguientes características:
“The cross country speed and climbing ability hill be based on the type of commercially available chassis that is selected. The goal is 12 km/hr cross country. The radiator is to be protected by 10 mm thick armor. A hitch is needed for a dual-axle trailer.”
A este tipo de cañón antitanque autopropulsado sobre chasis comerciales se le conoció con el nombre de “Tankabwehrzwischenloesung”. Después de varias pruebas y prototipos los resultados fueron bastante mediocres por lo que a finales de 1927 Krupp reorientó sus intentos hacia un diseño de cañón autopropulsado basado en un chasis sobre orugas de nuevo desarrollo. Pero mientras tanto no sólo la Krupp, también su rival la compañía Rheinmetall, había iniciado en 1927 las pruebas para el montaje de sendos cañones de 37 y 77 mm sobre chasis comerciales de tractores Hanomag.
Al igual que había sucedido con las pruebas realizadas por la Krupp, estos vehículos no alcanzaron los requerimientos básicos establecidos. El 2 de septiembre de 1929, von Blomberg informaba acerca de las pruebas realizadas para un Tankabwehrzwischenloesung sobre un tractor LHW-Stumpf Raupenschlepper 50 PS (a veces lo veréis incorrectamente nombrado como LHB, dado que aunque posteriormente fue el acrónimo de la compañía, no era así en aquel momento) de la compañía Linke-Hofmann-Busch-Werke AG (FAMO):
“From this report it appears questionable if this Schlepper is suitable for mounting a 3,7 cm Tak. It appears to be very tall, and its width presents a large target. Also its cross-country mobility is insufficient. Therefore it is questionable if this design should be accepted into the army. The search for a usable Tankabwehrzwischenloesung appears to be urgent.”
Alto, ancho y de insuficiente movilidad son características del vehículo destacadas en el párrafo anterior de Blomberg y que consideradas en conjunto hacían “cuestionable” la eficacia del diseño.
A los pocos meses, pero ya al año siguiente, el 28 de enero de 1930, se realizó una demostración en Kummersdorf con tractores, de distintas compañías, equipados con Tak (remolcados o con cañón en pedestal sobre el propio tractor) que confirmó las pobres características destacadas previamente en el informe de von Blomberg, cuyo extracto acabamos de ver.
15 El Desarrollo de un Chasis Específico
Los primeros pasos que llevaron a desarrollar un Panzerjäger comenzaron muy temprano, como veremos a continuación, con el LSK, al cual siguieron un lustro después unos modelos muy prometedores aprovechando variantes intermedias, pero específicas, de Zugkraftwagen de tal forma que dieron lugar a un tipo de cazatanques singular pero que no llevó a posteriores desarrollos.
Los desarrollos de nuevos modelos se interrumpieron con ellos (y no se retomaron hasta bien entrado el conflicto) y dieron paso a una serie de cazatanques derivados de los conocidos como “Bunker Buster”; modelos de cañones autopropulsados desarrollados para proporcionar apoyo directo a las tropas contra fortificaciones, fundamentalmente pensados para el ataque a la línea Maginot francesa. Al ser innecesaria su intervención en ese sentido, se pensó en aprovechar sus cañones de gran calibre y alta velocidad para equipar distintas unidades de Panzerjäger que intervinieron, en algún caso, ya desde Polonia. Se suele incluir a estos vehículos dentro de los cazatanques en cualquier obra de esta temática, aunque en puridad no fueron creados como cazatanques y la suya fue más bien una carrera de fortuna.
Vamos a ver ahora estos modelos con mayor detalle.
El leichte Selbstfahrkanone (L.S.K.)
De lo expuesto anteriormente habíamos visto como se llegaba a la necesidad de desarrollo de un chasis creado ex profeso que reuniera los requisitos mínimos de movilidad junto con unas dimensiones que le permitieran aunar la estabilidad de una plataforma de tiro con la furtividad de un vehículo de pequeño tamaño y fácil por tanto de camuflar usando el terreno como principal defensa del mismo.
De nuevo y en primer lugar nos fijaremos en la compañía Krupp la cual, ya desde enero de 1927, había comenzado sus trabajos de cara al desarrollo de un chasis sobre orugas específicamente diseñado para el montaje sobre el mismo de un cañón de 7,5 o 3,7 cm. Se conoció inicialmente como Motorlafette aunque su nombre fue pronto modificado al de leichte Selbstfahrkanone (L.S.K.) (cañón ligero autopropulsado).
Después de distintas reuniones con el Wa Prw 4 para fijar características así como de distintos diseños sobre el papel, la Krupp ensambló en madera un modelo a escala (con cañón de 7,5 cm) que fue mostrado al Waffenamt el 29 de junio de 1928.
El L.S.K. era un vehículo de perfil bajo (1,58 de alto por 2,28 metros de ancho), pensado para cuatro tripulantes (comandante, conductor, artillero y cargador) con el cañón en una posición central y ligeramente escorada a la izquierda. El vehículo estaba pensado tanto para portar un cañón de 75 mm, de apoyo a la infantería, como un Tak de 37 mm. Ya en su diseño se suscitó el debate entre la ubicación delantera o trasera del motor y por tanto del armamento. Finalmente se decidió dejar el motor en la parte trasera del vehículo tanto para conseguir una mejor distribución del peso como por aumentar el espacio para la tripulación y una mayor estiba de munición así como para aumentar el arco de tiro del cañón.
El chasis estaba formado por planchas de acero soldadas entre si de 4, 6 y 14 mm de grosor, reforzado mediante una pared transversal y con distintas portezuelas de acceso a la suspensión y a otros elementos. El motor, transmisión, radiador y depósito de combustible iban montados transversalmente en el chasis en un compartimento cerrado, con grandes parrillas de entrada de aire para el radiador en la parte trasera y dos grandes paneles de salida del mismo en el techo del compartimento del motor.
Las orugas eran de caucho con dos alambres internos de acero a los que se sujetaban los eslabones insertados a su vez en la banda de caucho. El tren de rodaje estaba formado por catorce ruedas dobles, con tres rodillos de retorno, y presentaba la peculiaridad de tener tanto la rueda tractora como la tensora en brazos pivotantes, con una longitud de contacto de la oruga con el terreno de 2,6 metros para una longitud total del vehículo de 4,2 metros.
El chasis tenía un peso de 5,3 ton a las que sumar el peso del cañón, munición y tripulación para un total aproximado de casi 8 toneladas, movidas por un motor de seis cilindros Maybach O.S.5 de 100 CV que le permitían ascender pendientes de hasta el 33 % y alcanzar velocidades de 40 km/h.
Son especialmente interesantes los siguientes extractos de la descripción del vehículo a los miembros del Waffenamt por parte del representante de la compañía Krupp:
“El arma de 7,5 cm, que ven delante de ustedes como un modelo de madera, es algo nuevo para la artillería del Ejército alemán, en el sentido de que no es remolcada por animales de tiro o por su tripulación. En lugar de eso se envía contra el enemigo mediante poder motorizado. Tiene capacidad tanto de fuego indirecto desde posiciones ocultas, como de fuego directo a cortas distancias de combate, con el fin de explotar rápidamente una penetración en posiciones enemigas y golpear rápida y efectivamente blancos terrestres en movimiento.
(…)
Es discutible si el arma puede ser disparada con acierto en movimiento y si el balanceo normal de un vehículo en marcha no reducirá la precisión hasta el punto de que cada disparo sea simplemente un gasto de munición. Sugiero que en terrenos nivelados, buenas carreteras, campos recién arados o de rastrojo firme, un experimentado artillero puede golpear objetivos mientras todavía esté en movimiento.
(…)
El vehículo resultante está destinado a dos diferentes armas, un cañón de infantería (infanteriegeschuetz) con las capacidades del leichte Feldkanone y un Tak (cañón antitanque) de 3,7 cm con las capacidades de los Tak remolcados. El menor peso del 3,7 cm permite un mayor blindaje, con un escudo frontal de 10 mm de grosor y escudos laterales de 8 mm, de proa a popa.”(57)
El mismo vehículo, pero sin el montaje del cañón, estaba previsto que sirviera como transporte de munición para los anteriores, por lo que también los dotados de cañón disponían de un sistema que les permitía desprender fácilmente el pedestal del mismo en caso de daños en combate del cañón y continuar por tanto como vehículo municionador.
En el año fiscal 1929-30 la compañía Krupp declaró la fabricación y suministro al ejército de dos L.S.K. de los cuales al menos uno se llevó al campo de pruebas de Kummersdorf adonde llegó el 21 de agosto de 1930. Muy pronto quedó demostrado el fracaso del diseño de la nueva suspensión, hasta el punto de que tan sólo después de 84 Km. de rodaje de pruebas el L.S.K. fue devuelto a la compañía Krupp para la instalación de una nueva suspensión.
Después del diseño e instalación en fábrica de una nueva suspensión consistente en seis ruedas independientes con muelles horizontales (ver el vehículo de la lámina de debajo), el nuevo L.S.K. regresó a Kummersdorf en noviembre de 1931 con un aspecto notablemente cambiado. Las orugas eran ahora de eslabones de acero (86 eslabones) y el peso del vehículo ascendía hasta casi las nueve toneladas (8,91 Ton). Permaneció allí en pruebas hasta 1933, aunque nunca se llegó a fabricar en serie.
En la composición de arriba vemos un LSK con la nueva suspensión instalada a finales de 1931 ante la comprobada fragilidad de la original. Como no hay fotos del vehículo con cañón instalado, me he permitido la licencia de hacer un chapucero montaje fotográfico con un Pak de 37 mm situado en la posición teórica que llevaría el cañón sobre el vehículo, a fin de hacernos una idea del aspecto que tendría el primer vehículo cazatanques alemán diseñado como tal.
Vemos ahora un L.S.K. de 1927 y un Wafentraeger de 1944. Casi veinte años separan el inicio del desarrollo de ambos vehículos de la Krupp, pero el concepto es el mismo.
16 La Era de los Semiorugas Panzerjäger
Los vehículos que vamos a ver a continuación representaron el inicio de una muy interesante rama evolutiva sin salida final en el árbol de los Panzerjäger, y el último intento antes del estallido de la guerra de desarrollar un vehículo cazatanques empezando desde el chasis. No volveremos a ver estos intentos reproducidos de nuevo hasta 1944. Formó parte del ya mencionado intento de crear vehículos antitanque más rápidos que los tanques, pero con similar capacidad todoterreno, ligeramente protegidos y baratos de producir, vehículos que cumplieran en definitiva con los requerimientos de alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño.
Parece ser, a falta de otros datos, que se abandonó su desarrollo ante lo complejo de su producción y en consecuencia su elevado precio final por vehículo, que hacía que no se cumpliese uno de sus principales requerimientos, el de la producción en masa más sencilla y barata que la de los tanques a los que habían de combatir.
El 3,7 cm L/70 Kanone auf Selbstfahrlafette
Este vehículo cazatanques, del que sólo se fabricó un prototipo en 1936, fue producto de la unión de un chasis de la Hansa Lloyd, un motor Borgward y una nueva pieza de la Rheinmetall-Borsig, el Tak de 37 mm L/70.
El chasis (del cual ya hemos hablado en el artículo de los Zugkraftwagen), fue un desarrollo intermedio del que se convertiría finalmente en el Zgkw. 3t (Sd.Kfz.11) denominado HL.kl.3 (H), el cual, a diferencia de los otros de esta serie, estaba equipado con un motor trasero. Además de la diferente configuración del motor el vehículo también tenía una rueda más a cada lado que el equivalente HL.kl.3 de motor delantero como diferencia más evidente entre ambos.
El vehículo presentaba la clásica protección que vimos posteriormente en los semiorugas blindados (SPW) y en los Panzerspaehwagen por todos conocidos, formada a base de planchas de blindaje muy inclinadas pero, a diferencia de los anteriores, en este caso con un morro corto y muy achatado fruto de su motor trasero. La torreta iba sobre pedestal y el armamento principal estaba formado por un PaK de 3,7 cm L/70 con freno de boca, que disparaba un proyectil de 0,710 Kg a una velocidad inicial de 900 m/s. Se completaba este con dos ametralladoras MG-39, una en el casco y la otra en anillo sobre la torreta. El motor que lo equipaba era un Borgward de 70 caballos a 2.600 rpm con una transmisión manual de cuatro velocidades, que le permitían alcanzar una destacada velocidad máxima en carretera de 50 km/hora.
El 7,5 cm L/40,8 Pak auf Selbstfahrlafette (Modell 1 y Modell 2).
Arriba vemos una lámina en donde podemos apreciar los dos siguientes modelos de Panzerjäger desarrollados en Alemania sobre chasis de semiorugas, en este caso sobre desarrollos intermedios (pero de motor trasero) de la compañía Büssing-NAG del que luego sería el Sd.Kfz.6, mittlerer Zugkraftwagen 5t. El conocido como Modell 1 se configuró sobre un chasis del BN L6 y el Modell 2 sobre un BN 10. La superestructura de ambos correría a cargo de la Rheinmetall-Borsig.
Concretamente fijándose en la lámina arriba se aprecia perfectamente la diferencia entre ambos chasis y modelos simplemente contando el número de ruedas de ambos, con cinco el Modell 1 sobre BN L6 y seis el Modell 2 sobre BN 10.
Estos modelos iniciaron su desarrollo ya en 1934, aunque hasta al menos 1936 no fueron completados, con un único prototipo del Modell 1 y tres del Modell 2 (de diferentes medidas entre los tres) equipados con el 7,5 cm L/40.8 Kanone de la Rheinmetall-Borsig, desarrollados como consecuencia de la incipiente carrera blindaje/cañón :
“ En consideración a las posibilidades de defensa contra los más pesados tanques franceses (Char 2C, 3C y D) fue desarrollado un 7,5 cm Kanone auf Selbstfahrlafette siguiendo las órdenes del OKH. El cañón tiene las capacidades del Feldkanone 15 n.A. (¿7.5-cm FK 16 n.A.?), alcanzando una velocidad inicial de 650 m/seg. Disparado a esta velocidad inicial a alcances de 700 metros, la Panzergranate puede penetrar 61 mm de plancha de blindaje impactando a un ángulo de 30 grados desde la vertical. Esto es un 10% más de lo necesario para penetrar los Char 2C, 3C y D.”
Los vehículos en si pesaban algo más de seis toneladas, tenían una superestructura con un blindaje frontal de 20 mm y de 8 mm en los laterales, una torreta con posibilidad de giro completo y una tripulación de cuatro hombres. Se echan en falta más datos sobre estos vehículos en cuanto a munición transportada y otras características técnicas.
Panzer Selbstfahrlafette II – 7,5 cm Kanone L/41 auf Zugkraftwagen
Esta de arriba es las más reproducida del apenas puñado de fotos que hay del Panzer Selbstfahrlafette II. Todas ellas (o al menos las que conozco) están tomadas en el norte de África en donde sirvieron los dos únicos vehículos fabricados durante la primera mitad de 1942.
El siguiente modelo, aunque algo posterior a los que acabamos de ver, responde al mismo concepto de semioruga cazatanques de estos e incluso continuó utilizando el mismo chasis derivado del empleado para el Sd.Kfz.6, mittlerer Zugkraftwagen 5t. utilizado en uno de los dos que hemos visto anteriormente, una variante del BN 10, de cinco ruedas y motor trasero. El chasis fue denominado en este caso como HKP 902.
El contrato que inició el desarrollo de este chasis por la Büssing-NAG es como en los anteriores de principio de 1936, aunque de los cuatro vehículos fabricados a partir del mismo sólo dos lo hicieron como Panzer Selbstfahrlafette II, ya en la primera mitad de 1941.
El motor era un Maybach HL45 de 150 CV a 3.800 rpm que movía las once toneladas que pesaba el vehículo hasta los 50 km/h. El armamento principal era un cañón de 7.5 cm L/40.8 montado en una torreta muy amplia de rotación completa, con techo descubierto. El vehículo podía almacenar un total de 35 proyectiles para el cañón. El blindaje era mayor que en los anteriores modelos que hemos visto, alcanzando los 20 mm en el frontal, 14.5/10 en los laterales, 10 en la parte trasera y 10.5 mm en el techo.
El sistema de rodadura era el clásico de la mayoría de los Zugkraftwagen pero en este caso únicamente con cinco ruedas, las tres exteriores macizas (algo muy infrecuente y que sólo se acostumbra a ver en los Demag muy tempranos) y las dos interiores de seis radios, mientras que si vemos a los dos anteriores modelos de cazatanques sobre semiorugas comprobaremos que son similares a las que equipaban al Sd.Kfz.6 de cuyo chasis derivaba el suyo.
Se fabricaron sólo dos vehículos, en esta variante cazatanques, que formaron un pelotón cazatanques pesado, adscrito al Pz.Jg.Ab. 605, y fueron enviados al norte de África adónde llegaron en enero de 1942 dentro del DAK. No hay mucho escrito, o más bien nada, acerca de su comportamiento en combate, más allá del dato publicado de tres tanques enemigos destruidos por uno de ellos y de la captura del otro, ya dañado, por parte de los británicos en fecha sin determinar. El último informe en el que se menciona al único Panzer Selbstfahrlafette II operacional, data de 5 de junio de 1942.
No es que sea muy importante pero cabe un apunte acerca de la nomenclatura de los últimos tres vehículos que acabamos de ver. Los dos 7,5 cm L/40,8 Kanone auf Selbstfahrlafette (Modell 1 y Modell 2) y el Panzer Selbstfahrlafette II – 7,5 cm Kanone L/41 auf Zugkraftwagen.
En el caso de los dos primeros, Jentz en su Panzer Tracts nº 7-1 no hace distingos entre los dos modelos a la hora de nombrarlos, siendo denominados ambos indistintamente como “Modell 1”. Por el contrario, tanto Spielberger en su “Halftracked Vehicles of the German Army”, como Chamberlain en su “Encyclopedia of German Tanks of World War Two” los denominan tal y como hice yo en este artículo, “Modell 1” al montado sobre el chasis BN L6 y “Modell 2” al montado sobre BN 10.
En el caso del Panzer Selbstfahrlafette II que acabamos de ver, tanto Jentz como Chamberlain lo denominan así, pero Spielberger lo hace como Panzer Selbstfahrlafette III.
¿Lo correcto?, quien sabe. Dejo el apunte y el tiempo lo dirá.
Bunkerflak de 88 mm sobre Sonderanhaenger 201 con variante blindada del Zugkraftwagen 8t
Variante blindada de Zugkrafwagen de difícil parangón en otros semiorugas y Panzerjäger posiblemente producto de lo temprano de su desarrollo (1938). Las demás variantes blindadas que encontramos en los distintos modelos de semiorugas, estaban también armadas, bien con Flak o con algún modelo de PaK, mientras que los demás Panzerjäger que vamos a ver tenían el Pak montado sobre el propio vehículo.
Este vehículo sin embargo mantenía la función original para la que fue diseñada, es decir era la cabeza tractora de una pieza de artillería, en este caso un 88 mm. Su configuración como vehículo blindado sólo se justifica por el empleo de un cañón antiaéreo de 88 mm, el famoso Flak 18, modificado para su empleo contra posiciones fortificadas (de ahí su apodo de Bunkerflak, o Bunkernacker) sobre un remolque Sd.Ah.201. Este conjunto estaba diseñado para su empleo contra objetivos terrestres sin necesidad de desmontar el cañón del remolque, mediante el accionamiento de unos brazos de apoyo laterales. Es por esto que su empleo era más similar al de un vehículo de artillería autopropulsada que al convencional de una pieza remolcada, y de ahí la necesidad de blindar, (al estar previsto su empleo en primera línea) al vehículo que hacía las veces de tractor. Por ello el binomio vehículo-cañón en este caso debe de verse como algo singular.
Se empleó fundamentalmente en Francia en 1940, pero fuera de la función original para la que fue concebido, asignado a los Panzerjäger Abteilungen nº 525, 560 y 605; cada uno de ellos equipado con una compañía de doce vehículos con su respectivo Bunkerflak.
La distribución de las planchas de blindaje responde aproximadamente a lo posteriormente habitual, con frontal, cabina de conducción y parte de la superestructura trasera protegidas. Pero en variantes blindadas posteriores de otros semiorugas, la posición de la cabina de conducción no se modificaba, mientras que en esta es evidente que sí se hizo sólo observando la posición de los visores del conductor y comandante, atípicamente elevados con respecto a su posición natural en este modelo y por lo tanto mucho más expuestos.
La superestructura trasera, muy compacta, estaba formado por planchas de blindaje de al menos 20 mm (se echan en falta más datos sobre el tema) que formaban un compartimento atípicamente angosto dotado de una cabina elevada (cerrada por detrás, en su parte superior), con grandes visores frontales y laterales (2+2), para conductor y copiloto y dos portezuelas de acceso al compartimento (con dos grandes topes de caucho), una a cada lado, que abrían hacia abajo (otra característica peculiar. Llama la atención la configuración de las planchas de blindaje en torno al morro del vehículo, sobresaliendo por encima de este, con dos enormes portezuelas de acceso a cada uno de sus laterales.
En la foto también se aprecia el gran escudo con el que iba protegido el cañón, que limitaba el arco vertical del cañón, impidiendo su uso como antiaéreo, así como uno de los brazos de apoyo del 88 mm, en posición retraída.
En la foto superior se aprecia parte de lo comentado anteriormente acerca de la curiosa configuración del vehículo (ideal para un maquetista “imaginativo”). La elevada posición de conductor y copiloto, protegidos por planchas de blindaje en los laterales y al frente, pero sin cubierta superior permanente, más allá de la lona que se aprecia en la foto. Al estilo de los SPW, el compartimento con bancos laterales longitudinales estaba previsto para los sirvientes del cañón. En la parte trasera se situaba el armario con la munición.
Reconozco que no entiendo el por qué de esa disposición elevada del conductor, evidentemente así buscada, con la preceptiva modificación – alargamiento - de la barra de dirección, así como la obligada modificación de pedales y cambio; cuando desde su posición “natural” en el Sd.Kfz.7 su visión no sería obstaculizada por ningún elemento “nuevo”.
No suelo poner fotos de este tipo de fuente, pero creo que esta es muy valiosa para destacar el grosor del blindaje que protegía la superestructura. Puede no parecer demasiado, pero a ojo diría que es de unos 25 mm. Por comparar con algún tanque contemporáneo, el primer Panzer III “moderno”, el Ausf. D de 1938, tenía su máximo grosor de blindaje en el mantelete, con 16 mm. Destacar, de nuevo, la posición elevada del conductor y sus grandes visores.
Arriba vemos una de las fotos más conocidas de nuestro vehículo en Francia, supuestamente, en el verano de 1940. Se aprecia perfectamente el corto brazo de apoyo del Pak de 88 mm en posición recogida y, encima de este, la caja de munición de pronta disposición para tres proyectiles.
Estupenda maqueta la de arriba que nos permite apreciar las singularidades del Flak 18 en su configuración como Pak/cañón de apoyo a infantería, y sus carrillos Sd.Ah.201. Es importante no confundirlo con el Flak 18 clásico. Destacando lo más evidente, vemos la modificación de la plataforma cruciforme, el gran escudo frontal, la eliminación de los receptores luminosos de dirección y altura, (fiando la puntería por tanto sólo al visor telescópico) y el gran armario para proyectiles situado en la parte posterior de la cabeza tractora.
8.8 cm Flak 18 Sfl. auf schwere Zugkraftwagen 12 t
En la foto anterior se aprecia el cañón en una posición que parece desmentir la afirmación anterior recogida por Jentz en su PT 7-1 (ver cita) de una elevación máxima del cañón de 15º. Puede ser que Jentz se refiera a la elevación máxima del tubo en condiciones de combate, y la que se aprecia en la foto sólo sea posible de cara al mantenimiento, aunque me resulta extraño.
Ya dije antes que se utilizaron dos modelos distintos de la Daimler para la fabricación de estos vehículos, utilizándose una distinta motorización en ambos. El DB s8 estaba equipado con un Maybach DS O8 de 150 caballos y el DB9 con un Maybach HL 85 TUKRM de 185 caballos que le proporcionaban una destacada velocidad en carretera de 51 km/hora y 21 km/hora en campo a través con una autonomía en carretera de 250 kilómetros con los tanques de combustible llenos.
De nuevo, y como en el vehículo anterior, se echan en falta datos acerca del blindaje con el que estaban equipados estos vehículos, aunque dado que el desarrollo temporal de ambos fue coincidente entiendo que debió ser similar. Lo que desde luego comparten es la posición modificada de la cabina de conducción, sobreelevada sobre la habitual en el Zgkw. de serie, pero en este caso asimétrica, sin puesto para el copiloto. En la superestructura trasera sin embargo carecía, como es lógico dado el volumen del cañón, de reserva de espacio alguna para la tripulación, al contrario que en el vehículo precedente.
En la fotografía anterior, vemos el escaso espacio que quedaba para la tripulación del vehículo y lo expuesto de la misma en condiciones de combate. Se aprecia la gran caja trasera de munición y la estiba precaria de alguna caja a mayores como asiento para la tropa. El bloque de culata y la teja de carga aparecen cubiertos por una lona intuyéndose, más que viéndose, a la izquierda la caja de munición de pronta disposición para tres proyectiles.
Vale la pena traer aquí una reseña de las instrucciones de entrenamiento para el uso del cañón de 88 mm sobre nuestro vehículo:
“The best position for the carriage is when the barrel fires parallel to the direction in which the carriage moves forward or diagonally across the line. If fire has to be opened at right angles to the line of forward movement, care must be taken that the ground beneath it is as level as possible. The recoil from firing in this position causes the carriage to sway. The gun crew must take care to hold on tight” (64)
Se fabricaron un total de diez vehículos de esta variante, que entraron en combate ya desde la campaña polaca, adscritos a la 1.Kompanie del Panzerjaeger Abteilung nº 8. Posteriormente sirvieron en Francia y Bélgica, en mayo de 1940, y finalmente en Rusia en junio de 1941. En enero de 1942 se renombró a su compañía como Panzerjaeger Kompañie 601 y finalmente en abril del mismo año como 3.Kompanie/Panzerjaeger Abteilung (Sfl) 559. Esta última conservaba todavía tres vehículos de los originales en dotación (sólo dos operativos) en agosto de 1942, siendo perdido el último de ellos en marzo de 1943, en lo que fue una vida operacional extraordinariamente longeva para una serie tan corta de vehículos.
Vale la pena reproducir aquí por su interés, un extracto del informe operacional que el Hauptmann Frenzel, comandante de la 1.Kompanie en Polonia, le transmitió al equipo de la fábrica de la Daimler responsable del desarrollo de esta variante:
“The impression was left that because of their greater maneuverability and quicker ability to start firing, these Selbsfahrlafetten accepted by the Heer. Firing position was changed after 2 to 3 shots, so that not a single occurred, because the Polish artillery had no time to engage the target. The troops liked the vehicle so much that it was continuously called on to help, especially to be employed against bunkers. The crew had driven and fired for 21 days, covering a distance of about 6.000 kilometers”.
17 Anexo: Asignación de los Panzerjäger
Como el tema es interesante voy a abrir un paréntesis en el discurrir líneal del artículo para, aprovechando la cuestión de Uge en su día, y la cercana lectura durante este verano de la obra de Peter Müller y Wolfgang Zimmermann; “AssaultGun III. Backbone of the German Infantry. Volume I, history: Development, Productión and Deployement” profundizar un poco sobre el creciente perfil del Sturmgeschütz III (StuG III) como cazacarros, frente a sus orígenes como cañón de asalto, como consecuencia de las sobrevenidas experiencias del frente ruso.
Cabe recordar en primer lugar que hay una notable diferencia entre los StuG fabricados durante la primera mitad del conflicto –hasta febrero de 1942- con los posteriores; los primeros iban exclusivamente equipados con un cañón StuK de 75mm L/24, es decir un cañón “corto” - de baja velocidad inicial en boca - y por lo tanto sólo secundariamente eficaz contra otros blindados (aunque no un inútil completo como frecuentemente se dice) en comparación con los segundos que lo estaban con un cañón largo L/43 y/o L/48. De la gráfica de abajo (con datos tomados de Peter Müller y Wolfgang Zimmermann) se desprende la enorme diferencia entre los volúmenes de producción de unos y otros.
Müller recoge como en la reunión mantenida el 29/11/1941 entre representantes de la Oficina de pertrechos, de la industria y con la presencia de Hitler, Keitel, Jodl, von brauchitsch, Leeb, Porsche y Todt; quedaban registrados los siguientes primeros comentarios al respecto:
“Assault vehicles belong with the infantry whom they must escort directly. Assault vehicles must be fitted with a gun that is highly effective against tanks. The assault guns must be supplied with more ammunition.”(58)
En palabras del propio Müller:
“La aparición de los tanques soviéticos T-34, KW-1 y KW-II puso de relieve las graves deficiencias de las defensas antitanques alemanas. Con frecuencia, la artillería de asalto tuvo que apoyar el esfuerzo antitanque lo mejor posible. Rápidamente quedó claro que la silueta baja de los vehículos y su pesado blindaje los hacía admirablemente adecuados para este propósito."
Los esfuerzos para mejorar las cualidades antitanque del StuG se vieron traducidos en abril de 1942 con los primeros nueve vehículos equipados con el cañón de 75 mm “largo”, el 7,5 cm StuK 40 L/43; vehículos que fueron adscritos al StuG. Abt. “Grossdeutschland” y con los cuales, en palabras (un punto exageradas) de Müller: “the first truly capable tank destroyer was created”.
Ya hemos visto anteriormente como tras el nombramiento de Guderian, a principios de 1943, como Inspector General de las Panzertruppen, este intentó conseguir los cañones de asalto para su arma, sustrayéndolos en consecuencia de la Artillería, a la cual pertenecían, sobre todo en un principio con vistas a reequipar unidades Panzer, cortas de reemplazos, hasta que los nuevos Panther y Tiger estuvieran disponibles en suficientes cantidades. Como también hemos visto, Guderian “únicamente” consiguió que se le adscribieran 100 vehículos al mes. Entrecomillo porque realmente 100 vehículos era una cantidad relevante en un mes, mayo de 1943, en que la producción conjunta, de StuG y StuH, fue de 310 vehículos.
Los porcentajes de reparto de los StuG en las distintas unidades, en diciembre de 1943, que nos ofrece Müller(59), son de los más relevante a la hora de entender la pérdida de peso experimentada por el arma de artillería a la hora de la adscripción de los cañones de asalto de los cuales, hasta la llegada de Guderian al inspectorado, habían tenido la exclusiva:
• 54 % de los vehículos en unidades de artillería de asalto.
• 25,3 % en unidades de tanques.
• 5,5 % en unidades Panzerjäger de Divisiones de Infantería.
• 2,2 % en Divisiones de la Luftwaffe.
• 13 % en las Waffen-SS.
De los porcentajes superiores, entiendo que al hacer hincapié en que el 5,5% estaban en Batallones Panzerjäger de las Divisiones de Infantería, parte de los destinados en unidades Panzer podrían estar a su vez adscritas a este tipo de misiones dentro de los Pz.Jg.Abt. y no sólo a los StuG.Abt. de las mismas, aunque no es relevante tampoco, ya que, en las mismas, de un modo u otro sus misiones habían dejado de ser las propias de un cañón de asalto.
El General Fritz Lindeman, comandante en jefe por entonces del arma de artillería, se lamentaba del hecho consumado de la pérdida de gran parte de los vehículos previamente destinados a sus unidades. En enero de 1944 las cifras de cañones de asalto en manos de la artillería se habían reducido desde el 54 % hasta un 46 %:
“In the long term, however, it is not a satisfying situation for a weapon system to be deployed in operations for which technically it was not originally designed.”
En palabras de nuevo del propio Müller, a mediados de 1944:
“Reforzar la artillería del ejército con cañones de asalto adicionales condujo al debate sobre los objetivos de equipamiento de las unidades cazacarros. En ese momento, la cuenta se incrementó hasta los 3.988 StuG y cazatanques en la primavera de 1945. El objetivo de equipamiento para agosto de 1945 era de 6.518."
Bueno, pues pasemos de nuevo a Guderian y su perseverancia. No sé si recordáis esta cita de él, un poco más atrás en el hilo, en la conferencia de Vinitsa de 9 de Marzo de 1943::
“La defensa antitanque se convertirá más y más en la principal tarea de los cañones de asalto, dado que las otras armas antitanque tienen poco efecto en los nuevos tanques enemigos o están expuestas a grandes pérdidas, (…) por lo tanto, todas las Divisones en los frentes principales, necesitan un suministro asegurado de esta arma, mientras las de los frentes secundarios proporcionarán reservas de cañones de asalto al alto mando y en un principio se equiparan con Pak autopropulsados. (…) Los nuevos cañones de asalto pesados deberían de ser usados sólo en los frentes principales y para determinadas tareas. Son, antes que nada, destructores de tanques.(60)”
El 2 de junio de 1944, en un informe al Jefe del Estado Mayor, Guderian insistía:
“Varios informes me indican que, en algunos casos, hay errores de concepto en el despliegue y la asignación de los StuG.Abt. antitanques.
Esto me da pie a establecer la siguiente posición:
4. La decisiva significación de las defensas antitanque precisa de un cambio fundamental en el armamento de las unidades cazatanques. Consecuentemente, bajo mis órdenes, se inició la reconstitución de los Pz.Jg.Abt., siendo el primer objetivo la conversión de una compañía por batallón, a cañones de asalto o cazatanques.
5. Bajo ninguna circunstancia, el equipar a las unidades cazatanques con esta arma significa un cambio en las misiones de esta sino, a lo sumo una ampliación de las mismas. Esto ya fue claramente establecido en el Boletín 75/3 “Directrices para el despliegue y el uso de las Compañías cazatanques 7,5/IV (nuevas)” de fecha 2/10/1943: “La misión principal de las unidades de Cañones de Asalto antitanques es la destrucción de los tanques enemigos, los más peligrosos adversarios de nuestra infantería….”
6. En consecuencia, las unidades de Cañones de Asalto antitanques no tienen que asumir las misiones de la artillería de asalto sino que, sencillamente, tienen que convertirse en verdaderos cazatanques. (61)”
En definitiva, desde 1943 y hasta el final de la guerra, el StuG III, fue utilizado indistintamente y en porcentajes variables, crecientes al principio, como cazatanques tanto en los Pz.Jg.Abt. de las Divisiones de infantería, en los Pz.Abt. de las Divisiones de Panzergranaderos e incluso sustituyendo directamente a tanques en unidades Panzer, no como medida improvisada o sobrevenida en el frente sino contemplada como tal en las tablas de organización, y sus variantes, de las unidades anteriores. En ellas vemos como se utiliza indistintamente el término de Cañón de Asalto/Jagdpanzer para referirse tanto al StuG III, al Jagdpanzer 38(t) o al Jagdpanzer IV a medida que estos dos últimos entraban en servicio creciente en las unidades en el último año de la guerra.
18 Referencias
(1) Datos usados en las gráficas extraídos de “World War Two Tanks and Fighting Vehicles. The Complete Guide”, de Leland Ness. HarperCollinsPublisher. 2002.
(2) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág.18
(3) “Untersuchungsausschusses der Deutschen Reichtages, 1919/1928”. Citado en Corum, pag.22.
(4) “World War I: encyclopedia, Volumen 1”. Spencer Tucker, Priscilla Mary Roberts, pag 655.
(5) Corum, pag. 22.
(6) Fuller, “Tanks in the Great War”, pag 171. Citado en Corum, pp 22-23.
(7) James S. Corum “A clash of Military cultures: German & French approaches to technology between the World Wars” . USAF School of Advanced Airpower Studies, pag. 30.
(8) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág.XIII..
(9) James S. Corum “A clash of Military cultures: German & French approaches to technology between the World Wars” . USAF School of Advanced Airpower Studies, pag. 18.
(10) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”; pp. 20-21.
(11) Richard J. Shuster. “German disarmament after World War I: the diplomacy of international arms inspection, 1920-1931”, pág 73.
(12) En http://www.globalsecurity.org/military/ ... upp-04.htm
(13) Fundada en enero de 1925, oficialmente Junkers controlaba solo el 50% de la compañía, máximo permitido por la normativa sueca para inversores extranjeros, pero en la práctica controlaba un 32% adicional a través de testaferros de nacionalidad sueca.
(14) E. J. Gumbel, “Inspection For Disarmament”. Columbia University Press, 1958, pág 203-219.
(15) Para el que tenga curiosidad, un enlace interesante: http://www.dutchsubmarines.com/export/export_ivs.htm
(16) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”; pp. 80-84.
(17) Mas allá de la bibliografía referenciada, más extensa, a quien le pueda interesar tiene un breve pero interesante artículo en http://www.feldgrau.com/articles.php?ID=23
(18) F. L. Carsten, Francis Ludwig Carsten “The Reichswehr and politics, 1918 to 1933”. University of California Press, 1973, pag 236.
(19) Se pueden consultar las distintas escuelas y centros de entrenamiento abiertos en Rusia durante el periodo 1922-1933 en http://www.axishistory.com/index.php?id=10182
(20) Supongo que Volckheim hace referencia al 7.7cm Feldkanone, aunque pudiera ser también el 7.62cm Infanteriegeschütz L16.5 utilizado por los batallones de asalto.
(21) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág 129.
(22) En Timothy A. Wray, “Standing Fast: German Defensive Doctrine on the Russian Front during World War II, Prewar to March 1943”, U.S. Army Command and General Staff College. Fort Leavenworth, Kansas. Library of Congress Cataloging in Publication Data. Pags. 16-18.
(23) Robert M. Citino. “The Path to Blitzkrieg. Doctrine and training in the German Army, 1920-39”, pág. 203.
(24) U.S. War Department Technical Manual TM-E 30-451: “Handbook on German Military Forces” ; March 1945, pág IV-25
(25) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”, pág 141.
(26) “Zapis’ Besedy Narkomvoenmora t. Voroshilova s Nachal’nikom Genshtaba (truppenamt) Reikhsvera gen. Adamom. (19.XI.31 –19-22.10,” RGVA, f. 33987, op. 3, d. 375, ll. 26-32, citado en Habeck pág 141- 142.
(27) Inspector de las tropas motorizadas en 1926 y posteriormente sustituido en 1929 por von Stülpnagel cuando Bockelberg fue nombrado responsable del Heereswaffenamt. Acuñó el término Kraftfahrkampftruppen para referirse a las tropas de combate motorizadas.
(28) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”, pág 142.
(29) Citado en Habeck. Ludwig Ritter von Eimannsberger, “Panzertaktik,” Militär-Wochenblatt, no. 26 (8 January)
(30) Ib.idem. Major Sieberg, “Untitled commentary on fighting in Spain”, Militär-Wochenblatt, no. 33 (11February 1938):pag. 2097.
(31) En Habeck, pág 265.
(32) Revue militaire française nº 168, año 105 (pags 359-386). Publicada en junio de 1935. Capitaine X: “Analyse de l’ouvrage du general autrichien von Eimannsberger: “La Guerre des Chars (Der Kampfwagenkrieg)”.
(33) Jonathan M. House, “Toward Combined Arms Warfare. A Survey of 20th-Century Tactics,
Doctrine, and Organization”, Research Survey. Combat Studies Institute; nº 2 . Pág.42.
(34) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pág. 7-19.
(35) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág 48.
(36) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pp. 7-46/7-52.
(37) Al comienzo de la guerra en varias Divisiones Panzer alemanas había dos brigadas, una Panzer-Brigade y una Schützen-Brigade, cada una con dos regimientos.
(38) “Heeresdienstvorsschrift 487, Führung und Gefecht der verbundenen Waffen” (Berlín: Verlag Offene Worte, 1921, 1923, 1925). Citado en Corum, pág. 208.
(39) Truppenamt T-4, War Games, 1926-1927, File RH 2/2822, Bundesarchiv/Militärarchiv, Freiberg im Breisagau. Op.Cit, pág.210.
(40)Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág 10.
(41) Ibid. pág . 13.
(42) Kstn es el acrónimo por el que eran conocidas las distintas tablas de organización alemanas según las cuales se tenían que organizar las distintas unidades.
(43) A quien le interese con mayor detalle, la puede consultar en la magnífica web de Christoph Awender: http://www.wwiidaybyday.com/kstn/kstn184c1nov41.htm
(44) Otros modelos de vehículos usados como Kf. 12 serían, entre otros, los: Horch 901 - Mercedes-Benz 200, 260, 290, 320 - Wanderer W11, W14 - Adler Favorit, Standard 6, 3 Gd - Phänomem Granit 25 - Stoewer M12.
(45) http://www.lexikon-der-wehrmacht.de/Gli ... derung.htm
(46) Kstn 1148 de 2 de abril de 1940 para la organización de los pelotones.
(47) Kstn 1146 de 1 de febrero y de 1 de noviembre de 1940.
(48) Kamen Nevenkin, “Fire Brigades. The Panzer Divisions 1943-1945”, J.J. Fedorowicz Publishing, Inc., 2008, pág. 34.
(49) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág. 74.
(50) Op. Cit., pág. 114.
(51) Thomas L. Jentz & H.L. Doyle, “Panzer Tracts nº 7-3. Panzerjaeger (7,5 cm Pak 40/4 to 8,8 cm Waffentraeger) development and employment from 1939 to 1945”, pág. 7-213.
(52) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book., pág. 134.
(53) Op.Cit., pág 126.
(54) http://www.lexikon-der-wehrmacht.de/Gli ... derung.htm
(55) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941” p. 7-3.
(57) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pag. 7-8.
(58) Peter Müller, Wolfgang Zimmermann; “AssaultGun III. Backbone of the German Infantry. Volume I, history: Development, Productión and Deployement”. History Facts, Andelfingen 2009, pág 167.
(59)“OKH, Gen.d.Art.b.Chef.Genst.d.H., 2600/43 g.Kdos. : Entwicklung der Sturmartillerie: 23/12/1943.” Citado en Müller, pág 188-189.
(60)Citado en Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág. 114.
(61)“Der Generalinspekteur der Panzertruppen 6980/44: Verwendung von Panzerjäger-Sturmgeschütz-Abteilungen: 2.6.1944”. Citado en Müller, págs. 198-200.
(63) "Panzerjaeger, development and employment from 1927 to 1941". Thomas L.Jentz y H.L. Doyle. Panzer Tracts nº 7-1, pág. 7-30.
(64) Ibid.
19 Bibliografía
- La Historia de unos Valientes en sus Locos Cacharros
- Un Preámbulo Necesario
- El Embrión
- El Tratado de Versalles como límite
- Evolución y Desarrollo: La Doctrina de Uso de las Fuerzas Antitanque
- Eimannsberger
- Una Reflexión
- Fleischer
- Conclusiones
- La Creación de los Panzerjäger, su Organización, Estructura y Evolución
- La 14ª Compañía, Infanteriepanzerjägerkompanie Mot. Z. (Inf.Pz.Jg.Kp)
- Los Batallones Cazatanques, los Panzerjäger Abteilung
- Los Batallones Cazatanques Pesados, los Schwere Panzerjäger Abteilung
- El Punto de Partida
- El Desarrollo de un Chasis Específico
- La Era de los Semiorugas Panzerjäger
- Anexo 1: La asignación de los Panzerjäger
- Referencias
- Bibliografía
1 La Historia de unos Valientes en sus Locos Cacharros
Se podría afirmar sin demasiado temor a equivocarse que si alguno de nosotros tuviese que nombrar una serie de vehículos militares que considerásemos icono de un conflicto como fue el de la segunda guerra mundial, la mayoría de nosotros mencionaríamos entre ellos a los semiorugas y a los cazatanques. Ambos comparten el hecho de que nacieron o se desarrollaron poco antes del conflicto y desaparecieron prácticamente con el mismo, más allá de algún desarrollo posterior casi anecdótico. Dentro de ambos tipos los inconfundibles semiorugas alemanes, con sus múltiples modelos y variantes, y los también alemanes cazatanques, con su inconfundible perfil sin torreta, representan a su vez icono y estereotipo de la guerra mecanizada durante la segunda guerra mundial.
Debe de ser por ello el que desde chaval siempre me han llamado la atención ambos tipos de vehículos y es por ello también que con estas líneas doy por empezado un nuevo hilo/artículo en el que voy a intentar desgranar con mayor o menor fortuna la historia de los Panzerjäger alemanes en el sentido más amplio posible, comenzando con una breve reseña acerca de su origen, organización y desarrollo y continuando por la descripción lo más detallada posible de cada uno de sus vehículos cazatanques. Es una historia relativamente corta en el tiempo pero compleja, con muchos modelos y conceptos distintos por lo que me llevará un tiempo, algo siempre escaso, completarla toda, pero no tenemos prisa. La bibliografía en castellano sobre estos vehículos es casi anecdótica, aunque en el caso de algunos modelos también en otros idiomas, pero pese a ello confío en que quede lo más completa posible y nos sirva como siempre para que todos, yo el primero, aprendamos algo más de lo que sabíamos previamente.
Tomaremos como válida, o al menos como aceptable de cara a entendernos, la separación oficiosa que distintos autores vienen haciendo de los vehículos cazatanques entre los de primera generación o Panzerjäger (en los que integramos los Geschützwagen para no liarlo demasiado), y los de segunda o Jagdpanzer. De esta forma consideraremos a los primeros como todos aquellos vehículos que son producto del montaje más o menos precario de una pieza antitanque sobre la barcaza de un blindado obsoleto y/o capturado (con las correspondientes excepciones, que las hay), dotado de un blindaje ligero, sin techo y por tanto con su tripulación sólo ligeramente protegida. Los segundos serán todos aquellos que, partiendo la mayoría de chasis de modelos de tanques en fabricación en ese momento y no necesariamente obsoletos (aunque también), presentan en cambio un mayor compromiso de diseño con la protección del vehículo y su tripulación, encontrándose por lo tanto dotados con una superestructura diseñada ex profeso a tal fin y naturalmente con mayores espesores de blindaje, fruto de la experiencia adquirida con los cañones de asalto.
Para ser un arma que alcanzó en Alemania unas cifras de producción más que respetables durante la segunda guerra mundial y pese a unos inicios en la década de los treinta –y que después detallaremos- más que alentadores, lo cierto es que el conflicto mundial comenzó sin tener las filas de la Wehrmacht más que una presencia testimonial de vehículos cazatanques, ninguno de ellos diseñado como tal desde un principio.
Si observamos las gráficas de abajo veremos la evolución de las cifras de fabricación de los dos tipos principales de cazatanques durante el conflicto, y como desde 1942 en que alcanzaron su máximo de producción, los Jagdpanzer fueron sustituyendo progresivamente a los Panzerjäger en las líneas de producción. Es fundamentalmente achacable a la creciente amenaza blindada soviética y a la también creciente obsolescencia de los primeros ante la cada vez mayor profusión de armas antitanque en el campo de batalla de la segunda mitad de la guerra, que no permitía la permanencia en primera línea de vehículos con tan ligero blindaje como eran estos (1) .
Hay que tener en cuenta al leer tanto la primera como la segunda gráfica
que en las columnas correspondientes a los Jagdpanzer están incluidos
los datos de producción de los StuG III y IV, pero en el caso del
primero sólo desde su versión Ausf.F en adelante, equipadas todas ellas
ya con un cañón largo de 75 mm, Sturmkanone 40 L/43 y L/48.
En la segunda gráfica vemos los datos de producción de vehículos cazatanques expuestos en la primera pero en este caso acompañadas de la producción de tanques alemana (sin incluir los datos de producción de tanques no alemanes usados por el Heer, como los checoslovacos) de forma que podamos comparar ambas producciones y darnos cuenta así de la importancia relativa que tuvo la producción de estos vehículos en proporción a la de los tanques. Importancia esta además creciente según avanzaba la guerra y las ofensivas blindadas soviéticas amenazaban cada vez más las fronteras alemanas.
Por si no había quedado bien claro con la segunda gráfica, añado en esta ahora de nuevo los datos anteriores pero cocinados de distinta forma. Vemos así en porcentaje la importancia relativa de la fabricación de vehículos cazatanques en relación con el total de vehículos blindados (Pz.Jg.+ Jg.Pz.+Tanques). Podemos constatar como en 1942 se alcanzó una punta de algo más del 40% de cazatanques en relación con el total de blindados fabricados, cifras que en términos porcentuales disminuyen en 1943 hasta el 31%, pero más debido al importante alza en la producción alemana de tanques (ver gráfica 2) en 1943 que a una disminución en términos absolutos en la producción de cazatanques. Tal es así que al año siguiente la producción de estos siguió aumentando frente a casi un estancamiento en la de tanques de forma que el porcentaje volvió a acercarse al 40% -un 37,4%- para superarlo ampliamente en los meses de 1945 en que duró la guerra.
En la segunda gráfica vemos los datos de producción de vehículos cazatanques expuestos en la primera pero en este caso acompañadas de la producción de tanques alemana (sin incluir los datos de producción de tanques no alemanes usados por el Heer, como los checoslovacos) de forma que podamos comparar ambas producciones y darnos cuenta así de la importancia relativa que tuvo la producción de estos vehículos en proporción a la de los tanques. Importancia esta además creciente según avanzaba la guerra y las ofensivas blindadas soviéticas amenazaban cada vez más las fronteras alemanas.
Por si no había quedado bien claro con la segunda gráfica, añado en esta ahora de nuevo los datos anteriores pero cocinados de distinta forma. Vemos así en porcentaje la importancia relativa de la fabricación de vehículos cazatanques en relación con el total de vehículos blindados (Pz.Jg.+ Jg.Pz.+Tanques). Podemos constatar como en 1942 se alcanzó una punta de algo más del 40% de cazatanques en relación con el total de blindados fabricados, cifras que en términos porcentuales disminuyen en 1943 hasta el 31%, pero más debido al importante alza en la producción alemana de tanques (ver gráfica 2) en 1943 que a una disminución en términos absolutos en la producción de cazatanques. Tal es así que al año siguiente la producción de estos siguió aumentando frente a casi un estancamiento en la de tanques de forma que el porcentaje volvió a acercarse al 40% -un 37,4%- para superarlo ampliamente en los meses de 1945 en que duró la guerra.
Aislado entre este primer grupo y el siguiente dejo solo al Ferdinand, como representante de un cambio evolutivo entre unos y otros - entre los Panzerjäger y los Jagdpanzer – y por resultar ciertamente un vehículo único y de difícil encaje en cualquiera de ambos tipos principales.
En el grupo más alejado vemos a los Jagdpanzer y la gran importancia relativa alcanzada en la producción total de los distintos modelos de StuG, siempre variantes de cañón largo, como ya he mencionado más arriba.
2 Un Preámbulo Necesario
Tal y como sostiene Corum, la primera guerra mundial constituyó el periodo histórico de más rápida evolución tecnológica de la historia de la humanidad (2) pese a la fama que sin embargo tiene generalmente la segunda guerra mundial en ese sentido, entre otras cosas debido a que desembocó en el nacimiento de la bomba atómica, hecho que no debe ocultar o enmascarar el mucho mayor ritmo de desarrollo y cambio tecnológico del primero de ambos conflictos. Las tácticas, organización y armamento de las unidades de infantería americanas, británicas, alemanas y soviéticas no sufrieron cambios bruscos entre 1939 y 1945 mientras que las distintas unidades de estas mismas naciones en 1918, difícilmente recordaban a las de 1914. Muchos aviones de 1939 (por ejemplo, el Me-109 o el Spitfire) seguían en servicio en 1945, obviamente modernizados. Incluso armas muy avanzadas como el radar fueron desarrolladas y modificadas desde modelos o prototipos de preguerra de todas ellas.
Los soldados en 1918 sin embargo, llevaban cascos de acero, mascaras de gas y armas no soñadas en 1914, como el subfusil, el lanzallamas, el fusil antitanque y el gas venenoso. Los soldados británicos y franceses efectuarían sus mayores avances en 1918 detrás de una ola de tanques y un nuevo concepto de la guerra. La mayor creación o innovación tecnológica aliada, el tanque, hizo más que ninguna otra arma para inclinar la balanza del poder hacia los aliados, con su aun primitiva combinación de potencia de fuego y movilidad. El fallo del ejército alemán al no considerar al tanque como el arma principal que después fue, se demostró como su mayor fallo tecnológico más aún habida cuenta de la, en el fondo, sencilla combinación de tecnología preexistente que hizo falta para crear un arma con tanto potencial. El tractor de cadenas había tenido un amplio uso comercial ya antes de la guerra, y en 1914 los principales contendientes habían estado utilizando tractores Holt como cabezas tractoras para piezas de artillería de modo que les aportaran una mayor movilidad campo a través a sus respectivas baterías.
Imagen de: “The New York Times”. 19 de septiembre de 1916.
Cualquier nación desarrollada, dotada de industria pesada y
automovilística, podía producir un tanque sin que supusiese un mayor
problema. Los alemanes también lo hicieron y bajo la dirección del
Hauptmann Joseph Vollmer basaron
su primer tanque, el A7V, en el chasis de un tractor Holt, alargado y
con dos motores Daimler en posición central. Pero únicamente llegaron a
ser fabricados veinte tanques A7V durante la guerra, teniendo su
bautismo de fuego en fecha tan tardía como el 21 de marzo de 1918. Su
contribución fue por tanto muy limitada, y la mayoría de los tanques
utilizados por los alemanes en la Primera Guerra Mundial fueron tanques
británicos o franceses capturados, y aun con ellos el número total de
tanques utilizados por los alemanes durante el conflicto no pasó, o lo
hizo por muy poco, de los cien vehículos. Como comparación es importante destacar que los franceses habían producido durante el conflicto un total de 3.900 (3.600 Renault FT-17) mientras que los británicos produjeron algo más de 2.600 tanques, desde el Mark I al V. Un total entre ambos aliados de algo más de 6.500 tanques producidos contra unos paupérrimos 20 vehículos alemanes.
Es lógico por tanto que muchos oficiales alemanes después de la guerra consideraran al tanque como uno de los principales factores de la victoria aliada sea esto último cierto o no. El General Hermann von Kuhl (3) (autor en 1929 de “Der Weltkrieg 1914–1918. Dem deutschen Volke dargestellt”) junto con Hans Delbrück (4), intentó ante el Reichstag en sus informes de posguerra acerca de los fallos de 1918, defender a Ludendorff y sus políticas, pero aún así tuvo que admitir que, para 1918, el tanque se había convertido en un arma decisiva. El General von Kuhl intentó descargar parte de la responsabilidad de la escasa producción de tanques alemana durante la guerra en un supuesto fallo de la industria alemana en diseñarlos y producirlos, pese a los supuestos requerimientos del alto mando alemán en ese sentido. Pero lo alegado por von Kuhl no podía ocultar el hecho de que los aliados habían comenzado a trabajar con la idea del tanque dos años antes que los alemanes y el no menos importante hecho de que la baja producción y el lento desarrollo del equivalente programa alemán habían sido consecuencia inevitable de la baja prioridad industrial concedida a dicho programa (5) por el alto mando.
El británico Fuller aseguró posteriormente a la guerra que si para la ofensiva alemana de la primavera de 1918, estos hubieran cesado la producción de cañones y en su lugar hubieran fabricado tractores sobre cadenas, el resultado final de la guerra habría cambiado:
“By the end of march 1918 the German attack “petered out” for want of supplies…..had the Germans possessed on march 21 and may 27, 5.000 to 6.000 efficient cross-country tractors, each of which carried five tons of supplies, all the hosts of brave men which the United States of America could have poured into France, could not have prevented a separation of the British and French Armies from being effected”. (6)
Las críticas más duras vinieron sin embargo desde dentro del propio ejército alemán. El Coronel Kurt Thorbeck en abril de 1920 en su artículo “Las lecciones tácticas y técnicas de la guerra” (“Die Technische und Taktische Lehere des Krieges”) plasmaba la conclusión de que el Estado Mayor General alemán no había sabido reconocer las demandas materiales de una guerra mundial y por tanto no se había preparado adecuadamente para la guerra; lo definió como "falta de familiaridad tecnológica"(7).
Según Thorbeck defendía no se habían estudiado adecuadamente, entre otras cosas, los efectos de la ametralladora ni del rifle con cargador (fusiles con vainas de cinco y hasta diez cartuchos, que hacían el tiro del fusilero mucho más rápido) mientras el Estado Mayor General había llenado a sus oficiales de estudios de táctica pero descuidando su formación tecnológica por lo que, una vez que la guerra comenzó, no había oficiales en el alto mando tecnológicamente formados para representar a la infantería que se encontraba combatiendo en el campo de batalla. Thorbeck fue probablemente muy drástico o radical al afirmar que la indiferencia o despreocupación del ejército - entiéndase alto mando - por la tecnología habían provocado la derrota en la guerra. Pero era intención de los nuevos responsables del ejército alemán que esto no volviera a suceder.
Los alemanes habían reforzado durante la guerra su confianza en las tácticas flexibles y móviles tanto en la ofensiva como en la defensa, así como en su eficaz sistema de entrenamiento. Pero más importante aun, las lecciones negativas aprendidas y consideradas como tal - los fallos estratégicos del Alto Mando y la superioridad tecnológica alcanzada por los aliados en el campo de batalla - no caerían en tierra estéril sino que darían lugar a una de las mayores reformas de la educación y cultura militar alemanas bajo la batuta del General Hans von Seeckt, la figura dominante del ejército alemán de posguerra y primer jefe del Truppenamt (oficioso Estado Mayor General) en 1919 y posteriormente, desde marzo de 1920 hasta 1926, comandante en jefe (Chef der Heeresleitung) del Reichswehr. De tener que nombrar a un hacedor o principal responsable del ejército que marchó al interior de Polonia en 1939 y de Francia en 1940, lo cierto es que este fue más una creación de von Seeckt que de cualquier otro(8) .
Inmediatamente después de la primera guerra mundial, el ejército alemán, dirigido por von Seeckt, instituyó un estudio masivo de las lecciones de la guerra de cara a desarrollar una nueva doctrina operacional para el ejército y la fuerza aérea. En el período de 1919-1921, quinientos oficiales alemanes - comandantes, oficiales de Estado Mayor General y técnicos expertos - se pusieron a trabajar en los hasta 57 distintos comités y subcomités creados ad hoc, analizando todos los aspectos de las operaciones de la pasada guerra, desde las operaciones en montaña a las de tanques; desde las de bombardeo hasta las de defensa aérea. Como reconocía el propio von Seeckt:
“Es absolutamente necesario sacar a plena luz las experiencias de combate y recogerlas mientras las impresiones adquiridas en el campo de batalla sean todavía recientes y un gran porcentaje de los oficiales experimentados estén todavía en posiciones de liderazgo”.
En 1921 los quinientos oficiales habían completado un estudio en profundidad de las lecciones derivadas de la guerra, del cual a su vez surgió la doctrina operacional alemana de la siguiente década. El texto, publicado en dos partes, en 1921 y 1923, fue conocido como Führung und Gefecht der verbundenen Waffen (Heeresdienstvorschrift 487) -comúnmente abreviado como "Das FuG"- (Liderazgo y Batalla de Armas Combinadas).(9)
Según afirma Habeck (10) el más sorprendente aspecto de las conclusiones a las que se llegaba era lo poco que las experiencias de la guerra habían modificado la comprensión fundamental de lo que para el ejército alemán constituía la forma correcta de combatir. De un modo significativo llegaron a la conclusión de que no había nada equivocado en la doctrina alemana; había sido únicamente la especial naturaleza del frente occidental, la fuerza combinada de los aliados y ciertos errores claves de los líderes militares alemanes lo que les había conducido a la derrota.
3 El Embrión
A la firma del Tratado de Versalles, en junio de 1919, sucedieron unos meses de confusión en el seno del ejército alemán. De los aproximadamente 350.000 hombres que aun le quedaban en el momento de la firma del Tratado, como una sombra de lo que fue el ejército imperial de 1913 (aprox. 800.000 hombres), todavía sobraban más de dos tercios de los de 1919 hasta llegar a los 100.000 hombres que como máximo quedaban autorizados por el mismo para la fecha tope, fijada en enero de 1921. Además de lo anterior, el Tratado prohibió a los alemanes la fabricación e importación de tanques, vehículos blindados, cañones antiaéreos, antitanque y artillería pesada, además de aviones de combate. La artillería quedaba limitada a no más de 204 cañones de 77 mm, 84 de 105 mm, así como a 252 morteros.
En resumen, el Reichwehr de posguerra estaría formado por un total de siete divisiones de infantería y tres de caballería, con un máximo de 4.000 oficiales; una sombra del pasado, apenas una guardia fronteriza frente a las cuarenta y nueve divisiones francesas, treinta polacas y veinte checas de aquel momento. Es fácil de comprender el extendido sentimiento de indefensión de la hasta entonces principal potencia militar y económica de Europa continental, y es fácil también entender la convulsa administración de la joven república alemana, que en sus catorce años de vida tuvo hasta veintiún gobiernos y trece cancilleres distintos.
Cuando von Seeckt disolvió el Estado Mayor General, como consecuencia de las disposiciones del Tratado, conservó no obstante su núcleo principal, la Sección de Operaciones, dentro del Truppenamt (oficioso Estado Mayor) mientras que otras secciones se repartían por distintos departamentos gubernamentales ajenos al de Defensa.
Veamos resumidamente la estructura básica del alto mando:
Oficinas subordinadas al Alto mando del ejército o Heeresleitung:
1. Allgemeine Truppenamt.
2. Allgemeine Heeresamt.
3. Heerespersonalamt.
4. Heereswaffenamt.
El núcleo del Truppenamt se dividía en cuatro secciones - de la T1 a la T4 – que eran básica y respectivamente: operaciones, organización, inteligencia y entrenamiento.
Haciendo hincapié en la parte que nos interesa para el desarrollo de este tema, además del Truppenamt podemos comprobar la existencia de la Oficina de armas, conocida en un principio como Reichwaffenamt (RWA) pero que a partir del 5 de Mayo de 1922 pasó a denominarse Heereswaffenamt (HWA). El HWA tenía como jefe a un general del mismo rango que el jefe del Truppenamt, y aproximadamente tanto personal como este (a mediados de los años veinte empleaba a 64 oficiales además de otros 21 encargados de las pruebas o test de los nuevos equipos).
En el mismo campo, además del HWA, se encontraba el inspectorado para el desarrollo de armamento. Era el deber de los servicios de inspección desarrollar ideas, doctrina y programas de capacitación para nuevos equipos, así como solicitudes de investigación y especificaciones de nuevas armas. Sólo apuntar, sin entrar en mayor detalle, que había hasta nueve diferentes ramas o especialidades dentro del inspectorado.
La responsabilidad para el desarrollo de armas y equipo recaía directamente en las manos del jefe del Waffenamt quien informaba directamente al comandante en jefe del ejército y al Ministro de Defensa.
El ejército alemán había establecido de esta manera un controlado, pero a la vez intrincado, sistema de desarrollo de armamento que englobaba principalmente además de al Truppenamt y en lo que concierne al desarrollo de vehículos blindados, por un lado al Inspecktorat 6 (In.6) y su sección dentro de la oficina de armas del ejército (HWA), el Waffenpruefwesen 6 (Wa.Prw.6) y por otro a los contratistas civiles.
In.6 era el responsable de elaborar los requerimientos de rendimiento que debían alcanzar los diseños y los aprobaba finalmente de cara al comienzo de su producción en serie.
Wa.Prw.6 controlaba el desarrollo de los proyectos y adjudicaba los distintos contratos de desarrollo y fabricación.
4 El Tratado de Versalles como límite
El obligado cumplimiento por parte de Alemania de las disposiciones del Tratado era competencia de la “Military Inter-Allied Commission of Control” (también conocida como IAMCC o CMIC en su versión francesa) con delegación en el mismo Berlín y un militar francés, el General Charles Marie Edouard Mollet, a la cabeza como responsable principal del comprometido desarme militar alemán. Tanto este como el británico Brigadier-General John Hartman Morgan, cabeza de una de las subcomisiones del IAMCC, representaban a la línea más dura de la Comisión y, particularmente este último, nunca creyó en las intenciones alemanas de permanecer dentro de los términos del Tratado.(11) El espíritu alemán, su moral, no era acorde a lo firmado por los representantes alemanes en el Tratado y para desconcierto del General Mollet, su espíritu permanecía beligerante. Tal vez este extracto de un artículo publicado en marzo de 1942 por Gustav Krupp von Bohlen, propietario de la mítica compañía Krupp refleja de forma adecuada este espíritu dominante por aquel entonces:
“At that time (1919) the situation appeared almost hopeless. At first, it appeared even more desperate if one was not - as I was myself - firmly convinced that 'Versailles' did not mean a final conclusion. Everything within me - as within many other Germans - revolted against the idea that the German people would remain enslaved forever. (.…) The machines were destroyed, the tools were smashed, but the men remained; the men in the construction offices and the workshops who in happy cooperation had brought the construction of guns to its last perfection. Their skill had to be maintained by all means, also their vast funds of knowledge and experience. The decisions I had to make at that time were perhaps the most difficult ones in my life. I wanted and had to maintain Krupp, in spite of all opposition, as an armament plan - although for the distant future."(12)
Desde el día en que el Tratado entró en vigor, se podría decir que formó parte de la política nacional, y por supuesto de la del Reichwehr, el intentar esquivar y violar las disposiciones del mismo y continuar por tanto subrepticiamente el desarrollo de armas y equipos militares modernos. Una de las mejores formas de esquivar dichas disposiciones y al IAMCC, al menos por parte de las empresas de fabricación de armamento alemanas, era estableciendo filiales y/o comprando otras compañías en el extranjero, en donde continuarían sus trabajos de desarrollo y/o fabricación de nuevos equipos. Como ejemplo podemos ver que este fue el caso tanto de la mencionada Krupp con la compañía sueca Bofors, de la cual tomó el control en 1921, como de la Rheinmetall Borsig que adquirió en 1929 la compañía suiza Solothurn Waffenfabrik AG en donde fabricó desde subfusiles hasta fusiles antitanque. Debido a que la empresa Solothurn no tenía capacidad para la producción en masa, la Rheinmetall decidió trasladar parte de la producción a la empresa austriaca Waffenfabrik Steyr. Las armas fabricadas por la Steyr eran vendidas al mercado civil y militar a través de la empresa Steyr-Solothurn Waffen AG, con sede en Zúrich (Suiza).
Foto de: Bundesarchiv via Wikimedia.
En la imagen superior vemos un infante
alemán con un fusil antitanque Panzerbüchse Solothurn S18 de 20 mm en el
frente ruso. Irónicamente, el ejército norteamericano estuvo a punto de
adquirir esta arma en 1940.
Se podrían citar más ejemplos, como fueron los de de la compañía alemana Junkers y su rama sueca A. B. Flygindustri (13), la cual probó en 1931 un diseño de caza biplaza, o el de la filial holandesa de Pintsch que fabricó torpedos.
Enviados alemanes viajaron a España, Turquía y Finlandia organizando la producción de armas para los regímenes de Primo de Rivera, Kemal Ataturk, y Mannerheim (14). Fueron fabricados asimismo submarinos en Holanda, de acuerdo con los propios testimonios de Raeder en Nuremberg, por parte de los astilleros Vulcan-Werke Hamburg und Stettin AG , y otros dos pertenecientes a la firma Krupp: Germaniawerft de Kiel y AG Weser de Bremen que se habían radicado en la localidad holandesa de Feyenoord fundando en la misma un astillero denominado Ingenieurskantoor voor Scheepsbouw con el fin de conseguir con técnicos alemanes, experiencia y proyectos lo suficientemente avanzados para el arma submarina alemana, que pudieran ser utilizados una vez fuesen levantadas las restricciones(15) .
Pero los ejemplos anteriores referidos a compañías privadas se vieron acompañados por otras acciones a nivel institucional cuando a mediados de los años veinte el alto mando, incluido von Seeckt, llegó a la conclusión de que la mejor y menos detectable manera de desarrollar nuevos vehículos blindados era creando un pequeño número de modelos sobre los que la industria y el Heer pudieran experimentar. Cuando estos modelos hubieran sido testados y probados en profundidad, y las circunstancias políticas lo permitiesen, podrían entrar sin dilación en las cadenas de montaje.
Pero, ¿cómo encontrar campos de prueba que no fueran fácilmente detectados por los despiertos miembros de la IAMCC?. Había fundamentalmente dos caminos (16), el primero pasaba por utilizar (al estilo de Krupp) los contactos con la industria pesada sueca y desarrollar allí todo el proceso citado; o bien un segundo camino que permitiese a la revolucionaria Rusia soviética y la castigada Alemania, los dos parias de la política europea de aquel momento (tal y como los define Habeck), que profundizasen en su colaboración militar. Cabe recordar que ambos países ya estaban “en conversaciones” desde 1921, y que en verano de ese mismo año un grupo de expertos alemanes ya habían viajado a Rusia, aunque con pocos resultados prácticos en aquel momento. Al año siguiente se creó en el Truppenamt el Sondergruppe R(ussia) bajo la responsabilidad del Major Herbert Fisher, antiguo adjunto de Seeckt, y encargado a partir de entonces de los contactos del Reichwehr con Rusia. El Tratado de Rapallo de abril de 1922 fue a la vez conclusión y punto de partida de las conversaciones con Rusia de toda esa década (17) .
Después de que Alekséi Rikov (Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS) llegase a calificar a von Seeckt como (18) “uno de los más firmes pilares de un sincero y cordial entendimiento entre Alemania y Rusia”, en algún momento de 1926 se tomó la decisión en Alemania de concentrarse en la segunda de las opciones, aunque manteniendo los contactos con los suecos. Después de las preceptivas negociaciones, el representante alemán Hermann von der Lieth-Thomsen y el soviético Ian Berzin firmaron el 9 de diciembre de 1926 un acuerdo por tres años para abrir una escuela de tanques en Kazán, además de un centro de desarrollo de aviones en Lipestk (Tratado del 15/04/1925) y otro de gases tóxicos, “Allgemeine erfahrene Institut", de nombre en código “Tomka” en Prichernavskaya en el área de Saratov.(19)
La escuela de blindados en Rusia (Panzerschule / Kampfwagenschule Kasan) de nombre en clave “Kama”, debía ser abierta en la primavera de 1927, aunque se demoró dos años más ante la falta de prototipos de tanques alemanes que poder mandar a la misma, según le correspondía a estos en el acuerdo firmado con los soviets, además del aporte financiero y de los correspondientes instructores.
En definitiva cabría concluir, tal y como sostiene Corum, que el desarme forzado y las restricciones a la fabricación y desarrollo de nuevos equipos al que se vio sometido el Reichwehr tuvo desventajas evidentes como las enunciadas pero también alguna ventaja, por muy irónico que resulte, visto en retrospectiva. La principal fue el hecho de que al contrario de lo que sucedió en los países vencedores, Alemania no se vio llena hasta los topes de equipos y armas sobrantes de la Gran Guerra, armas que se volvieron inevitablemente obsoletas en pocos años, pero cuya posesión hacía de difícil justificación ante los distintos parlamentos o la opinión pública de los distintos países, la adquisición o el gasto en el desarrollo de nuevos equipos militares. Como ejemplo de lo anterior podemos comprobar cómo el ejército francés tenía en 1940 - en el momento de la ofensiva alemana - todavía en servicio activo un total de 1.297 tanques Renault FT17: 1062 de ellos en Francia y 235 en las colonias. El mismo o similar Renault que había servido en la Primera Guerra Mundial todavía se encontraba en servicio en su ejército más de veinte años después de su finalización.
Enviados alemanes viajaron a España, Turquía y Finlandia organizando la producción de armas para los regímenes de Primo de Rivera, Kemal Ataturk, y Mannerheim (14). Fueron fabricados asimismo submarinos en Holanda, de acuerdo con los propios testimonios de Raeder en Nuremberg, por parte de los astilleros Vulcan-Werke Hamburg und Stettin AG , y otros dos pertenecientes a la firma Krupp: Germaniawerft de Kiel y AG Weser de Bremen que se habían radicado en la localidad holandesa de Feyenoord fundando en la misma un astillero denominado Ingenieurskantoor voor Scheepsbouw con el fin de conseguir con técnicos alemanes, experiencia y proyectos lo suficientemente avanzados para el arma submarina alemana, que pudieran ser utilizados una vez fuesen levantadas las restricciones(15) .
Pero los ejemplos anteriores referidos a compañías privadas se vieron acompañados por otras acciones a nivel institucional cuando a mediados de los años veinte el alto mando, incluido von Seeckt, llegó a la conclusión de que la mejor y menos detectable manera de desarrollar nuevos vehículos blindados era creando un pequeño número de modelos sobre los que la industria y el Heer pudieran experimentar. Cuando estos modelos hubieran sido testados y probados en profundidad, y las circunstancias políticas lo permitiesen, podrían entrar sin dilación en las cadenas de montaje.
Pero, ¿cómo encontrar campos de prueba que no fueran fácilmente detectados por los despiertos miembros de la IAMCC?. Había fundamentalmente dos caminos (16), el primero pasaba por utilizar (al estilo de Krupp) los contactos con la industria pesada sueca y desarrollar allí todo el proceso citado; o bien un segundo camino que permitiese a la revolucionaria Rusia soviética y la castigada Alemania, los dos parias de la política europea de aquel momento (tal y como los define Habeck), que profundizasen en su colaboración militar. Cabe recordar que ambos países ya estaban “en conversaciones” desde 1921, y que en verano de ese mismo año un grupo de expertos alemanes ya habían viajado a Rusia, aunque con pocos resultados prácticos en aquel momento. Al año siguiente se creó en el Truppenamt el Sondergruppe R(ussia) bajo la responsabilidad del Major Herbert Fisher, antiguo adjunto de Seeckt, y encargado a partir de entonces de los contactos del Reichwehr con Rusia. El Tratado de Rapallo de abril de 1922 fue a la vez conclusión y punto de partida de las conversaciones con Rusia de toda esa década (17) .
Después de que Alekséi Rikov (Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS) llegase a calificar a von Seeckt como (18) “uno de los más firmes pilares de un sincero y cordial entendimiento entre Alemania y Rusia”, en algún momento de 1926 se tomó la decisión en Alemania de concentrarse en la segunda de las opciones, aunque manteniendo los contactos con los suecos. Después de las preceptivas negociaciones, el representante alemán Hermann von der Lieth-Thomsen y el soviético Ian Berzin firmaron el 9 de diciembre de 1926 un acuerdo por tres años para abrir una escuela de tanques en Kazán, además de un centro de desarrollo de aviones en Lipestk (Tratado del 15/04/1925) y otro de gases tóxicos, “Allgemeine erfahrene Institut", de nombre en código “Tomka” en Prichernavskaya en el área de Saratov.(19)
La escuela de blindados en Rusia (Panzerschule / Kampfwagenschule Kasan) de nombre en clave “Kama”, debía ser abierta en la primavera de 1927, aunque se demoró dos años más ante la falta de prototipos de tanques alemanes que poder mandar a la misma, según le correspondía a estos en el acuerdo firmado con los soviets, además del aporte financiero y de los correspondientes instructores.
En definitiva cabría concluir, tal y como sostiene Corum, que el desarme forzado y las restricciones a la fabricación y desarrollo de nuevos equipos al que se vio sometido el Reichwehr tuvo desventajas evidentes como las enunciadas pero también alguna ventaja, por muy irónico que resulte, visto en retrospectiva. La principal fue el hecho de que al contrario de lo que sucedió en los países vencedores, Alemania no se vio llena hasta los topes de equipos y armas sobrantes de la Gran Guerra, armas que se volvieron inevitablemente obsoletas en pocos años, pero cuya posesión hacía de difícil justificación ante los distintos parlamentos o la opinión pública de los distintos países, la adquisición o el gasto en el desarrollo de nuevos equipos militares. Como ejemplo de lo anterior podemos comprobar cómo el ejército francés tenía en 1940 - en el momento de la ofensiva alemana - todavía en servicio activo un total de 1.297 tanques Renault FT17: 1062 de ellos en Francia y 235 en las colonias. El mismo o similar Renault que había servido en la Primera Guerra Mundial todavía se encontraba en servicio en su ejército más de veinte años después de su finalización.
5 Evolución y Desarrollo: La Doctrina de Uso de las Fuerzas Antitanque
La guerra posicional de la I Guerra Mundial simplificó en cierto modo el mando y el control de los distintos ejércitos pero remarcó el problema de la movilidad operacional. Las lecciones de la Gran Guerra enseñaron a los alemanes que los ejércitos se habían vuelto tan grandes que habían perdido su capacidad de maniobra, al menos sin vincular la misma de forma significativa a la infraestructura preexistente del ferrocarril. Las comunicaciones en aquel momento se basaban en el telégrafo y el teléfono, lo que dificultaba aún más el control de grupos dispersos.
Control en un ejército significa no sólo la capacidad de difundir órdenes, sino también de reunir y distribuir la información y, lo que es más importante, la capacidad de sincronizar y coordinar diferentes ataques para lograr un estado final operativo integrado. En lugar de una guerra estática de trincheras, alambre de espino y puntos de fuego fijo, la futura guerra iba a ser protagonizada por tanques y vehículos blindados, de gran movilidad. Los problemas técnicos de la maniobra operacional fueron resueltos en principio por la creciente motorización y la tecnología de radio. Pero estaba claro que había que adaptar el resto de armas a una guerra de maniobra.
Ya hemos visto como las experiencias alemanas de la Primera Guerra Mundial con los tanques aliados habían dejado un poso de preocupación en el alto mando y respetados autores de posguerra como Fritz Heigl o Ernst Volckheim también hicieron hincapié en el asunto.
Un artículo de Ernst Volckheim titulado “Tanques y Defensa Antitanque” (Der Kampfwagen und Abwehr dagegen) publicado en 1925, postulaba claramente al tanque como principal arma antitanque, declarando que esta tenía que ser su principal misión. Contradecía de esta manera la doctrina establecida en Das FuG (R. E. 487) al argumentar a favor de un uso defensivo de los tanques. La brigada o el regimiento situados a la defensiva deberían de mantener sus tanques en reserva de cara a un posible contraataque contra los tanques y tropas enemigas que hubieran sido capaces de penetrar las posiciones defensivas propias. En 1924 había postulado por una defensa contra los tanques enemigos que hacía hincapié en los puestos avanzados y las tropas de reconocimiento bien adelantadas en la línea del frente, estableciendo puntos fuertes con cañones de campo y morteros de trinchera, en modo de fuego directo, a lo largo de las esperadas vías de aproximación de los tanques enemigos manteniendo los tanques propios en la reserva al modo descrito anteriormente. Según afirmaba Volckheim, el cañón de campo(20) era una excelente arma antitanque y por tanto la artillería debería destacar secciones de los mismos, camuflándolos cuidadosamente y permitiendo su uso únicamente para misiones de apoyo de fuego directo, de modo que no fueran detectados previamente y anulados por fuego de contrabatería(21) . Reemplacemos los cañones de campo y los morteros de trinchera, que postulaba Volckheim en 1924, con cañones antitanque y tendremos el embrión de las extremadamente eficaces tácticas antitanque alemanas de la segunda guerra mundial.
Foto de: Bundesarchiv via Wikimedia.
Arriba vemos un grupo de soldados alemanes con un mortero de trinchera (minenwerfer) de 25 cm. Armas como esta podían ser utilizadas en tiro directo o el tradicional parabólico.
Arriba vemos un grupo de soldados alemanes con un mortero de trinchera (minenwerfer) de 25 cm. Armas como esta podían ser utilizadas en tiro directo o el tradicional parabólico.
Un poco más adelante en el tiempo, ya en 1929, vemos como uno de los libros de texto utilizados en la mencionada escuela de Kama, (en realidad un compendio de las doctrinas tácticas utilizadas por el Reichwehr a finales de los años veinte) escrito por el Major Siebert, “Atlas to Leadership and Battle” (Atlas zu F.u.G.I.: Ein Anschauungs-Lehrbuch) establecía que cuando en una guerra móvil el ejército se mantuviese a la defensiva, las unidades de tanques apoyadas por infantería y artillería se mantuviesen en reserva como posible fuerza de contragolpe. Los tanques eran pues de nuevo contemplados como un importante arma antitanque, aunque sin embargo en una conferencia celebrada a finales de los años veinte, el ministro Wilhelm Groener (Reichswehrministerium) ya hablaba de la necesidad de desarrollar cañones antitanques más potentes (mayores de 47 mm), de la motorización de las unidades antitanques y del desarrollo de armas automáticas de calibres entre 13 y 20 mm.
En términos de doctrina defensiva alemana, el problema del tanque planteaba dos preguntas distintas. En primer lugar, ¿cómo podrían las defensas alemanas resistir contra el ataque de tanques y/o tanques e infantería enemigas? En segundo lugar, ¿cuál era el mejor uso defensivo de las nuevas unidades de tanques alemanas?. Los alemanes enmarcaron las respuestas a ambas preguntas dentro del esquema de la – así denominada - Defensa Elástica.
Ludwig Beck, en su Truppenführung (liderazgo de tropas) de 1933 consideraba las medidas de defensa antitanque como secundarias frente al problema central de detener los ataques de la infantería enemiga apoyada por la artillería. De acuerdo con los nuevos manuales de campo alemán, y según establecía previamente en un informe de 1932 Oswald Lutz (Inspector de las tropas motorizadas en 1931), la clave para derrotar los ataques de las fuerzas combinadas enemigas era la separación de las fuerzas de tanques e infantería del enemigo. Los soldados alemanes eran pues entrenados para concentrar el fuego de sus armas ligeras contra los soldados de infantería enemigos con el fin de conseguir separarlos de los tanques propios (22) .
Mientras se destruían las fuerzas atacantes de infantería, se suponía que los defensores alemanes evitarían a los tanques enemigos acompañantes, permitiendo que atravesasen sus principales posiciones y dejando la destrucción de estos monstruos de metal a equipos antitanque especialmente designados a tal efecto. Una vez que hubiera sido destruido el ataque principal de infantería del enemigo, cualquier tanque superviviente se podía considerar vulnerable y relativamente insignificante desde un punto de vista táctico. Dichos tanques, deambulando a través de las zonas defensivas alemanas como elefantes solitarios, podrían ser despachados casi como un deporte por las armas antitanques situadas en la retaguardia.
Las medidas específicas prescritas para la defensa antitanque fueron en su mayoría codificaciones de las prácticas defensivas de 1918. Los tanques iban a ser neutralizados por una combinación de obstáculos, campos de minas y armas antitanques, entre las que se encontraban los morteros de trinchera, cañones antitanque y la artillería, pero sobre todo por la compañía divisional antitanque, prevista ya entonces como una formación motorizada. Aunque los fusiles antitanques estarían disponibles en cualquier parte de la zona defensiva alemana, los sirvientes de las armas antitanque y la artillería de fuego directo generalmente estarían ubicados detrás de la línea principal de resistencia.
Vemos como lo postulado por Lutz en 1931 es similar a como lo hacía Volckheim en 1924. También, y como este último, Lutz defendía el uso de los cañones antitanque en una posición retrasada con respecto a la línea principal del frente (23) . Los cañones antitanque debían ser desplegados en profundidad dentro del dispositivo defensivo propio, y siempre basando dicho despliegue en la evaluación previa e independiente del terreno y de las posibles vías de aproximación del enemigo, por parte del comandante de la compañía antitanque con la misión de establecer un fuerte y cohesionado frente antitanque en cooperación con la artillería convencional. Lutz ponía el acento en evitar a toda costa la dispersión de las armas antitanques, concepto este que veremos repetido una y otra vez a lo largo del tiempo. Insistía en que los cañones de toda la compañía antitanque se mantuviesen juntos y actuasen en masa con una concentración de los mismos sobre tres kilómetros por detrás de la línea principal del frente dando a los sirvientes un tiempo de despliegue de entre seis a ocho minutos.
Aunque algunas secciones de cañones antitanque podrían ser conectadas a los elementos más adelantados en determinadas circunstancias, los alemanes pensaban que estas armas podían utilizarse más eficazmente como un "respaldo" para el sistema principal de trincheras de la infantería. Pensaban de esta manera que las armas antitanque algo retiradas de la primera línea de combate estarían relativamente a salvo de cualquier bombardeo preliminar de artillería, y por tanto libres para enfrentarse a las penetraciones masivas de tanques cuando fuese necesario, siendo así capaces de enfrentarlos sin el estorbo de la infantería enemiga.
La doctrina alemana también permitía la creación de grupos especiales de asalto antitanque compuestos por pequeños equipos de soldados de infantería que intentasen destruir los tanques enemigos con minas y cargas explosivas desde corta distancia. Como siempre, se esperaba que, de ser necesario, todas las unidades alemanas contraatacaran enérgicamente a fin de recuperar cualquier posición perdida, incluso si había sido ocupada temporalmente por tanques hostiles.
Vemos en el siguiente extracto, un estudio de inteligencia norteamericano de 1945 acerca del ejército alemán, en el que entre otras cosas se describen las tácticas y despliegues tipo de éste, como los alemanes mantuvieron durante toda la guerra este sistema de despliegue del armamento antitanque en profundidad esbozado anteriormente, con algún elemento adelantado, sistema que veremos más delante de nuevo más desarrollado por parte del General Eimannsberger.
Creo que vale la pena dejar el texto original sin traducir:
“German antitank guns are disposed in depth, with some well forward. They often are dug in and carefully concealed to prevent the enemy from discovering the location and strength of the antitank defenses prior to attack. In emplacing antitank guns, the Germans prefer positions in enfilade or on reverse slopes. They normally employ two to three antitank guns in each position, protecting them from infantry attacks with light machine guns. Ranges at which the Germans open fire upon hostile tanks vary according to the caliber of the gun and its position. Although single antitank guns sometimes engage enemy tanks at ranges up to 1,000 yards, main antitank defenses usually hold their fire until the range is reduced to about 150 to 300 yards. The employment of close-combat antitank teams supplements the antitank defense. When the hostile tank attack is repulsed, the antitank guns move to alternate positions.”(24)
A lo largo de los años treinta, la doctrina antitanque alemana, por tanto, se corresponde en cierta medida con las técnicas que se habían aprendido antes, en 1917-1918, tal y como hemos visto con anterioridad. La primera tarea de las fuerzas defensivas era detener a la infantería enemiga y, una vez conseguido, los tanques enemigos quedarían entonces aislados y a merced de las armas antitanques alemanas y de los equipos de asalto. Por otro lado prácticamente todos los escritos alemanes sobre guerra antitanque en el período de entreguerras se basan en la suposición de que los tanques sin infantería de apoyo eran lastimosamente vulnerables a las armas antitanques, un dogma de fe, alcanzado en los difíciles últimos días de la gran guerra.
Durante esos años se polarizaron los debates en el Reichwehr en torno a dos “escuelas” principales en lo que se refiere a los medios antitanque vs. tanque como arma decisiva. Una de ellas establecía que los medios antitanque eran demasiado poderosos para hacer del tanque el arma decisiva que se presuponía por parte de muchos oficiales o los seguidores del “tank-only” de Fuller, mientras que la otra, bien al contrario, postulaba que eran inútiles en una guerra de maniobra lejos de un frente estacionario. Como muestra del primer grupo cita Habeck (25) el caso de un comandante alemán que intentaba demostrar su argumentación en este segundo sentido poniendo el ejemplo de como la artillería de costa en los Dardanelos había provocado la retirada de la flota británica (en la PGM), equiparando la artillería anticarro y los tanques a una y otra respectivamente, e intentando demostrar con semejante argumentación la poca utilidad de los tanques cuando tuvieran que enfrentarse a una fuerte posición defensiva antitanque. Es una lástima, para la solidez de la comparación, el hecho de que los acorazados no pudieran salir del agua, ni flanquear un estrecho como el de los Dardanelos.
Los oficiales alemanes que minusvaloraban la utilidad de los tanques ante la supuesta mayor potencia de las nuevas armas anticarro tuvieron un fuerte apoyo dentro del alto mando en la nueva cabeza del Truppenamt, el General Wilhelm Adam, jefe del mismo desde el 31 Octubre de 1930 al 30 Septiembre de 1933. En un viaje de éste a Moscú, en noviembre de 1931, para tratar de los temas propios de la colaboración militar alemana con los rusos, sostuvo una conversación con el General Voroshilov acerca de la guerra mecanizada (conversación que éste último consideró lo suficientemente importante como para transcribírsela a Stalin y de esta manera llegar hasta nosotros) (26) e hizo referencia a la, bajo su punto de vista, creciente importancia del armamento antitanque en la guerra futura, “debemos prestar especial atención a las armas antitanque; con buen armamento antitanque los tanques no tendrán gran importancia”. Habeck nos traslada el párrafo siguiente de lo expuesto por Adam, siempre según fue transcrito por Voroshilov:
(…) Estoy de acuerdo en que como protección antitanque, los tanques también son necesarios. Pero algunos dicen que los tanques decidieron la guerra. No puedo estar de acuerdo con esto. Los tanques consiguieron semejante importancia al final de la guerra solamente porque nosotros, los alemanes, ya estábamos debilitados. Los tanques no decidieron la guerra. Se tiene que ver que los tanques fueron destruidos cuando las defensas fueron buenas. Durante la guerra mundial en mi sector divisional, de treinta y seis tanques, se destruyeron veinticuatro en veinte minutos. Y quiero subrayar que no es verdad que los tanques decidieron la guerra….
Voroshilov alegaba contra lo afirmado por Adam lo previsible, que los argumentos de este podían valer en un frente posicionalmente estable pero no en el escenario de una guerra de maniobra. Adam respondía fiando todo a la existencia de una buena artillería y un tanque que combatiera a los tanques enemigos, pero poniendo a estos en último lugar:
“si usted plantea la cuestión de dónde gastar el dinero, entonces yo coloco a los tanques en último lugar…”.
Es decir, Adam le otorgaba al armamento antitanque un papel dominante sobre el campo de batalla, bien sea este último sobre un frente estabilizado o de maniobra y fiaba la lucha antitanque sobre todo a la artillería antitanque, con mucho menor énfasis en el tanque como arma antitanque.
Como muestra de las distintas posturas y de lo vivo por aquel entonces del debate, tenemos al Coronel Alfred von Vollard Bockelberg(27) , uno de los impulsores de la motorización del Heer, que sostenía la postura contraria a Adam. Bockelberg creía que los tanques podrían sobrepasar cualquier defensa antitanque mediante el uso adecuado del terreno, empleando distintas vías de aproximación e incluso destruyendo los cañones antitanques enemigos (28), de forma tal que una vez atravesada la pantalla antitanque los tanques pudiesen completar su misión.
En otro caso, un general retirado elogió la capacidad de los fusileros antitanques "casi invisibles" de hacer presa en los tanques(29) . Otro oficial alemán hablaba por muchos cuando afirmaba que las experiencias en la Guerra Civil española confirmaban que "la defensa es superior" a los tanques ya que cada duelo tanque/cañón antitanque en España había supuestamente terminado con victoria para los segundos(30).
Esta impresión general de lo sucedido en España como una victoria de los medios antitanques sobre los tanques fue también compartida por los soviéticos, tal y como recoge Habeck(31). Según ésta, a su vuelta a Moscú, Nikolai Voronov, consejero militar del Ejército republicano y que dirigió a su artillería durante el cerco de Madrid, informó al alto mando soviético que la contienda española había demostrado que los cañones antitanques “eran difíciles de encontrar, casi imposibles de destruir y muy efectivos”. Esta supuesta creciente fortaleza de los medios antitanques fue reconocida también por Tukhachevskii, aunque rechazando la creencia de que pese a todo la misma fuese tal que impidiese la guerra de maniobra. Sencillamente la fuerza ofensiva debería de ser más potente y más concentrada para conseguir la ruptura.
Pese a lo comentado, una omisión notable en un hipotético listado alemán de armas antitanque de los años treinta fue el tanque en sí mismo. El General austriaco Ludwig Ritter von Eimannsberger, un prolífico escritor en materia antitanque (en el que nos pararemos con más detalle luego), autor de "Der Kampfwagenkrieg" (J.F. Lehmanns Verlag, München, 1934 y una segunda edición en 1938) caracterizaba a la mayoría de oficiales alemanes cuando escribía en 1934, que: "el principio reclamando al tanque como la mejor arma antitanque ha sido ya sobrepasado e interpretado como falso". Como otras facetas de la doctrina alemana, esta creencia se derivaba también de los recuerdos de la primera guerra mundial, en la que los tanques alemanes no habían desempeñado tal papel. Los diseños de tanques alemanes en la década de 1930 proporcionan las evidencias físicas de este prejuicio, ya que pocos tanques en producción anteriores a septiembre de 1939, montaban un cañón antitanque verdaderamente eficaz.
Foto de: http://forum.axishistory.com
Eimannsberger (en la foto superior) probablemente uno de los autores más respetados y leídos de la década de los treinta, y no sólo en el Heer, se retiró del ejército austriaco en 1930 incorporándose al alemán en 1938. Postulaba que el tanque era exclusivamente un arma ofensiva a escala estratégica, en ningún caso adecuado para ataques tácticos a pequeña escala, contraataques o defensa.
Para la defensa antitanque, von Eimannsberger planteaba un patrón de despliegue de los cañones antitanque de un regimiento de infantería, en tres líneas principales de defensa bajo la regla de 6-12-6, cubriendo un frente de dos kilómetros de ancho. Esa defensa, según sostenía, sería entonces capaz de enfrentarse a un ataque de aproximadamente unos 50 tanques enemigos en su sector sin verse superada.
6 Eimannsberger
Por su interés vale la pena detenerse un momento en lo postulado por Einmannsberger, (en el fondo una evolución de lo propuesto poco antes por Lutz) por lo que reproduzco a continuación, ya traducido del francés, el artículo publicado en 1935 en la Revista Militar Francesa por un anónimo “Capitán X” en el que analizaba lo expuesto por von Eimannsberger en su obra “Der Kampfwagenkrieg”.
Podemos ver en el despliegue y la dotación de cañones antitanque propuestos por este casi un calco de como se hará en una División de infantería alemana de 1939.
Veámoslo a continuación,(para evitar dificultar la lectura al poner en cursiva el texto publicado en la Revista Militar Francesa, mejor lo coloreo):
“El cañón antitanque es un arma capaz de perforar 30 mm de blindaje a 500 metros con un ángulo de 60 grados. Dicho resultado podría obtenerse con calibres comprendidos entre 37 y 47 mm que fueran capaces de disparar un proyectil explosivo, ya que es importante que el primer impacto ponga fuera de combate a la unidad enemiga. En 1918, en los pocos casos en que se pudo utilizar el fusil antitanque de 13 mm, se llegó a situaciones en que los tanques enemigos no cesaban la lucha hasta después de haber tenido sucesivamente heridos a todos los miembros de su tripulación. Por eso el general von Eimannsberger prefiere el calibre de 47 mm, ya que tal cañón puede utilizarse como arma de apoyo por la infantería de forma que contra los infantes enemigos utilice como munición botes de metralla.
La cadencia de disparo del cañón será del orden de 40 disparos por minuto, con un campo de tiro lateral de 150 grados, y un escudo para proteger a sus sirvientes, todo con un peso total de 350 a 400 kgs.
Se pregunta Eimannsberger si, en todas las circunstancias, este cañón podría cumplir el papel asignado. En el caso de que el enemigo pretenda cubrir la progresión de sus tanques en profundidad aprovechándose de la niebla o del tendido de cortinas de humo, estas armas serán ciegas e ineficaces contra los vehículos enemigos. En 1917 y 1918, los ataques de tanques siempre han encontrado ventajas en operar en la niebla. Pero los tanques de 1918 eran máquinas lentas, los tanques modernos son rápidos. Utilizar la niebla con estos vehículos es renunciar a los beneficios de la velocidad, es prohibir las acciones profundas y repentinas. La niebla es más una molestia que un apoyo para los tanques modernos.
La organización de las unidades antitanques:
No puede haber ninguna duda en el hecho de que los cañones antitanque deben de estar en posesión de la infantería. En todas las circunstancias la infantería debe asegurar su protección contra los blindados, en reposo o en combate; esta protección permanente no estaría ciertamente asegurada con material dependiente de otra arma.
¿Cuál es el número de cañones necesario? Dado el alcance efectivo de estas armas y las velocidades alcanzables por los tanques, se puede aceptar que, en promedio, un cañón antitanque no tiene la posibilidad de poner fuera de combate a más de 3 blindados enemigos antes de ser neutralizado. Un batallón recibe a menudo un sector defensivo de dos kilómetros de ancho. En este frente de dos kilómetros por lo general puede llegar a enfrentarse a unos 50 tanques, que podrían llegar a ser cien si es un área donde el enemigo realice un esfuerzo particularmente importante. Un simple cálculo muestra que, en estas circunstancias, un batallón debe disponer para conservar estos 2 kilómetros de frente, y siguiendo la situación propuesta, de 16 a 32 cañones. La densidad de estos debe ser ajustada para cada situación en particular y del terreno. Cada batallón tendrá por lo tanto de un número fijo de cañones que se reforzarán, según proceda, con unidades antitanque de los escalones superiores del mando.
Von Eimannsberger propone asignar a cada batallón una compañía de seis cañones (tres secciones de dos cañones más una de reabastecimiento y de siembra de minas). Esta compañía tomaría el lugar de la compañía de ametralladoras cuyas secciones se dividirían entre las compañías de fusileros si se considera necesario mantener ametralladoras pesadas en el batallón. No habrá ninguna formación antitanque a nivel de regimiento, pero sí una compañía de ametralladoras de gran calibre para la defensa antiaérea. La División estará dotada de un batallón anticarro que comprenda tres compañías idénticas a la del batallón. Las reservas generales consistirán en regimientos antitanques formados por tres batallones (9 compañías). Lo ideal sería que todas las compañías dispusiesen para el transporte de sus piezas de tractores capaces de circular por el campo de batalla. Esto no siempre será posible en tiempos de paz y se espera que muchas unidades sean de tipo hipomóvil.
La organización de las posiciones:
Una posición defensiva, obviamente, debe ser capaz de resistir un ataque de tanques y uno de artillería. En cuanto a soportar un ataque de este último tipo, parece razonable y prudente no hacer demasiados cambios en los dispositivos que han resultado probados durante la guerra. En el caso de las Divisiones alemanas, en cada subsector de un regimiento (de un promedio de 2 kilómetros de ancho) siempre hay un batallón de primer escalón en los puestos de avanzada y como guarnición de la línea principal de la resistencia. Un segundo batallón (Bereitschafts-Abteilung) ocupa la posición de cobertura de la artillería. El tercer batallón, en reposo, se encuentra en reserva de la División. El enemigo, primero tiene que superar las sucesivas resistencias de los diversos puntos de apoyo que constituyen los puestos de avanzada y, a continuación, hacer frente a la línea principal de resistencia. Si se pudiera, a la fuerza, serán objeto de los contraataques de los batallones de segunda línea y más tarde por los batallones de la reserva.
Antes de examinar cómo se puede adaptar a la defensa antitanque, es conveniente precisar qué principios rigen el empleo de los cañones antitanque:
Se podrían agrupar los cañones antitanque en centros de resistencia, auténticos erizos con armas hacia todos sus lados. Parece más ventajoso organizar barreras paralelas al frente, con las armas lo suficientemente cerca para que no existan lagunas entre los campos de tiro. Unidades de fusileros se colocarán trescientos metros por delante de los cañones. Es importante que en el momento en que los cañones deban atacar a los tanques enemigos, no sean neutralizados por los disparos de la infantería enemiga. Esta infantería se bloqueará y se clavará al suelo lo suficientemente lejos de los cañones como para que el fuego de sus armas automáticas no pueda ser eficaz.
El disponer fusileros trescientos metros por delante de los cañones conseguirá estos resultados. Tampoco se puede organizar la defensa antitanque demasiado cerca del frente enemigo, porque los cañones tienen un tamaño difícil de ocultar en el terreno. Si son identificadas sus posiciones antes del ataque, podrían ser fácilmente destruidos por la artillería enemiga.
En el sistema de defensa expuesto anteriormente y utilizado durante la guerra, todo contribuye a la conservación de la línea principal de resistencia. Los batallones del segundo escalón y los de reserva se dedicaran a, si es posible, reocupar el terreno ocupado por el enemigo. La defensa mantiene así una cierta elasticidad debido a este juego de contraataques.
Si el enemigo ataca con tanques, ya no puede haber ninguna duda sobre los contraataques de los batallones traseros. No hay más elasticidad en la defensa. Hay que bloquear el ataque donde se pueda y si este intento falla sólo queda retrasar el avance del enemigo para dar tiempo al mando de conjurar el peligro con sus reservas. ¿En qué línea se debe de intentar bloquear el ataque enemigo? Debe elegirse aquella en donde el intento tenga la mayor probabilidad de tener éxito, mientras ello no implique abandonar al enemigo una profundidad de terreno demasiado importante.
El general von Eimannsberger disponía esa línea de detención a la altura de los batallones del segundo escalón y es en esta línea donde concentraba la mayor parte de los medios antitanque. Con sus seis cañones antitanque, el batallón de primer escalón ya puede organizar un dispositivo antitanque sin lagunas (un cañón cada 300 metros de frente). El establecimiento de algunos campos de minas fortalecerá esta defensa. Este batallón se dispondrá en dos líneas, dos compañías de fusileros constituirán una fuerte línea de defensa con suficiente potencia de fuego de la infantería y que no pueda ser roto por un ataque precedido por preparación artillera o apoyado por tanques. A 1000 o 1500 metros por detrás, lo suficientemente lejos para que sus cañones no hayan sido localizados, se dispondrá la compañía de cañones. La tercera compañía de fusileros se habrá desplegado antes a unos trescientos metros de los cañones para lograr el dispositivo mencionado anteriormente.
La posición a ocupar por los batallones del segundo escalón, la línea de detención, será trazada por lo menos a 3 kilómetros del escalón más avanzado, con el fin de permanecer inmune al fuego eficaz de la artillería enemiga. La distancia que la separará de la posición avanzada sin embargo será de aproximadamente 1.000 metros ya que esta primera posición se extiende en una profundidad de cerca de 2 km. Cada batallón de este segundo escalón será reforzado con una compañía antitanque divisional. Dos compañías de fusileros cubrirán de nuevo los cañones a 300 metros por delante de estos. La tercera compañía puede constituir algunos centros de resistencia a retaguardia de la línea. La línea de detención dispondrá también para la lucha antitanque del apoyo de las baterías más avanzadas del dispositivo de artillería e incluso de alguna de las piezas antiaéreas emplazadas en las proximidades.
Con respecto a los batallones en reserva podemos considerar emplearlos para organizar una tercera posición detrás de la artillería de campaña. Si pudieran estar equipados con medios de transporte rápido podemos esperar a utilizarlos para reforzar una parte de la línea de detención o para cubrir un flanco expuesto. Sin embargo, cuando los tractores todoterreno fueran asignados a compañías de cañones, se puede tratar de utilizarlos rápidamente para cegar una brecha que ocurriera recientemente en el dispositivo defensivo.
En cuanto a los regimientos de cañones de la reserva general, será posible reforzar con ellos seriamente la defensa antitanque de una división que necesitemos sea capaz de una fuerte resistencia. La asignación de un regimiento a una división (recordemos que supuestamente todavía ocupan un frente de 6 kilómetros 2 kilómetros por regimiento) permitirá una densidad de 6 cañones por kilómetro en la posición más adelante y 12 en la línea de detención. Para las grandes unidades reservadas, para el mando siempre será de interés asignarles medios rápidos de transporte para que puedan intervenir rápidamente, en caso de ruptura del frente. También se puede considerar la constitución de grandes unidades con una determinada organización y especialmente calificadas para oponerse al avance de importantes fuerzas acorazadas.
Se ha observado que, como resultado de la incapacidad para contraatacar con infantería contra tanques, es más pertinente combatir por conservar la línea principal de resistencia. Sin embargo, debe tenerse en cuenta el caso en que la División a la defensiva tenga también tanques. No se admite el uso de estos en contraataques. Los tanques puestos a disposición de una división nunca serán muy numerosos y no actuarán en un frente estrecho. De resultas de ello, serán rápidamente rodeados y destruidos por la masa de los tanques enemigos sin poder obtener un resultado significativo. Sólo con un ataque real, y con medios similares a los que ha puesto en práctica el enemigo, se podrá recuperar el terreno. Debe señalarse también que con el empleo de los tanques no podrá subsistir este método de defensa elástica que constituye la maniobra en retirada. El soldado que intente retirarse será siempre atrapado por el tanque rápido. No será posible negarse a combatir. Los ejércitos de los países pobres se ven limitados en su retirada por un procedimiento de maniobra de los más ricos.
Para la organización trazada por von Eimannsberger, este propone que se adscriban 72 cañones antitanque a cada división y que se creen fuertes reservas con medios de este tipo. Considera que estas aplicaciones no son exageradas. Permiten sólo responder a débiles ataques blindados y, en el caso de ataques poderosos, el tener el tiempo estrictamente necesario para que el mando tome sus disposiciones.
Algunos creen que podría hacerse un ahorro utilizando el tanque como arma antitanque. ¿Cuál es el resultado que se podría obtener así? Suponiendo que tan pronto el ataque enemigo comience, todas las fuerzas de tanques estacionados en la región sean rápidamente reunidas para la ejecución de una contraofensiva, incluso admitiendo que lograran destruir las fuerzas blindadas del adversario que forzaran el frente, ¿esta victoria devolvería la vida de los soldados masacrados?, ¿se puede deliberadamente hacer correr a la infantería el riesgo de un desastre total? El mando alemán, dejando a su infantería desarmada ante los tanques, incurrió en graves responsabilidades en 1918. ¿Y qué son las capacidades de los tanques de 1918 comparadas con los del futuro?”
Un texto, el anterior, a mi modo de ver muy interesante, que nos sirve a la vez como resumen y compendio de lo propuesto por el general austríaco en su “Der Kampfwagenkrieg”. Cabe únicamente añadir que las Divisiones Blindadas propuestas por von Eimannsberger consistían en dos brigadas de tanques, una brigada Jäger, dos batallones de ingenieros, un batallón de vehículos blindados y tres batallones de artillería. Los batallones de artillería debían ser equipados con cañones de “triple propósito” que sirvieran indistintamente como cañones de campo, antitanques y antiaéreos. A su vez uno de los tres batallones de artillería estaría equipado con artillería autopropulsada.
En el esquema anterior podemos ver la disposición propuesta por Eimannsberger de las defensas antitanque en la porción del frente defendida por un regimiento con dos batallones, uno en avanzada con seis Pak y otro en la línea principal de resistencia, a unos tres kilómetros del frente reforzado con una compañía antitanque divisonal. El tercer batallón que no sale en el esquema se mantendría en reserva.
7 Una Reflexión
Con lo postulado por von Eimannsberger queda claro como algunos oficiales establecieron una clara división del trabajo entre los tanques y la infantería. Las unidades Panzer, se utilizarían exclusivamente en funciones ofensivas, incluso dentro de escenarios defensivos. Las fuerzas de infantería, presumiblemente incapaces de seguir las batallas ofensivas de maniobra concebidas por los generales de tropas panzer, sería indispensables para propósitos defensivos debido a su habilidad para ocupar y mantener el terreno. Que las fuerzas Panzer pudieran tener que llevar a cabo operaciones defensivas en relevo de divisiones de infantería alemanas fue casi totalmente desechado.
Hay que tener en mente siempre la época de la que estamos hablando. La mayoría de los primeros tanques eran demasiado pequeños e inestables como para llevar armas antitanque precisas y de alta velocidad. Por el contrario, el tradicional cañón antitanque remolcado estaba especialmente diseñado para conseguir una máxima eficacia contra el blindaje y su pequeña silueta lo hacía difícil de detectar y atacar. Las unidades blindadas alemanas eran entrenadas para evitar enfrentamientos con otros tanques o con armas antitanque y, por el contrario sí en explotar áreas de poca o ninguna resistencia. En el caso de un combate tanque contra tanque, los tanques alemanes podían retirarse temporalmente, atrayendo al enemigo hacia una pantalla oculta de armas antitanques que se habrían desplegado detrás de la punta de lanza alemana. Para ello, los tanques necesitan unidades de reconocimiento por delante y a los flancos del avance, con ingenieros de combate para mantener la movilidad de las fuerzas mecanizadas. Infantería motorizada o mecanizada, y artillería eran necesarias para reducir los centros de resistencia sobrepasados, para apoyar a los tanques en el ataque y mantener las áreas ocupadas por esos ataques. Toda la fuerza necesitaba unidades de apoyo que pudieran seguir el ritmo de un avance rápido (33) .
Creo muy interesante, al hilo de lo mencionado anteriormente, el siguiente extracto de un informe del WaPrw de octubre de 1935, titulado “Offensive Abwehr von Panzerwagen” (34) (defensa ofensiva de los tanques) acerca del programa iniciado para crear Panzerjäger autopropulsados más rápidos y maniobrables que los propios tanques a los que tenían que destruir. En él se menciona también el debate mencionado más arriba y surgido tiempo atrás en el seno del Heer acerca del tanque como principal arma antitanque:
“(…) El principio, frecuentemente expresado, de que la mejor defensa contra un tanque es otro tanque es cuando menos discutible. Los aviones de bombardeo no son empleados contra los bombarderos pesados. En su lugar se usan cazas de combate más rápidos y maniobrables, que presentan un objetivo más pequeño y que sólo tienen que estar armados de tal manera que puedan dañar efectivamente a un bombardero. En el mar el torpedero es combatido con un destructor [de torpederos], el submarino con un destructor [de submarinos]. En ambos tipos de destructor la especificación más importante es su superior velocidad y maniobrabilidad – blindados sólo de tal manera que [el blindaje] no interfiera con ambas características primarias. Recientemente esta línea de pensamiento de muchos marinos, ha llegado a su punto máximo con el Schnellboot (un buque torpedero alemán). Aparentemente, incluso contra los mayores y más pesados buques de guerra, el Schnellboot es una valiosa y peligrosa arma ofensiva. Este objetivo muy pequeño, tiene una considerable velocidad de aproximadamente 40 nudos y por lo tanto es extremadamente difícil de alcanzar. Se renuncia prácticamente al blindaje. El Schnellboot ha cumplimentado su misión si puede entrar dentro del radio efectivo de disparo del torpedo sin resultar dañado. Incluso si son destruidos después de alcanzar su misión, su empleo habrá valido la pena aunque sea desde un punto de vista puramente económico. Pero, después de disparar sus torpedos, frecuentemente escaparán con éxito, gracias a las características de alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño."
Foto de: http://www.prinzeugen.com/colors.htm
Como vimos en el párrafo anterior las características básicas que definen al Schnellboot y su doctrina de empleo responden, paradójicamente, a las buscadas en los Panzerjäger autopropulsados derivados de semiorugas de los años treinta y en cierta manera de los Panzerjäger I, Marder y demás derivados de la primera mitad del conflicto: alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño. El Schnellboot inspiró en cierta manera a los creadores de los Schnelle Panzerjäger que fue tal y como se conoció a las primeras unidades de Panzerjäger autopropulsados. Seguimos con el informe en cuestión y con lo que se puede considerar el decálogo de las características de un Panzerjäger autopropulsado:
“La cuestión sigue siendo si un cazatanques puede ser construido equivaliendo exactamente al caza de combate, al destructor torpedero, destructor de submarinos y especialmente al Schnellboot, en el cual el blindaje es desechado a favor de las siguientes características principales:
- Muy alta velocidad en carretera para conseguir una buena movilidad operacional.
- Buena movilidad campo a través, al menos la misma que la de los tanques.
- Velocidad campo a través y maniobrabilidad en gran medida superior a la de un tanque.
- Pequeño tamaño como blanco.
- Buena plataforma para un tiro estacionario preciso.
- Armamento capaz de destruir el objetivo a alcances superiores a 700 metros.
- Barato y rápido de producir en masa en comparación con los tanques.
- Si es posible conseguirlo sin afectar a los primeros siete requerimientos, cañón rápidamente desmontable con el propósito de emplearlo de la misma forma que los cañones antitanque remolcados, así como un rápido nuevo montaje.
Vemos pues como 1935 fue un año clave y prolífico en el que se sentaron bases tales como las publicaciones doctrinales de Einmannsberger o las especificaciones anteriores a cumplir por parte de los vehículos antitanque. De su empleo táctico hablaremos un poco más adelante.
8 Fleischer
Antes de continuar, con los principios tácticos, debemos echar un poco la vista atrás y constatar que, como veremos con más detalle en el siguiente capítulo, las primeras unidades creadas el Heer especializadas en la lucha antitanque como tal, más allá de los medios propios de cada regimiento, fueron los Panzer Abwehr Abteilung (Batallón de defensa antitanque) creados a partir de 1934; los cuales fueron entrenados desde el comienzo conforme a los mencionados principios de movilidad y velocidad, dentro de un espíritu general ofensivo de la unidad, mucho más que defensivo. Espíritu este que provocó varios intentos ya desde mediados de los años treinta de cambiar su nombre, su denominación, hacia uno más acorde con su verdadera vocación ofensiva. Su elevado espíritu de cuerpo, su sentimiento de pertenencia a una unidad de élite, hacía que no quisieran ser llamados antitanques sino cazatanques (Panzerjäger). Es muy significativa del espíritu de estas unidades la importancia dada por ellas a su denominación oficial.
Fleischer hace mención de un artículo de noviembre de 1937 (de un autor que no identifica)(35) el cual polemizaba como sigue sobre el este asunto de la denominación de los medios de defensa antitanque:
“…la denominación de Panzer Abwehr no es una buena elección, ya que no quedan suficientemente reflejados en él su declaración de intenciones y principios de destrucción.”
En otro artículo de 1938 (también recogido por Fleischer) titulado “Espíritu y sentido de las armas antitanque”, los principios básicos de la defensa antitanque como parte de un combate activo - antes que pasivo - eran subrayados aun más claramente, tal y como se refleja en el siguiente extracto del mismo:
“La brutal furia atacante del tanque debe ser respondida por un superior espíritu dominante de las fuerzas antitanque y una alegre fuerza de inaudito y fanático brío atacante con la voluntad de destruirlo.”
Toda una declaración de principios (un tanto barroca, eso sí).
Lo que se demandaba de un soldado de los Panzerjäger se resumía así, en el artículo anterior:
“…esta tarea requiere…hombres valientes, con nervios fuertes, cuerpos bien entrenados y energía personal…por lo tanto a hombres con un sobresaliente espíritu ofensivo”.
Tal y como acertadamente apunta Fleischer, desde un punto de vista actual se puede contemplar como obvio el, a la postre, negativo resultado de la combinación del sobresaliente espíritu ofensivo de los Panzerjäger con el insuficiente rendimiento del Pak de 37 mm, cañón con el que estuvieron fundamentalmente equipados hasta el bienio de 1941-42. Los Panzerjäger se encontraron representando el papel reservado en la Primera Muerra Mundial a la ametralladora, convirtiéndose ahora en el objetivo a batir por parte de la artillería y la aviación enemiga al comienzo de cualquier ofensiva, de cara a preparar el posterior avance de los tanques. A la postre, si querían sobrevivir en el campo de batalla tenían que combatir en posiciones previamente elegidas, bien preparadas y camufladas, teniendo en cuenta que sus piezas y vehículos no estaban blindados o en el mejor de los casos su protección era contra armas ligeras. Cualquier intento de cambiar de posición para responder a una amenaza puntual o una ruptura blindada del frente podía suponer su pérdida y la de sus sirvientes.
Las campañas polaca y francesa no pusieron demasiado en relevancia estas carencias (pese a unos indicios claros de las mismas) más debido a la superioridad general alemana, y a los propios errores del enemigo, que al rendimiento de su equipamiento. Pero el frente ruso en 1941 iba a suponer un baño de realidad en ese sentido.
9 Conclusiones
Como conclusión final de esta primera parte dedicada a la doctrina de empleo de los Panzerjäger, y de hasta donde llegó la larga evolución de la doctrina antitanque alemana, creo que lo mejor es trasladar aquí, ya traducido, parte del manual táctico publicado en mayo de 1940 para las primeras unidades de Pak autopropulsados, los llamados Schnelle Panzerjäger, a estas alturas del conflicto equipados con vehículos 4,7 cm Pak(t) (Sfl) auf Pz,Kpfw.I (Sd.Kfz. 101) el conocido Panzerjäger I: (36)
I.- Principios Tácticos Generales.
Los cazatanques rápidos son únicos en su continua disposición al combate, alta movilidad todoterreno y protección blindada. Por tanto, están capacitados para combatir ataques de tanques enemigos.
(…)
La unidad de combate es la compañía. Recibe instrucciones del Comandante del Batallón. Este debe esforzarse en mantener el control de esta unidad y emplearla de tal manera que todas las armas puedan ser empleadas en trabar combate con el enemigo. El empleo de todo el Batallón como una sola unidad puede ser útil en muchas situaciones. El empleo de un solo pelotón debe darse en muy pocas ocasiones.
Los elementos decisivos para una acción exitosa son:
a) Un oportuno reconocimiento y determinación del número y dirección de los tanques atacantes enemigos.
b) Uso del terreno en provecho propio.
c) Rápido desempeño de los mandos en todos los niveles. Por ello, estos deben estar en primera línea.
El combate se conducirá mediante el fuego y el movimiento. El objeto del movimiento es sorprender a los tanques enemigos trayéndolos hacia el fuego concentrado desde direcciones inesperadas y destruyéndolos.
Por lo tanto los Panzerjäger avanzan en etapas y presentan combate mientras están detenidos. Los ataques contra los flancos y la retaguardia son los más efectivos.
La misión de un avance frontal de los Panzerjäger es detener el movimiento enemigo mediante el fuego. El que los elementos de retaguardia refuercen el frente o se envíen contra los flancos y la retaguardia de los tanques enemigos es decidido por la situación, el terreno y el clima.
Cuando se encuentren comprometidos por un fuego enemigo superior, los Panzerjäger utilizaran su alta velocidad para cambiar de posición y continuar el combate.
II.- Empleo táctico del Schnelle Panzerjäger Abteilung.
El papel del Schnelle Panzerjäger Abteilung dentro de una División Panzer marchando es proteger el frente y los flancos de las columnas. El empleo de un pelotón en vanguardia puede ser útil.
Si el Pz.Jg.Abt. es adscrito a una División de infantería, ambos deberían de avanzar juntos en la columna de forma que [el batallón] pueda ser lanzado rápidamente contra [posibles] tanques atacantes enemigos. El Pz.Jg.Abt. (mot Z) de la propia División puede proteger las columnas en avance.
El Pz.Jg.Abt (Sfl) a menudo avanzará en el flanco abierto para asegurar los flancos de la División contra tanques o unidades motorizadas enemigas.
(…)
Cuando ataquen junto con una División Panzer, como regla general, el Pz.Jg.Abt (Sfl) será asignado a la Brigada Panzer y atacará con ella. Tiene la misión de asegurar los flancos de nuestros panzer y asistirles en la destrucción de los ataques frontales de tanques enemigos. La destrucción de cañones antitanques enemigos también es una de sus misiones.
Cuando el objetivo sea alcanzado o el avance se detenga para reorganizarse, los Panzerjäger protegerán a las unidades Panzer reunidas. Permanecerán preparados, a las órdenes del Comandante de la Brigada.
Cuando ataquen junto con una División de infantería o una SchützenBrigade (37) serán concentrados en el punto de ruptura del ataque con objeto de destruir los posibles tanques enemigos.
(…)
En la defensa el Pz.Jg.Abt (Sfl.) se mantendrá en reserva. No entrará en acción hasta que la dirección de ataque de los tanques enemigos esté claramente identificada. Su misión es destruir los tanques enemigos que hayan penetrado la línea de combate principal.
Después de que el ataque blindado sea rechazado, los Panzerjäger (Sfl) trabaran combate, cuando sea necesario, con la infantería enemiga atacante mediante proyectiles de alto explosivo.
Si los tanques enemigos han abierto brecha, las unidades Panzerjäger (Sfl) aislaran la penetración y serán enviados en contraataque para destruir los tanques enemigos. Es necesaria información exacta acerca de nuestros propios campos de minas.
(…)
En situaciones especialmente peligrosas, cuando nuestras fuerzas propias de Panzer no estén disponibles, los Pz.Jg.Abt (Sfl) junto con otras armas pueden ser enviados al ataque con un objetivo limitado, con vistas a hacer más fácil al conjunto de nuestras tropas evadirse del enemigo.
Si nuestras tropas se retiran, el Pz.Jg.Abt (Sfl) se hace cargo del ocultamiento y la seguridad del movimiento. Su asignación a la retaguardia puede ser útil.
III.- Manejo táctico del Panzerjäger I.
Durante un combate, a la orden de “Posición” (Stellung) el conductor guiará hasta la próxima posición de fuego favorable y se detiene. A la orden “Cobertura completa” (Volle Deckung) el conductor sale de la posición de fuego y se mueve hacia la próxima cobertura disponible. (…) El cañón debe ser disparado sólo cuando [el vehículo] está detenido. No debe perderse la concentración de la unidad.
IV.- Tácticas para el pelotón Panzerjäger.
El pelotón constituye la unidad [mínima] de combate. El mismo consiste en un líder de pelotón (Zugfuehrer) y tres Schnelle Panzerjäger, un equipo de ametralladoras y una motocicleta; organizado y equipado de acuerdo con la K.St.N 1148. (Hablaremos de esto en el siguiente capítulo)
Como regla general el pelotón combate con el resto de la compañía. La ametralladora es utilizada para la defensa antiaérea en el área de reunión.
El pelotón alcanza sus asignaciones de combate mediante el ataque y el disparo cuando está detenido. La explotación inteligente del terreno por parte del conductor y la rápida selección de las posiciones de tiro por parte del Zugfuehrer son extremadamente importantes para asegurar el éxito.
Las contrapendientes (en las cuales sólo el tubo del cañón asoma por encima de la cobertura) son las más adecuadas posiciones de tiro.
Cuando el pelotón no ha sido descubierto por los tanques enemigos, puede sorprender al enemigo abriendo fuego concentrado. El Zugfuehrer dará la orden de abrir fuego.
Cuando se encuentra inesperadamente con tanques enemigos a corto alcance, cada vehículo Panzerjäger del pelotón tomará por su cuenta posiciones de combate y abrirá fuego. Debe ser mantenido el contacto dentro del pelotón.
Si el pelotón se encuentra sorprendido por un superior fuego de tanques enemigos, el Zugfuehrer rápidamente dará la orden “Volle Deckung” y [el pelotón] se retirará a una posición alternativa desde la cual el pelotón se pueda enfrentar al enemigo en condiciones más favorables.
La destrucción del enemigo con unos pocos disparos y el rápido combate a otros objetivos son prerrequisitos para el éxito del pelotón.
Objetivos tales como tropas y armas sin protección blindada son batidos mediante proyectiles de alto explosivo (Sprenggranaten). Si se encuentran objetivos en masa durante la batalla deben ser destruidos mediante fuego concentrado.
V.- Tácticas para la Compañía Schnelle Panzerjäger.
La Panzerjägerkompanie (Pz.Jg.Kp.) consiste en una plana mayor (Kp.-Trupp) tres pelotones y un tren de suministros.
El silencio de radio es rescindido tan pronto la unidad deja el área de reunión. (…)
Tan pronto como el terreno y la situación lo permitan, el Kompaniefuehrer debe esforzarse por atacar para quitar la libertad de maniobra de los tanques enemigos, obligándolos a mantenerse a la defensiva y destruyéndolos.
Cuando la compañía entra en combate, el pelotón lo hace contra los enemigos que emerjan en su frente. El Zugfuehrer dirige el combate. El Kompaniefuehrer dirige la acción mediante el envío por radio de órdenes cortas al pelotón o enviando otros pelotones contra los flancos o la retaguardia del oponente.
Cuando el Kompaniefuehrer aprecie que el fuego de su compañía tiene éxito y que el enemigo comienza a retirarse, inmediatamente ordenará un ataque adicional. La retirada del enemigo debilitado puede ser obstaculizada enviando pelotones a sus flancos y retaguardia.
(…) Cuando le es asignada la seguridad de los flancos, la compañía avanzará hasta los límites [del despliegue] de manera que en todo momento pueda moverse a posiciones favorables de tiro desde las cuales pueda enfrentarse a los tanques enemigos atacándolos por los flancos.
Si una Schnelle Panzerjägerkompanie es asignada como defensa de la retaguardia, basándose en la situación y en el terreno, puede o bien ser concentrada dispuesta para ser enviada a la acción por el comandante de la retaguardia o bien pueden ser enviados pelotones individuales a sectores especialmente amenazados.
Hasta aquí el manual. Aunque farragoso, quizá los conceptos más claros que derivan del mismo y que quedan como poso acerca de la doctrina de empleo de los Panzerjäger autopropulsados, son el movimiento, la coordinación, la concentración y la flexibilidad de empleo.
10 La Creación de los Panzerjäger, su Organización, Estructura y Evolución
Las divisiones alemanas durante la guerra contaban, además de con los medios propios de sus regimientos, con la adscripción de unidades especializadas equipadas con cañones y/o vehículos antitanque. Dichas unidades, tamaño batallón, en un principio denominadas Panzer Abwehr Abteilung (Batallón de defensa antitanque) y que dependían directamente del cuartel general de la División estaban pensadas para proveer no sólo defensa antitanque contra ofensivas enemigas sino también para acompañar a la unidades tanto blindadas como de infantería en la ofensiva para contrarrestar los contraataques blindados enemigos y proteger contra cualquier intento del blindaje enemigo contra los flancos del avance propio. De acuerdo con esto, y desde el principio, la motorización de dichas unidades se contempló como imprescindible, pero no como un mero transporte sino como un medio de adquirir la movilidad táctica necesaria al estilo de la infantería mecanizada.
Como ya hemos visto anteriormente, este principio o doctrina ofensiva/defensiva del batallón antitanque fue aplicado desde su creación hasta el final de la guerra y se puede ver de alguna forma simbolizado en el cambio de denominación del mismo desde el 16 de marzo de 1940. Desde entonces el batallón pasó a denominarse como Panzerjäger Abteilung (Batallón cazatanques). Ya no se trataba de defenderse de los tanques enemigos, se trataba de salir a cazarlos.Pero vamos un poco más despacio.
En 1923 y en una de las primeras tablas de organización alemanas después de la Gran Guerra, se preveía que una División de infantería contase con una Brigada de artillería con dos regimientos (38) . En uno de ellos, concretamente en el segundo, se preveía tener en dotación un Batallón de cañones antitanque motorizados, de forma que ya entonces se configuraba como un factor imprescindible la movilidad de los medios antitanque. En las maniobras del Reichswehr del invierno de 1926-27 y dentro de la organización de una División Motorizada(39) vemos de nuevo en el segundo regimiento de la Brigada de artillería un Batallón antitanque, formado por tres baterías. Además del anterior se contemplaba que dentro del Batallón de Reconocimiento de la División se adscribieran dos baterías de cañones antitanque motorizadas. Por aquel entonces, como veremos más adelante, todavía no se había desarrollado un cañón antitanque específico (y además el tratado de Versalles prohibía tal desarrollo), por lo que se utilizaban tractores de artillería Krupp/Daimler KD I, a los que se les montaba un cañón bivalente, habitualmente un BAK de 7,7 cm. L/27 AA.
Demos un pequeño salto en el tiempo y veamos a continuación el esquema de una División de infantería alemana de 1939. Dentro de ella y para mayor claridad remarco en rojo los medios antitanque con los que contaba:
Imagen extraída de: “German Army Handbook, 1939-1945” de W.J.K. Davies. Arco Publishing Company Inc. New York, 1977.
Tal y como vemos arriba los cañones antitanque con los que contaba una División de Infantería alemana en vísperas de la guerra se adscribían, de arriba hacia abajo en:
- Una Compañía antitanque de 12 Pak (en este caso de 3,7 cm) en cada uno de los tres regimientos de infantería, la conocida como Infanteriepanzerjägerkompanie. Es decir un total de 36 cañones entre los tres regimientos.
- Un Pelotón de 3 Pak adscrito al Batallón de reconocimiento, el Aufklärungs Abteilung.
- El Batallón antitanque, o Panzerjäger Abteilung, formado por tres compañías de 12 Pak y en ocasiones por una Compañía de 12 Flak autopropulsados. En total y sin contar los Flak (pese a su uso bivalente) otros 36 Pak.
Vemos pues como la clásica División de infantería alemana en vísperas del conflicto contaba con la nada despreciable cantidad de 72 Pak que, aunque no exactamente distribuídos del mismo modo, coincidían con lo postulado por von Eimannsberger en su “Der Kampfwagenkrieg” de 1934.
11 La 14ª Compañía, Infanteriepanzerjägerkompanie Mot. Z. (Inf.Pz.Jg.Kp)
En la foto superior vemos el “TAK
Rheinmetall in starrer Räder¬lafette” de 37 mm desarrollado a finales de
la primera guerra mundial para la defensa inmediata de la infantería
contra los tanques aliados. Era, con sus 175 kg, muy liviano y pensado
fundamentalmente para su traslado a través del campo de batalla por
parte de sus servidores. El sistema de puntería, tal y como se aprecia,
era muy primitivo. El posteriormente muy conocido Pak de 37 mm de la
Segunda Guerra mundial tuvo en sus orígenes también ruedas de radios de
madera y carecía de suspensión lo que limitaba mucho su capacidad de ser
remolcado por vehículos a motor.
Foto de: Bundesarchiv. via Wikimedia.
Vemos ahora en la foto anterior el Pak
de un regimiento de infantería equipado con un falso de cañón de madera,
utilizado en entrenamientos y/o maniobras. La estructura general del
cañón era similar a la del Pak de 37 mm habitual del período de la
guerra, aunque con diferencias obvias con respecto a este, apreciables a
simple vista tanto en las ruedas como en los brazos de apoyo. Era
evidente ya en la época en que fue tomada esta foto que las tropas
antitanque deberían de ser al menos tan móviles como los tanques a los
que habían de combatir.
Como hemos comentado anteriormente, ya desde inmediatamente después de la 1ª Guerra Mundial, las Divisiones de infantería alemanas tuvieron sus propios medios de defensa antitanque, mucho antes de considerar la opción de crear un cuerpo especializado antitanque. Si nos trasladamos de nuevo a la década de los treinta, vemos como en 1932 estaba previsto dotar a cada Batallón (40) dentro de las Divisiones de infantería del Reichwehr con dos cañones antitanque de 37 mm, que se integraban en la 4ª Compañía (de ametralladoras) de dicho Batallón, dentro de la cual se creaba un quinto pelotón a tal efecto. Era el denominado, a efectos de “Versalles”, como “pelotón de cañones de madera”.
En septiembre de 1934, se ordenó que los Pak de 37 mm ya entregados al ejército fueran reformados en las armerías de cada distrito de tal manera que a los que todavía estaban equipados con ruedas de madera les fueran montadas otras con neumáticos y un sencillo sistema de suspensión bloqueable.
Con estos cambios técnicos se sentaron los requisitos necesarios para la formación de unidades antitanque plenamente motorizadas. De esta manera hubo cambios en la dotación antitanque de los regimientos de infantería de forma que en lugar de distribuirse por los batallones -como previamente habíamos visto- se concentraron en la, así denominada, 14ª compañía (mot Z) de cada regimiento -a la vez que se incrementó el número de cañones hasta los doce- divididas entre cuatro pelotones de tres cañones cada uno, permitiendo a su comandante repartirlos, de acuerdo con la situación del combate, entre los tres batallones del regimiento conservando aún un pelotón de tres cañones en reserva o bien mantener toda la compañía unida y de esta manera poder enviarla a sectores del frente particularmente amenazados por los blindados enemigos.
Según afirma Fleischer (41) estos pelotones, al depender de los regimientos de infantería, se encontraban siempre más cercanos a la línea del frente y por lo tanto más expuestos a la artillería enemiga, de manera que por cada cañón había dos vehículos medios equipados con ganchos de remolque (Kf. 12 Mittlerer geländegängiger Personenkraftwagen (Zughaken)). El primero remolcaba el cañón mientras el segundo lo hacía con el semiremolque de municionamiento (Sd.Anh.32). Si el vehículo que remolcaba el cañón, sin blindaje alguno, resultaba afectado por el fuego enemigo, el segundo lo sustituía inmediatamente prorrogando de esta manera la movilidad táctica de la pieza y evitando la posible pérdida de los valiosos y entrenados sirvientes de la misma. Pero hay que tener en cuenta que hablamos de los alemanes y su proverbial adaptabilidad a los medios disponibles por lo que en principio no estoy de acuerdo con lo que afirma Fleischer en ese sentido.
La Infanteriepanzerjägerkompanie c, regulada en la Kstn 184c (42) de noviembre de 1941, tenía tres modalidades de organización según el tipo de vehículo con el que se equipaba la compañía (43) ; concretamente las modalidades Ausführung A, B y C (por otra parte el mismo sistema que el que vemos al denominar las distintas variantes de un mismo modelo de vehículo). Sólo en la Ausf. A aparecen como de dotación obligatoria dos vehículos por cañón, concretamente los vehículos tipo Kf.12. Mittlerer geländegängiger Personenkraftwagen (m.gl.Pkw.). [Cabe recordar aquí que en el sistema alemán la numeración de un vehículo a motor no indica un modelo concreto, sino un tipo de vehículo, por tonelaje, misión, etc]. En las otras dos variantes, las Ausf. B y C, se contempla únicamente un vehículo por Pak, con sólo otro a mayores en todo el pelotón en labores de municionamiento. Pero claro, en estas dos variantes, los vehículos han de ser Kf.69 Protzkraftwagen o Sd.Kfz.10 Zugkraftwagen 1t.
Foto de: Bundesarchiv. Via Wikimedia
Vemos pues como la diferencia entre las tres modalidades de organización claramente está en el tamaño del vehículo ya que los Kf. 12 eran vehículos de reducido tamaño, en los que poco sitio de estiba quedaba una vez que sus cuatro tripulantes iban a bordo, situación esta muy diferente en el caso del Protze, un camión de tres ejes, o del Sd.Kfz.10, un semioruga. Si el tamaño no fuera determinante y en cambio sí lo fuera la doctrina de uso en función de su mayor o menor cercanía al frente, tal y como afirma Fleischer, cualquier tabla de organización de la Inf.Pz.Jg.Kp habría de contar siempre con dos vehículos por cañón independientemente del tamaño, tipo o modelo de los mismos.
Foto de: http://www.militaryimages.net/photopost ... hoto/50157
Arriba vemos la foto de una parada militar, ante Hitler y otros altos mandos, de un grupo de vehículos Kf.12 (44) (parecen Horch 830), remolcando sus respectivos Pak de 37 mm. Se pueden apreciar las dos cajas de munición estibadas sobre el parachoques trasero.
Arriba vemos la foto de una parada militar, ante Hitler y otros altos mandos, de un grupo de vehículos Kf.12 (44) (parecen Horch 830), remolcando sus respectivos Pak de 37 mm. Se pueden apreciar las dos cajas de munición estibadas sobre el parachoques trasero.
Foto de: Walter J. Spielberger, Hilary L. Doyle & Thomas L. Jentz, “Light Jagdpanzer, Development. Production. Operations”, Schiffer Military History Book, 2007.
Una de las “parejas de hecho” más populares de la Wehrmacht fue la formada por el Krupp “Protze” - en su configuración como Kf.69 - y el Pak de 37 mm. Vemos en la foto a sus seis tripulantes, contando al conductor, y sus cuatro cajas de munición por cada lado.
Una de las “parejas de hecho” más populares de la Wehrmacht fue la formada por el Krupp “Protze” - en su configuración como Kf.69 - y el Pak de 37 mm. Vemos en la foto a sus seis tripulantes, contando al conductor, y sus cuatro cajas de munición por cada lado.
Imagen de: Werner Haupt, “German Anti-Tank Guns, 1935-1945”, Schiffer Military History, vol.24. Stuttgart, 1990.
En la imagen superior vemos un esquema de la composición de la compañía
antitanque del regimiento de una división de infantería tipo, según la
tabla de organización ya mencionada, la Kstn 184c de noviembre de 1941.
Hay que tener en cuenta que en la segunda mitad de 1940 comenzó a llegar
a las distintas unidades el Pak 38 de 50 mm y tal hecho se refleja en
esta Ktsn. al ser de dotación mixta de Pak de 37 mm y 50 mm.Los tres primeros pelotones están equipados todavía con el habitual Pak de 37 mm, mientras que el cuarto pelotón lo está con dos Pak 38, haciendo un total en la compañía de once cañones antitanque y cinco ametralladoras. En la última fila vemos el grupo de apoyo de la compañía con un vehículo taller, una cocina de campaña y una cisterna de combustible. En ocasiones podemos ver un pelotón de Pak sustituido por otro de Flak 30 o 38 de 20 mm de carácter bivalente. En 1942 ya es más frecuente encontrar que los pelotones podían estar equipados dos a dos, con Pak de 37 mm y Pak 38 de 50 mm en lugar del tres a uno representado en la imagen.
A comienzos de 1944 se modificó la composición de la compañía con la creciente introducción de las armas antitanque portátiles (panzerfaust, panzerschsreck, etc) de forma que, por ejemplo, en la 712ª División de infantería los dos primeros pelotones estuvieron equipados cada uno con un total de 18 lanzacohetes Raketenpanzerbüchse 54 de 88 mm, mientras el tercer pelotón recibía tres Pak 97/38 y el cuarto, otros tres Pak 40 ambos de 75 mm. Fue pues habitual a partir de entonces la composición de los dos primeros pelotones con panzerschsreck mientras los dos últimos se equipaban todavía con Pak remolcados, de distintos modelos en función de las disponibilidades.
Imagen de: Bundesarchiv. Via Wikimedia
En 1945 fue ya el conjunto de los cuatro pelotones los equipados con panzerschsreck, haciendo de este modo un total de 72 por compañía (54+18). El Pak 40 pese a su eficacia era demasiado pesado para las compañías de infantería y la escasez de vehículos de remolque adecuados se hacía notar cada vez más. Para los regimientos de infantería la nueva composición de la Inf.Pz.Jg.Kp. y sus dos pelotones de armas portátiles antitanque supusieron un incremento de la eficacia en la autoprotección frente a los blindados enemigos, pese a su alcance medio eficaz de sólo 150 metros, más aun habida cuenta que en el tipo de combate que libraban, los grandes alcances del Pak 40 no compensaban las grandes limitaciones de movilidad que suponían su tonelada y media de peso.
De nuevo, vemos como la movilidad se seguía configurando como la más destacada de las cualidades, en la lucha antitanque en el Heer.
12 Los Batallones Cazatanques, los Panzerjäger Abteilung
Seguimos ahora con la que fue la mayor unidad de la División específicamente destinada a la lucha antitanque, el Panzerjäger Abteilung (Pz.Jg.Abt.). Su nacimiento como tal unidad puede datarse en 1934, cuando se crearon los primeros catorce batallones, con un exponencial crecimiento en los siguientes años que hizo que al comienzo del conflicto hubiese ya 53 y al final del mismo se hubieran formado, contando desde su creación, un total de 407 Abteilung (45) .
Su composición fue desde el comienzo tremendamente variada y a su vez muy condicionada por las disponibilidades de cañones y vehículos antitanque que hizo que en numerosas ocasiones careciesen del material suficiente para completarlos de acuerdo con lo establecido en sus tablas de organización, lo que los convertía a menudo en un abigarrado conjunto de material de diversas procedencias y calibres. La adscripción de estos batallones a Divisiones de distintos tipos, bien sean estas de infantería, de panzergranaderos o blindadas, hacía que estos también sufrieran variaciones en su estructura en función de una u otra adscripción. Como norma general se podría definir su estructura como la formada por una plana mayor con tres compañías, de tres pelotones, la cual al menos con las Divisiones de la primera a la cuarta ola se cumplió y ya en 1939 se alcanzó a completar las dotaciones de todas ellas. Las de la primera ola tuvieron además una compañía antiaérea -normalmente autopropulsada- dotada de doce vehículos con cañones de 20 mm que se utilizaban a su vez para batir objetivos terrestres como vehículos ligeramente blindados y dar protección contra ataques de la infantería enemiga.
Ya hemos visto antes que como norma general las compañías del Abteilung estaban formadas por tres pelotones cada una -a diferencia de los cuatro pelotones que formaban la 14ª Infanteriepanzerjägerkompanie – pero los primeros tenían cuatro cañones antitanque cada uno, es decir uno más que estas últimas, por lo que la suma de cañones antitanque de cada compañía del Pz.Jg.Abt. era similar a los de la 14ª compañía antitanque del regimiento de infantería (una media de doce) dando un total de 36 cañones para todo el batallón.
Foto de Bundesarchiv. vía wikimedia.
Se crearon también tablas de organización específicas en función de nuevos medios desarrollados como la creada para uno de los primeros vehículos utilizados como cazatanques, como fue el 4,7 cm Pak(t) auf Pz.Kpfw.I, Sd.Kfz.101 (en la imagen anterior) en el que cada pelotón (46) tenía tres Sd.Kfz. 101, nueve la compañía y por tanto un total de 27 vehículos todo el batallón, además del complemento de un semioruga Sd.Kfz.10 de municionamiento por pelotón y los correspondientes vehículos de apoyo y enlace, Kf.2, Kf.15 y Kf.40. O la también única organización (47) de la Panzerjägerkompanie 8,8 cm Flak 18 (6 Geschützen) (mot S) creada entorno de la unión del Zugkraftwagen 12 t y el Flak 18 de 88 mm en 1938. Dicha compañía contaba con tres pelotones de dos cañones autopropulsados, para un total de seis vehículos cazatanques en la compañía.
Se crearon también tablas de organización específicas en función de nuevos medios desarrollados como la creada para uno de los primeros vehículos utilizados como cazatanques, como fue el 4,7 cm Pak(t) auf Pz.Kpfw.I, Sd.Kfz.101 (en la imagen anterior) en el que cada pelotón (46) tenía tres Sd.Kfz. 101, nueve la compañía y por tanto un total de 27 vehículos todo el batallón, además del complemento de un semioruga Sd.Kfz.10 de municionamiento por pelotón y los correspondientes vehículos de apoyo y enlace, Kf.2, Kf.15 y Kf.40. O la también única organización (47) de la Panzerjägerkompanie 8,8 cm Flak 18 (6 Geschützen) (mot S) creada entorno de la unión del Zugkraftwagen 12 t y el Flak 18 de 88 mm en 1938. Dicha compañía contaba con tres pelotones de dos cañones autopropulsados, para un total de seis vehículos cazatanques en la compañía.
Imagen de: W.J.K. Davies, “Panzerjäger. German anti-tank Battalions of World war Two”, Almark Publishing Co.Ltd., London, 1979.
Comienzan los grandes cambios:
Esta estructura general tal y como la hemos descrito (en la imagen de arriba se puede apreciar de forma esquemática) y con excepciones como las mencionadas, se mantuvo hasta 1942, año en que la composición tanto teórica como práctica de las unidades antitanque fue modificada como consecuencia primera de las enseñanzas y carencias puestas de manifiesto en la campaña rusa. La introducción de los primeros cañones antitanque montados sobre barcazas de tanques obsoletos para primera línea, propios o capturados, propició asimismo dichos cambios y los Pz.Jg.Abt. de las divisiones blindadas fueron ampliamente reforzados. Ahora, y según lo previsto, iban a ser unidades más autónomas dotadas cada una de ellas con dos compañías “ofensivas” provistas de cañones Pak 36 y/o Pak 40 de 76,2 y 75 mm respectivamente, montados sobre chasis como los comentados y una compañía “defensiva” con Pak remolcados a lo “tradicional”, y siguiendo la regla general de compañías 12+14+14 según vemos en el esquema de abajo que, aunque figure como de 1943, en realidad responde más a la organización habitual de 1942:
Esta estructura general tal y como la hemos descrito (en la imagen de arriba se puede apreciar de forma esquemática) y con excepciones como las mencionadas, se mantuvo hasta 1942, año en que la composición tanto teórica como práctica de las unidades antitanque fue modificada como consecuencia primera de las enseñanzas y carencias puestas de manifiesto en la campaña rusa. La introducción de los primeros cañones antitanque montados sobre barcazas de tanques obsoletos para primera línea, propios o capturados, propició asimismo dichos cambios y los Pz.Jg.Abt. de las divisiones blindadas fueron ampliamente reforzados. Ahora, y según lo previsto, iban a ser unidades más autónomas dotadas cada una de ellas con dos compañías “ofensivas” provistas de cañones Pak 36 y/o Pak 40 de 76,2 y 75 mm respectivamente, montados sobre chasis como los comentados y una compañía “defensiva” con Pak remolcados a lo “tradicional”, y siguiendo la regla general de compañías 12+14+14 según vemos en el esquema de abajo que, aunque figure como de 1943, en realidad responde más a la organización habitual de 1942:
Imagen de: W.J.K. Davies, “Panzerjäger. German anti-tank Battalions of World war Two”, Almark Publishing Co.Ltd., London, 1979.
Un apunte importante. Al igual que hemos visto con el caso de la 14ª Compañía (antitanque) de los regimientos de las Divisiones de infantería, en el caso de las Divisiones Panzer además de los medios antitanque propios del Pz.Jg.Abt. había también otras armas antitanque distribuidas por la División. Concretamente los dos regimientos de Panzergranaderos tenían como autodefensa un Panzerjäger-Züge (pelotón antitanque) en las compañías pesadas de cada Batallón, las schwere Panzergrenadier-Kompanien, cada uno de dichos pelotones equipado con tres, o cuatro (menos habitual), cañones remolcados y que según el año de que se trate fueron Pak de 37 mm, Pak 38 o Pak 40. Con las modificaciones introducidas por Guderian en 1943, en teoría, estos pelotones fueron disueltos e incorporados al Pz.Jg.Abt., de forma que las unidades de infantería fueron en teoría privadas de defensa antitanque directa, más allá de la que les podían ofrecer sus armas antitanque portátiles (panzerfaust, etc) por aquel entonces ya en servicio, pero en la práctica la mayoría de los Panzergrenadier-Regimenter retuvieron sus cañones antitanque merced a las modificaciones experimentadas por los Pz.Jg.Abt. a lo largo de 1944 (48) .
Las primeras experiencias en 1940 y 1941 (en Francia y el Norte de África) con Pak montados sobre barcazas de tanques como el Panzer I, o sobre semiorugas, habían sido positivas, pese a las carencias de ambos en distintos aspectos. Dado el incremento del peso que suponían las nuevas piezas como el Pak 36(r), Pak 97/38(f) o posteriormente el Pak 40, su instalación en chasis de Panzer II o Panzer 38(t) disponibles en grandes cantidades se planteó como una solución razonable. Su capacidad todoterreno hacía de ellos plataformas muy móviles y proporcionaban a las tripulaciones una razonable protección contra armas ligeras y metralla de los proyectiles de artillería enemigos. Por tanto, a partir de mediados de 1942 fueron reconstruidos como Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) distintos tipos de barcazas y a partir de ahí se sucedieron una gran variedad de combinaciones de barcazas y Pak (los veremos con detalle más adelante) ya salidos como tal de las cadenas de montaje, aunque se deben incluir muchas conversiones de un carácter casi artesanal por parte de los talleres divisionarios en el frente.
El muy limitado número de Pak “autóctonos” disponibles (el Pak 40 no empezó a estar disponible hasta la primavera de 1942) hizo que las unidades tuvieran desde luego una variopinta uniformidad en su equipamiento.
Un apunte importante. Al igual que hemos visto con el caso de la 14ª Compañía (antitanque) de los regimientos de las Divisiones de infantería, en el caso de las Divisiones Panzer además de los medios antitanque propios del Pz.Jg.Abt. había también otras armas antitanque distribuidas por la División. Concretamente los dos regimientos de Panzergranaderos tenían como autodefensa un Panzerjäger-Züge (pelotón antitanque) en las compañías pesadas de cada Batallón, las schwere Panzergrenadier-Kompanien, cada uno de dichos pelotones equipado con tres, o cuatro (menos habitual), cañones remolcados y que según el año de que se trate fueron Pak de 37 mm, Pak 38 o Pak 40. Con las modificaciones introducidas por Guderian en 1943, en teoría, estos pelotones fueron disueltos e incorporados al Pz.Jg.Abt., de forma que las unidades de infantería fueron en teoría privadas de defensa antitanque directa, más allá de la que les podían ofrecer sus armas antitanque portátiles (panzerfaust, etc) por aquel entonces ya en servicio, pero en la práctica la mayoría de los Panzergrenadier-Regimenter retuvieron sus cañones antitanque merced a las modificaciones experimentadas por los Pz.Jg.Abt. a lo largo de 1944 (48) .
Las primeras experiencias en 1940 y 1941 (en Francia y el Norte de África) con Pak montados sobre barcazas de tanques como el Panzer I, o sobre semiorugas, habían sido positivas, pese a las carencias de ambos en distintos aspectos. Dado el incremento del peso que suponían las nuevas piezas como el Pak 36(r), Pak 97/38(f) o posteriormente el Pak 40, su instalación en chasis de Panzer II o Panzer 38(t) disponibles en grandes cantidades se planteó como una solución razonable. Su capacidad todoterreno hacía de ellos plataformas muy móviles y proporcionaban a las tripulaciones una razonable protección contra armas ligeras y metralla de los proyectiles de artillería enemigos. Por tanto, a partir de mediados de 1942 fueron reconstruidos como Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) distintos tipos de barcazas y a partir de ahí se sucedieron una gran variedad de combinaciones de barcazas y Pak (los veremos con detalle más adelante) ya salidos como tal de las cadenas de montaje, aunque se deben incluir muchas conversiones de un carácter casi artesanal por parte de los talleres divisionarios en el frente.
El muy limitado número de Pak “autóctonos” disponibles (el Pak 40 no empezó a estar disponible hasta la primavera de 1942) hizo que las unidades tuvieran desde luego una variopinta uniformidad en su equipamiento.
Imagen de elaboración propia, con dibujos de ww2drawings.
El diagrama anterior nos ayuda a apreciar la escala temporal en la que se desarrollaron los principales tipos de Pak auf Sfl. en servicio en el Heer, y su evolución desde el empleo del 4,7 cm Pak 36(t) hasta el Pak 40 pasando por el Pak 36(r).
Ya hemos comentado anteriormente algo tan conocido como fue el hecho de que la campaña del este, provocó graves pérdidas de medios y equipos antitanque en el Heer y puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de un reforzamiento de los mismos. Dichas pérdidas, junto a la sorpresa provocada por la alta movilidad de los tanques rusos, que hacía que pocos terrenos estuviesen realmente “prohibidos” para ellos (y como consecuencia el frente a defender frente a posibles penetraciones blindadas fuera mayor) así como la poca profundidad de las defensas alemanas como consecuencia del “estiramiento” del frente, fueron en su conjunto factores que obligaron a tomar medidas en la lucha antitanque de cara al año 1942, medidas que se podrían resumir en (49) :
• Refuerzo numérico de las unidades, fundamentalmente mediante dos vías:
- El uso de cañones antitanque capturados, modificados o no.
- Incremento de la producción de cañones antitanque, fundamentalmente del Pak 38.
• Un incremento adicional en el esfuerzo invertido en el desarrollo e investigación de nuevas armas antitanque; fundamentalmente centrado en:
- Creación de armas antitanques ligeras de cara al equipamiento de las compañías de infantería antitanque (Inf.Pz.Jg.Kp.)
- Desarrollo de Pak pesados en los calibres de 75 y 88 mm, con alcances efectivos superiores a los 1.000 metros, para el equipamiento de los Pz.Jg.Abt. de las Divisiones, Cuerpos de Ejército y Ejércitos.
- Desarrollo de Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) ante la falta de vehículos de remolque adecuados así como la insuficiente movilidad y protección frente al fuego enemigo de los tradicionales Pak remolcados.
- Desarrollo de cazatanques al estilo de los cañones de asalto, con superestructura totalmente blindada.
El año 1942 fue pues un año de transición en el que los Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) cumplieron un papel relevante, pero en el que quedó también claro que eran necesarios otros modelos, mejor protegidos, menos vulnerables al fuego enemigo; era necesaria asimismo una estructura y una organización revisada.
A comienzos de septiembre de 1942 el alto mando alemán se encontraba pues preparando dicha reorganización de los medios antitanque de cara al próximo invierno. Había quedado claro que la movilidad de los medios cazatanques debía de ser reforzada, así como su calidad tanto en términos de mejor armamento como de un mayor número de unidades. El objetivo a alcanzar en la primavera de 1943 era el de reequipar a todos los Pz.Jg.Abt. con cañones más pesados, de 75 o 76,2 mm, desechando definitivamente los calibres de 37 y 50 mm que quedarían relegados a las Compañías Panzerjäger de los regimientos de infantería (las 14ª Cías.) aunque reforzados estos últimos a su vez por un pelotón de Pak 36 o Pak 40 dentro de cada compañía.
Era una reorganización demasiado ambiciosa, que implicaba que el Heer debería recibir en los siguientes meses aproximadamente 11.000 nuevos Pak. Si tenemos en cuenta que en mayo de 1942 la dotación en servicio en el frente de Pak 36, 40 y 41 no llegaba a los 1.000 cañones y que la media de producción mensual de Pak 40 hasta septiembre de ese año era de unos cien cañones, nos daremos cuenta de lo vasto de tal tarea.
Esta prevista reorganización de las unidades antitanque quedó a su vez modificada por la estrepitosa derrota alemana en Stalingrado. Poco después de la misma, el 28 de febrero de 1943, Guderian fue nombrado inspector general de las tropas blindadas (Gen.Insp.Pz.Tr.), y durante la primavera de ese mismo año, intentó una reorganización casi completa de la estructura de las Divisiones Panzer hacia lo que se vino en llamar el diagrama “Stalingrado”, estructura en la que ya estaba trabajando en los mese previos a su nombramiento la sección de operaciones del Estado Mayor del ejército (Org.Abt./Gen.Stb.H). Entre las modificaciones que intentó, la más importante fue suplir la carencia mencionada de medios antitanque con la transferencia de los cañones de asalto (pertenecientes a la artillería) bajo su mando y como consecuencia la eliminación del clásico Pz.Jg.Abt. por su equivalente Batallón de carros de asalto (Sturmgeschütz-Abteilung).
Tal y como afirmaba Guderian ante Hitler en la conferencia de Vinitsa de 9 de Marzo de 1943:
“La defensa antitanque se convertirá más y más en la principal tarea de los cañones de asalto, dado que las otras armas antitanque tienen poco efecto en los nuevos tanques enemigos o están expuestas a grandes pérdidas, (…) por lo tanto, todas las Divisones en los frentes principales, necesitan un suministro asegurado de esta arma, mientras las de los frentes secundarios proporcionarán reservas de cañones de asalto al alto mando y en un principio se equiparan con Pak autopropulsados. (…) Los nuevos cañones de asalto pesados deberían de ser usados sólo en los frentes principales y para determinadas tareas. Son, antes que nada, destructores de tanques."(50)
Después del fracaso (en conseguir los cañones de asalto) de Guderian en Vinitsa, sólo cuatro Divisiones Panzer quedaron con este previsto Sturmgeschütz-Abteilung (las 14ª, 16ª, 24ª PD y la Hermann Göring, dado que cuando se estaban reorganizando no tenían Batallón cazatanques adscrito) mientras el resto mantuvo su anterior Panzerjäger Abteilung. Como compensación, a Guderian le fue concedido que, desde mayo de ese mismo año en adelante, 100 Sturmgeschütz III Ausf. G le fueran asignados cada mes, que se repartieron por las Divisiones Panzer y, entre otros, a los Pz.Jg.Abt. a razón de una compañía de diez cañones de asalto por cada batallón.
El uso de Pak remolcados a la manera tradicional se revelaba cada vez como más y más costoso, debido tanto al cada vez mayor peso de las piezas y la falta de vehículos de remolque apropiados, como por la alta volatilidad del frente ruso en aquellas fechas, que hacía que cada retirada supusiese casi con seguridad la pérdida definitiva de los cañones. Tal y como recoge Jentz en su Panzer Tracts nº 7-3 (51), el Oberst Hans Oskar Wöhlermann en una reunión celebrada con la compañía Krupp en abril de 1944, de cara a desarrollar el proyecto del Waffentraeger, describía así las dificultades experimentadas con los Pak remolcados:
“La dificultad de mover los cañones antitanques pesados (especialmente los 4.500 kg. del Pak 43/41 y los 1.600 del Pak 40) conduce en numerosos casos a su pérdida, de lo cual las tropas están continuamente quejándose. Como un ejemplo, setenta Pak 43/41 recientemente emplazados en el Este fueron destruidos para prevenir su captura, sin haber llegado a disparar un solo tiro, como consecuencia de que no había vehículos de remolque disponibles. Esto llevó a Hitler a demandar que, en todos los casos, los Pak pesados fueran autopropulsados”.
O las coincidentes notas del profesor Dr. Mueller de la compañía Krupp acerca de lo comentado en una reunión celebrada para discutir la creación de nuevos Pak, en enero de 1944:
“Las tropas están en contra de todos los cañones antitanque que sean más pesados de 1.400 kg como consecuencia de que son poco maniobrables para mover a mano por las tripulaciones. Un gran número de Pak 40 han sido perdidos en el frente del este cuando cambiaban de posición debido a su gran peso.”
Pese a todo y como solución provisional de cara a mantener la eficacia de las unidades antitanque tan alta como fuese posible, hasta la entrada en producción en masa del nuevo Jagdpanzer IV (7,5cm Pak 39 (L/48)) (Sd.Kfz.162), a Guderian no le quedó más remedio que reforzarlas a base de Pak de 7,5/7,62 cm. remolcados o autopropulsados. Cuando a principios de 1944 comenzó a salir de las cadenas de montaje el Jagdpanzer IV, el bueno y paciente de Guderian volvió a intentar una reorganización de los Pz.Jg.Abt., que ordenó en torno a dos compañías (Jagdpanzerkompanie) de diez Jg.Pz.IV (1+3+3+3) (en su versión más optimista pocas veces alcanzada tenía 14 Jg.Pz.IV por Compañía, tal y como recojo en la tabla de más abajo) y otra motorizada de doce Pak (habitualmente Pak 40) remolcados (imagen siguiente), todo ello entendiéndolo siempre como norma general dadas las numerosas excepciones a esta regla.
El diagrama anterior nos ayuda a apreciar la escala temporal en la que se desarrollaron los principales tipos de Pak auf Sfl. en servicio en el Heer, y su evolución desde el empleo del 4,7 cm Pak 36(t) hasta el Pak 40 pasando por el Pak 36(r).
Ya hemos comentado anteriormente algo tan conocido como fue el hecho de que la campaña del este, provocó graves pérdidas de medios y equipos antitanque en el Heer y puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de un reforzamiento de los mismos. Dichas pérdidas, junto a la sorpresa provocada por la alta movilidad de los tanques rusos, que hacía que pocos terrenos estuviesen realmente “prohibidos” para ellos (y como consecuencia el frente a defender frente a posibles penetraciones blindadas fuera mayor) así como la poca profundidad de las defensas alemanas como consecuencia del “estiramiento” del frente, fueron en su conjunto factores que obligaron a tomar medidas en la lucha antitanque de cara al año 1942, medidas que se podrían resumir en (49) :
• Refuerzo numérico de las unidades, fundamentalmente mediante dos vías:
- El uso de cañones antitanque capturados, modificados o no.
- Incremento de la producción de cañones antitanque, fundamentalmente del Pak 38.
• Un incremento adicional en el esfuerzo invertido en el desarrollo e investigación de nuevas armas antitanque; fundamentalmente centrado en:
- Creación de armas antitanques ligeras de cara al equipamiento de las compañías de infantería antitanque (Inf.Pz.Jg.Kp.)
- Desarrollo de Pak pesados en los calibres de 75 y 88 mm, con alcances efectivos superiores a los 1.000 metros, para el equipamiento de los Pz.Jg.Abt. de las Divisiones, Cuerpos de Ejército y Ejércitos.
- Desarrollo de Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) ante la falta de vehículos de remolque adecuados así como la insuficiente movilidad y protección frente al fuego enemigo de los tradicionales Pak remolcados.
- Desarrollo de cazatanques al estilo de los cañones de asalto, con superestructura totalmente blindada.
El año 1942 fue pues un año de transición en el que los Pak autopropulsados (Pak auf Sfl.) cumplieron un papel relevante, pero en el que quedó también claro que eran necesarios otros modelos, mejor protegidos, menos vulnerables al fuego enemigo; era necesaria asimismo una estructura y una organización revisada.
A comienzos de septiembre de 1942 el alto mando alemán se encontraba pues preparando dicha reorganización de los medios antitanque de cara al próximo invierno. Había quedado claro que la movilidad de los medios cazatanques debía de ser reforzada, así como su calidad tanto en términos de mejor armamento como de un mayor número de unidades. El objetivo a alcanzar en la primavera de 1943 era el de reequipar a todos los Pz.Jg.Abt. con cañones más pesados, de 75 o 76,2 mm, desechando definitivamente los calibres de 37 y 50 mm que quedarían relegados a las Compañías Panzerjäger de los regimientos de infantería (las 14ª Cías.) aunque reforzados estos últimos a su vez por un pelotón de Pak 36 o Pak 40 dentro de cada compañía.
Era una reorganización demasiado ambiciosa, que implicaba que el Heer debería recibir en los siguientes meses aproximadamente 11.000 nuevos Pak. Si tenemos en cuenta que en mayo de 1942 la dotación en servicio en el frente de Pak 36, 40 y 41 no llegaba a los 1.000 cañones y que la media de producción mensual de Pak 40 hasta septiembre de ese año era de unos cien cañones, nos daremos cuenta de lo vasto de tal tarea.
Esta prevista reorganización de las unidades antitanque quedó a su vez modificada por la estrepitosa derrota alemana en Stalingrado. Poco después de la misma, el 28 de febrero de 1943, Guderian fue nombrado inspector general de las tropas blindadas (Gen.Insp.Pz.Tr.), y durante la primavera de ese mismo año, intentó una reorganización casi completa de la estructura de las Divisiones Panzer hacia lo que se vino en llamar el diagrama “Stalingrado”, estructura en la que ya estaba trabajando en los mese previos a su nombramiento la sección de operaciones del Estado Mayor del ejército (Org.Abt./Gen.Stb.H). Entre las modificaciones que intentó, la más importante fue suplir la carencia mencionada de medios antitanque con la transferencia de los cañones de asalto (pertenecientes a la artillería) bajo su mando y como consecuencia la eliminación del clásico Pz.Jg.Abt. por su equivalente Batallón de carros de asalto (Sturmgeschütz-Abteilung).
Tal y como afirmaba Guderian ante Hitler en la conferencia de Vinitsa de 9 de Marzo de 1943:
“La defensa antitanque se convertirá más y más en la principal tarea de los cañones de asalto, dado que las otras armas antitanque tienen poco efecto en los nuevos tanques enemigos o están expuestas a grandes pérdidas, (…) por lo tanto, todas las Divisones en los frentes principales, necesitan un suministro asegurado de esta arma, mientras las de los frentes secundarios proporcionarán reservas de cañones de asalto al alto mando y en un principio se equiparan con Pak autopropulsados. (…) Los nuevos cañones de asalto pesados deberían de ser usados sólo en los frentes principales y para determinadas tareas. Son, antes que nada, destructores de tanques."(50)
Después del fracaso (en conseguir los cañones de asalto) de Guderian en Vinitsa, sólo cuatro Divisiones Panzer quedaron con este previsto Sturmgeschütz-Abteilung (las 14ª, 16ª, 24ª PD y la Hermann Göring, dado que cuando se estaban reorganizando no tenían Batallón cazatanques adscrito) mientras el resto mantuvo su anterior Panzerjäger Abteilung. Como compensación, a Guderian le fue concedido que, desde mayo de ese mismo año en adelante, 100 Sturmgeschütz III Ausf. G le fueran asignados cada mes, que se repartieron por las Divisiones Panzer y, entre otros, a los Pz.Jg.Abt. a razón de una compañía de diez cañones de asalto por cada batallón.
El uso de Pak remolcados a la manera tradicional se revelaba cada vez como más y más costoso, debido tanto al cada vez mayor peso de las piezas y la falta de vehículos de remolque apropiados, como por la alta volatilidad del frente ruso en aquellas fechas, que hacía que cada retirada supusiese casi con seguridad la pérdida definitiva de los cañones. Tal y como recoge Jentz en su Panzer Tracts nº 7-3 (51), el Oberst Hans Oskar Wöhlermann en una reunión celebrada con la compañía Krupp en abril de 1944, de cara a desarrollar el proyecto del Waffentraeger, describía así las dificultades experimentadas con los Pak remolcados:
“La dificultad de mover los cañones antitanques pesados (especialmente los 4.500 kg. del Pak 43/41 y los 1.600 del Pak 40) conduce en numerosos casos a su pérdida, de lo cual las tropas están continuamente quejándose. Como un ejemplo, setenta Pak 43/41 recientemente emplazados en el Este fueron destruidos para prevenir su captura, sin haber llegado a disparar un solo tiro, como consecuencia de que no había vehículos de remolque disponibles. Esto llevó a Hitler a demandar que, en todos los casos, los Pak pesados fueran autopropulsados”.
O las coincidentes notas del profesor Dr. Mueller de la compañía Krupp acerca de lo comentado en una reunión celebrada para discutir la creación de nuevos Pak, en enero de 1944:
“Las tropas están en contra de todos los cañones antitanque que sean más pesados de 1.400 kg como consecuencia de que son poco maniobrables para mover a mano por las tripulaciones. Un gran número de Pak 40 han sido perdidos en el frente del este cuando cambiaban de posición debido a su gran peso.”
Pese a todo y como solución provisional de cara a mantener la eficacia de las unidades antitanque tan alta como fuese posible, hasta la entrada en producción en masa del nuevo Jagdpanzer IV (7,5cm Pak 39 (L/48)) (Sd.Kfz.162), a Guderian no le quedó más remedio que reforzarlas a base de Pak de 7,5/7,62 cm. remolcados o autopropulsados. Cuando a principios de 1944 comenzó a salir de las cadenas de montaje el Jagdpanzer IV, el bueno y paciente de Guderian volvió a intentar una reorganización de los Pz.Jg.Abt., que ordenó en torno a dos compañías (Jagdpanzerkompanie) de diez Jg.Pz.IV (1+3+3+3) (en su versión más optimista pocas veces alcanzada tenía 14 Jg.Pz.IV por Compañía, tal y como recojo en la tabla de más abajo) y otra motorizada de doce Pak (habitualmente Pak 40) remolcados (imagen siguiente), todo ello entendiéndolo siempre como norma general dadas las numerosas excepciones a esta regla.
Imagen de: W.J.K. Davies, “Panzerjäger. German anti-tank Battalions of World war Two”, Almark Publishing Co.Ltd., London, 1979.
Desde la segunda mitad de 1944 algunas de las compañías fueron equipadas con Pz. IV/70, StuG o Jg.Pz.38 pero con una organización similar a la descrita por lo que no merece comentario aparte, sencillamente tenerlo en cuenta al ver una tabla o un diagrama en el cual un Jagdpanzer debe considerarse como intercambiable por cualquiera de los mencionados.
Pongo una tabla a continuación con las posibles estructuras que nos podemos encontrar en un Pz.Jg.Abt. en el año 1944 (52).
Un pequeño galimatías:
También y al igual que hemos visto en el caso de la Inf.Pz.Jg.Kp. las armas antitanque de infantería como el Panzerschreck llegaron a los Pz.Jg.Abt. . En octubre de 1943 se estableció un nuevo tipo de organización para batallones antitanque dotados exclusivamente con estas armas, con tres compañías de tres pelotones y 18 Panzerschreck por pelotón (igual por tanto al pelotón de este tipo que vimos en la Inf.Pz.Jg.Kp.) para un total de 162 Panzerschreck por Pz.Jg.Abt.. A 1 de febrero de 1944 se habían creado un total de nueve Pz.Jg.Abt. con esta estructura además de cinco compañías independientes (53) . Dichas unidades sirvieron en el frente del este, adscritas a nivel de los distintos Grupos de ejército, como reservas antitanque a disposición del alto mando para reforzar puntos del frente especialmente amenazados.
Por último debemos de mencionar la creación a comienzos de 1945 de la denominada Panzerjäger-Kompanie (SPW), unidad formada por tres pelotones, de tres semiorugas Sd.Kfz. 251/22 cada uno, equipados con un Pak 40. Prácticamente una vuelta a 1942 y a los Pak autopropulsados de primera generación.
Desde la segunda mitad de 1944 algunas de las compañías fueron equipadas con Pz. IV/70, StuG o Jg.Pz.38 pero con una organización similar a la descrita por lo que no merece comentario aparte, sencillamente tenerlo en cuenta al ver una tabla o un diagrama en el cual un Jagdpanzer debe considerarse como intercambiable por cualquiera de los mencionados.
Pongo una tabla a continuación con las posibles estructuras que nos podemos encontrar en un Pz.Jg.Abt. en el año 1944 (52).
Un pequeño galimatías:
También y al igual que hemos visto en el caso de la Inf.Pz.Jg.Kp. las armas antitanque de infantería como el Panzerschreck llegaron a los Pz.Jg.Abt. . En octubre de 1943 se estableció un nuevo tipo de organización para batallones antitanque dotados exclusivamente con estas armas, con tres compañías de tres pelotones y 18 Panzerschreck por pelotón (igual por tanto al pelotón de este tipo que vimos en la Inf.Pz.Jg.Kp.) para un total de 162 Panzerschreck por Pz.Jg.Abt.. A 1 de febrero de 1944 se habían creado un total de nueve Pz.Jg.Abt. con esta estructura además de cinco compañías independientes (53) . Dichas unidades sirvieron en el frente del este, adscritas a nivel de los distintos Grupos de ejército, como reservas antitanque a disposición del alto mando para reforzar puntos del frente especialmente amenazados.
Por último debemos de mencionar la creación a comienzos de 1945 de la denominada Panzerjäger-Kompanie (SPW), unidad formada por tres pelotones, de tres semiorugas Sd.Kfz. 251/22 cada uno, equipados con un Pak 40. Prácticamente una vuelta a 1942 y a los Pak autopropulsados de primera generación.
13 Los Batallones Cazatanques Pesados, los Schwere Panzerjäger Abteilung
Los Ejércitos y Cuerpos de Ejército tuvieron adscritos estos batallones independientes basados fundamentalmente en el Pak 43 de 88 mm y sus variantes autopropulsadas, como fueron el Hornisse/Nashorn, y posteriormente los Panzer IV/70 o Pak remolcados. Su organización fue similar a la que ya hemos visto pero, en general, más homogénea en su equipamiento y con un mayor número de vehículos por batallón. Tenían las tres clásicas compañías de 14 vehículos cada una, a los que se añadían otros tres en la compañía de plana mayor, para un total de 45 vehículos.
A comienzos de 1944 el Heer tenía un total de 22 s.Pz.Jg.Abt. de los cuales ocho estaban equipados con Pak motorizados y el resto (54) con autopropulsados, Elefant, Jagdpanther, Panzer IV/70 o, más adelante, el Jagdtiger.
14 El Punto de Partida
Foto de: “Kraftfahrzeuge und Panzer der Reichwehr, Wehrmacht und Bundeswehr” de Werner Oswald. Motorbuch Verlag Stuttgart.
En la foto superior vemos un tractor de
artillería Krupp/Daimler KD I, convertido en un Sd.Kfz.1 mediante el
montaje de un cañón Krupp de 7,7 cm. L/27 (en origen un
ballonadwehrkanone (BAK)). Aunque en origen el 7,7 cm B.a.K. auf
Kraftwagen tuvo un uso fundamentalmente antiaéreo, posteriormente se
podría considerar como el primer cañón antitanque autopropulsado de
posguerra (que no el primer cañón autopropulsado) en servicio en
Alemania. Su carrera fue longeva, desde 1918 hasta 1935 aunque se pueden
encontrar también otras combinaciones de cañones/vehículos como el Bak
Rheinmetall de 77 mm o el 7,62 cm Ortfeste Flak L/30 (ex Putilov)
montados sobre tractores Ehrhardt . Durante la primera Guerra mundial y
ante la falta de un proyectil perforante específico para esta pieza se
sustituyó la espoleta normal del proyectil por una cofia de acero.
Asimismo se diseñó en su lugar una espoleta interna que hiciese detonar
la reducida carga explosiva después de penetrar el blindaje del carro.
El punto de partida del desarrollo de los vehículos cazacarros, fue el de la elección del arma principal, elTankabwehrgeschuetz (Tak) o cañón contracarro, destinada a equiparlos en los años venideros. Tal elección recayó en aquel momento en el 3,7 cm Rohr L/45 de la Rheinmetall (del cual hablaremos en otro momento) en detrimento de calibres mayores.
El General von Blomberg, responsable del Truppenamt en aquel momento, firmaba el informe emitido acerca de esta cuestión en mayo de 1929 justificando, como sigue, la elección del tipo de cañón y su calibre (55) :
“b.- la capacidad de penetración del 3,7 cm Tak es completamente adecuada para derrotar al blindaje de los tanques conocidos, ligeros y medios
c. – el pequeño calibre mejora la movilidad del arma, la deseada baja altura de disparo, y el potencial de disponer de suficientes municiones y
d. - costo de adquisición más bajo. “
Como argumentos principales que condicionaban su elección, y en el mismo informe, se mencionan entre otros lo poco adecuado del Tak para su uso en otros tipos de combate (además del propio como antitanque) y como, de elegirse un calibre mayor, el mismo permitiría adelantarse a una mas que previsible mejora del blindaje en los tanques más modernos de otras naciones. En ambas cuestiones el informe fue clarividente una vez vista la evolución experimentada por el blindaje durante los años del conflicto. Pero no podemos olvidar que la fecha del informe es de 1929 y como sin embargo, dada la posterior evolución y desarrollo de los vehículos blindados ligeros y medianos durante los próximos años, por parte de las principales potencias occidentales, el calibre de 37 mm se demostró un rival más que capaz durante toda la década de los treinta para los principales blindados desarrollados en la siguiente década por estas.
La siguiente cuestión trascendental fue la de determinar como iba a ser el transporte de las armas antitanques por el campo de batalla, su motorización. Fuese esta cual fuese lo que sí estaba claro para el jefe del Heereswaffenamts (4/7/1927) era que:
“…These should be full-tracked or wheel-cum-track, self-propelled guns with the lowest possible height and highest possible speed. They must take advantage of the tactical weakness of a tank attack by mobile fighting…”
Como ya hemos visto estos días, la “agilidad” se configuraba como concepto fundamental de la lucha antitanque; “pequeño tamaño, velocidad, combate móvil”…, todos ellos eran elementos que conducían a lograrla. También, podemos ver que la potencia de fuego aún no era un factor determinante en aquella época; la carrera cañón/blindaje todavía estaba en sus comienzos y el blindaje que equipaba a los modelos de aquella época aun era muy ligero. La doctrina blindada alemana puso el acento a lo largo de la siguiente década en la movilidad de los blindados a costa en parte de su protección, y el desarrollo de sus medios de lucha antitanque fue fiel a la misma.
Ya del extracto anterior quedaba claro que no había por tanto lugar ya a los tradicionales tiros de caballos para el traslado de los cañones antitanque, pero quedaba remarcado en el siguiente párrafo del mismo informe:
“In my opinion, a horse-drawn 3.7 cm Tak will not be a usable weapon for the infantry. In time of crises either the guns won’t be where they are needed or they will be available in such small number that they won’t be effective against a modern tank attack”
Por lo tanto si como ya hemos visto, el cañón antitanque elegido fue el 3,7 cm. Rohr L/45, había ahora que determinar el vehículo, el vector que lo trasladase por y hasta el campo de batalla. Dadas las difíciles condiciones económicas de la época los primeros intentos se hicieron sobre vehículos civiles comerciales que cumplieran los requisitos mínimos requeridos de movilidad todo terreno, como los bulldozers. Los mismos habían de ser probados tanto como soportes de las armas como transportes de la munición necesaria para las mismas, y no sólo por el Reichwehr.
Foto de: Ian V. Hogg ”Anti-Aircraft Artillery”, The Croswood Press, 2002.
Un cañón de 3.6 pulgadas británico, probado en 1918/19 sobre un tractor de orugas.
Un cañón de 3.6 pulgadas británico, probado en 1918/19 sobre un tractor de orugas.
Foto: //mailer.fsu.edu/~akirk/tanks/UnitedStates/selfpropelledguns/selfpropelledguns.html
Arriba vemos en 1930 un howitzer de 75mm sobre un tractor de Cunningham & Sons en Estados Unidos.
Arriba vemos en 1930 un howitzer de 75mm sobre un tractor de Cunningham & Sons en Estados Unidos.
Los requerimientos mínimos fueron fijados ya en octubre de 1926 por la oficina inspectora de armas y herramientas (Inspektion fuer Waffen und Geraet Abt.4). Esta, en su solicitud a la compañía Krupp de un vehículo adecuado para el montaje de un cañón de montaña de 75 mm, fijaba las siguientes características:
“The cross country speed and climbing ability hill be based on the type of commercially available chassis that is selected. The goal is 12 km/hr cross country. The radiator is to be protected by 10 mm thick armor. A hitch is needed for a dual-axle trailer.”
Imagen de: Walter J.Spielberger, “Die Motorisierung der deutschen Reichswehr: 1920-1935”
Arriba, vemos un tractor LHW-Stumpf Raupenschlepper con un Tak 37 mm L/65, una pieza pocas veces vista.
Arriba, vemos un tractor LHW-Stumpf Raupenschlepper con un Tak 37 mm L/65, una pieza pocas veces vista.
A este tipo de cañón antitanque autopropulsado sobre chasis comerciales se le conoció con el nombre de “Tankabwehrzwischenloesung”. Después de varias pruebas y prototipos los resultados fueron bastante mediocres por lo que a finales de 1927 Krupp reorientó sus intentos hacia un diseño de cañón autopropulsado basado en un chasis sobre orugas de nuevo desarrollo. Pero mientras tanto no sólo la Krupp, también su rival la compañía Rheinmetall, había iniciado en 1927 las pruebas para el montaje de sendos cañones de 37 y 77 mm sobre chasis comerciales de tractores Hanomag.
Foto de: Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”
Un Tak de 37 mm L/45 sobre un tractor Hanomag WD Schlepper 25 PS.
Un Tak de 37 mm L/45 sobre un tractor Hanomag WD Schlepper 25 PS.
Al igual que había sucedido con las pruebas realizadas por la Krupp, estos vehículos no alcanzaron los requerimientos básicos establecidos. El 2 de septiembre de 1929, von Blomberg informaba acerca de las pruebas realizadas para un Tankabwehrzwischenloesung sobre un tractor LHW-Stumpf Raupenschlepper 50 PS (a veces lo veréis incorrectamente nombrado como LHB, dado que aunque posteriormente fue el acrónimo de la compañía, no era así en aquel momento) de la compañía Linke-Hofmann-Busch-Werke AG (FAMO):
“From this report it appears questionable if this Schlepper is suitable for mounting a 3,7 cm Tak. It appears to be very tall, and its width presents a large target. Also its cross-country mobility is insufficient. Therefore it is questionable if this design should be accepted into the army. The search for a usable Tankabwehrzwischenloesung appears to be urgent.”
Alto, ancho y de insuficiente movilidad son características del vehículo destacadas en el párrafo anterior de Blomberg y que consideradas en conjunto hacían “cuestionable” la eficacia del diseño.
A los pocos meses, pero ya al año siguiente, el 28 de enero de 1930, se realizó una demostración en Kummersdorf con tractores, de distintas compañías, equipados con Tak (remolcados o con cañón en pedestal sobre el propio tractor) que confirmó las pobres características destacadas previamente en el informe de von Blomberg, cuyo extracto acabamos de ver.
Imagen de: Walter J.Spielberger, “Die Motorisierung der deutschen Reichswehr: 1920-1935”
Un tractor LHW remolcando lo que parece un 7,5 cm leFh 18 L/26.
Un tractor LHW remolcando lo que parece un 7,5 cm leFh 18 L/26.
Por tanto quedaba claro ya a partir de aquel momento que el diseño de un cazacarros autopropulsado eficaz, un verdadero Tankzerstoerer,
requeriría de la creación de un vehículo desarrollado ex profeso,
específicamente diseñado para cumplir los requerimientos que se
consideraban imprescindibles para un vehículo de combate destinado
principalmente a la lucha antitanque. En consecuencia, las pruebas sobre
chasis de vehículos comerciales se interrumpieron y los esfuerzos se
centraron a partir de entonces en el desarrollo de chasis específicos,
desarrollos que en realidad habían comenzado ya un par de años atrás y
que veremos a continuación.
15 El Desarrollo de un Chasis Específico
Composición propia con dibujos de ww2drawings y “Die Motorisierung der deutschen Reichswehr: 1920-1935” de Walter J.Spielberger.
Los primeros pasos que llevaron a desarrollar un Panzerjäger comenzaron muy temprano, como veremos a continuación, con el LSK, al cual siguieron un lustro después unos modelos muy prometedores aprovechando variantes intermedias, pero específicas, de Zugkraftwagen de tal forma que dieron lugar a un tipo de cazatanques singular pero que no llevó a posteriores desarrollos.
Los desarrollos de nuevos modelos se interrumpieron con ellos (y no se retomaron hasta bien entrado el conflicto) y dieron paso a una serie de cazatanques derivados de los conocidos como “Bunker Buster”; modelos de cañones autopropulsados desarrollados para proporcionar apoyo directo a las tropas contra fortificaciones, fundamentalmente pensados para el ataque a la línea Maginot francesa. Al ser innecesaria su intervención en ese sentido, se pensó en aprovechar sus cañones de gran calibre y alta velocidad para equipar distintas unidades de Panzerjäger que intervinieron, en algún caso, ya desde Polonia. Se suele incluir a estos vehículos dentro de los cazatanques en cualquier obra de esta temática, aunque en puridad no fueron creados como cazatanques y la suya fue más bien una carrera de fortuna.
Vamos a ver ahora estos modelos con mayor detalle.
El leichte Selbstfahrkanone (L.S.K.)
Imagen de: Walter J.Spielberger, “Die Motorisierung der deutschen Reichswehr: 1920-1935” Stuttgart 1979, Motorbuch
De lo expuesto anteriormente habíamos visto como se llegaba a la necesidad de desarrollo de un chasis creado ex profeso que reuniera los requisitos mínimos de movilidad junto con unas dimensiones que le permitieran aunar la estabilidad de una plataforma de tiro con la furtividad de un vehículo de pequeño tamaño y fácil por tanto de camuflar usando el terreno como principal defensa del mismo.
De nuevo y en primer lugar nos fijaremos en la compañía Krupp la cual, ya desde enero de 1927, había comenzado sus trabajos de cara al desarrollo de un chasis sobre orugas específicamente diseñado para el montaje sobre el mismo de un cañón de 7,5 o 3,7 cm. Se conoció inicialmente como Motorlafette aunque su nombre fue pronto modificado al de leichte Selbstfahrkanone (L.S.K.) (cañón ligero autopropulsado).
Después de distintas reuniones con el Wa Prw 4 para fijar características así como de distintos diseños sobre el papel, la Krupp ensambló en madera un modelo a escala (con cañón de 7,5 cm) que fue mostrado al Waffenamt el 29 de junio de 1928.
El L.S.K. era un vehículo de perfil bajo (1,58 de alto por 2,28 metros de ancho), pensado para cuatro tripulantes (comandante, conductor, artillero y cargador) con el cañón en una posición central y ligeramente escorada a la izquierda. El vehículo estaba pensado tanto para portar un cañón de 75 mm, de apoyo a la infantería, como un Tak de 37 mm. Ya en su diseño se suscitó el debate entre la ubicación delantera o trasera del motor y por tanto del armamento. Finalmente se decidió dejar el motor en la parte trasera del vehículo tanto para conseguir una mejor distribución del peso como por aumentar el espacio para la tripulación y una mayor estiba de munición así como para aumentar el arco de tiro del cañón.
El chasis estaba formado por planchas de acero soldadas entre si de 4, 6 y 14 mm de grosor, reforzado mediante una pared transversal y con distintas portezuelas de acceso a la suspensión y a otros elementos. El motor, transmisión, radiador y depósito de combustible iban montados transversalmente en el chasis en un compartimento cerrado, con grandes parrillas de entrada de aire para el radiador en la parte trasera y dos grandes paneles de salida del mismo en el techo del compartimento del motor.
Las orugas eran de caucho con dos alambres internos de acero a los que se sujetaban los eslabones insertados a su vez en la banda de caucho. El tren de rodaje estaba formado por catorce ruedas dobles, con tres rodillos de retorno, y presentaba la peculiaridad de tener tanto la rueda tractora como la tensora en brazos pivotantes, con una longitud de contacto de la oruga con el terreno de 2,6 metros para una longitud total del vehículo de 4,2 metros.
El chasis tenía un peso de 5,3 ton a las que sumar el peso del cañón, munición y tripulación para un total aproximado de casi 8 toneladas, movidas por un motor de seis cilindros Maybach O.S.5 de 100 CV que le permitían ascender pendientes de hasta el 33 % y alcanzar velocidades de 40 km/h.
Son especialmente interesantes los siguientes extractos de la descripción del vehículo a los miembros del Waffenamt por parte del representante de la compañía Krupp:
“El arma de 7,5 cm, que ven delante de ustedes como un modelo de madera, es algo nuevo para la artillería del Ejército alemán, en el sentido de que no es remolcada por animales de tiro o por su tripulación. En lugar de eso se envía contra el enemigo mediante poder motorizado. Tiene capacidad tanto de fuego indirecto desde posiciones ocultas, como de fuego directo a cortas distancias de combate, con el fin de explotar rápidamente una penetración en posiciones enemigas y golpear rápida y efectivamente blancos terrestres en movimiento.
(…)
Es discutible si el arma puede ser disparada con acierto en movimiento y si el balanceo normal de un vehículo en marcha no reducirá la precisión hasta el punto de que cada disparo sea simplemente un gasto de munición. Sugiero que en terrenos nivelados, buenas carreteras, campos recién arados o de rastrojo firme, un experimentado artillero puede golpear objetivos mientras todavía esté en movimiento.
(…)
El vehículo resultante está destinado a dos diferentes armas, un cañón de infantería (infanteriegeschuetz) con las capacidades del leichte Feldkanone y un Tak (cañón antitanque) de 3,7 cm con las capacidades de los Tak remolcados. El menor peso del 3,7 cm permite un mayor blindaje, con un escudo frontal de 10 mm de grosor y escudos laterales de 8 mm, de proa a popa.”(57)
El mismo vehículo, pero sin el montaje del cañón, estaba previsto que sirviera como transporte de munición para los anteriores, por lo que también los dotados de cañón disponían de un sistema que les permitía desprender fácilmente el pedestal del mismo en caso de daños en combate del cañón y continuar por tanto como vehículo municionador.
En el año fiscal 1929-30 la compañía Krupp declaró la fabricación y suministro al ejército de dos L.S.K. de los cuales al menos uno se llevó al campo de pruebas de Kummersdorf adonde llegó el 21 de agosto de 1930. Muy pronto quedó demostrado el fracaso del diseño de la nueva suspensión, hasta el punto de que tan sólo después de 84 Km. de rodaje de pruebas el L.S.K. fue devuelto a la compañía Krupp para la instalación de una nueva suspensión.
Después del diseño e instalación en fábrica de una nueva suspensión consistente en seis ruedas independientes con muelles horizontales (ver el vehículo de la lámina de debajo), el nuevo L.S.K. regresó a Kummersdorf en noviembre de 1931 con un aspecto notablemente cambiado. Las orugas eran ahora de eslabones de acero (86 eslabones) y el peso del vehículo ascendía hasta casi las nueve toneladas (8,91 Ton). Permaneció allí en pruebas hasta 1933, aunque nunca se llegó a fabricar en serie.
En la composición de arriba vemos un LSK con la nueva suspensión instalada a finales de 1931 ante la comprobada fragilidad de la original. Como no hay fotos del vehículo con cañón instalado, me he permitido la licencia de hacer un chapucero montaje fotográfico con un Pak de 37 mm situado en la posición teórica que llevaría el cañón sobre el vehículo, a fin de hacernos una idea del aspecto que tendría el primer vehículo cazatanques alemán diseñado como tal.
Vemos ahora un L.S.K. de 1927 y un Wafentraeger de 1944. Casi veinte años separan el inicio del desarrollo de ambos vehículos de la Krupp, pero el concepto es el mismo.
16 La Era de los Semiorugas Panzerjäger
Los vehículos que vamos a ver a continuación representaron el inicio de una muy interesante rama evolutiva sin salida final en el árbol de los Panzerjäger, y el último intento antes del estallido de la guerra de desarrollar un vehículo cazatanques empezando desde el chasis. No volveremos a ver estos intentos reproducidos de nuevo hasta 1944. Formó parte del ya mencionado intento de crear vehículos antitanque más rápidos que los tanques, pero con similar capacidad todoterreno, ligeramente protegidos y baratos de producir, vehículos que cumplieran en definitiva con los requerimientos de alta velocidad, maniobrabilidad y pequeño tamaño.
Parece ser, a falta de otros datos, que se abandonó su desarrollo ante lo complejo de su producción y en consecuencia su elevado precio final por vehículo, que hacía que no se cumpliese uno de sus principales requerimientos, el de la producción en masa más sencilla y barata que la de los tanques a los que habían de combatir.
El 3,7 cm L/70 Kanone auf Selbstfahrlafette
Este vehículo cazatanques, del que sólo se fabricó un prototipo en 1936, fue producto de la unión de un chasis de la Hansa Lloyd, un motor Borgward y una nueva pieza de la Rheinmetall-Borsig, el Tak de 37 mm L/70.
El chasis (del cual ya hemos hablado en el artículo de los Zugkraftwagen), fue un desarrollo intermedio del que se convertiría finalmente en el Zgkw. 3t (Sd.Kfz.11) denominado HL.kl.3 (H), el cual, a diferencia de los otros de esta serie, estaba equipado con un motor trasero. Además de la diferente configuración del motor el vehículo también tenía una rueda más a cada lado que el equivalente HL.kl.3 de motor delantero como diferencia más evidente entre ambos.
Foto de: “Halftracked Vehicles of the German Army” de Walter J. Spielberger. Schiffer Military History
El vehículo presentaba la clásica protección que vimos posteriormente en los semiorugas blindados (SPW) y en los Panzerspaehwagen por todos conocidos, formada a base de planchas de blindaje muy inclinadas pero, a diferencia de los anteriores, en este caso con un morro corto y muy achatado fruto de su motor trasero. La torreta iba sobre pedestal y el armamento principal estaba formado por un PaK de 3,7 cm L/70 con freno de boca, que disparaba un proyectil de 0,710 Kg a una velocidad inicial de 900 m/s. Se completaba este con dos ametralladoras MG-39, una en el casco y la otra en anillo sobre la torreta. El motor que lo equipaba era un Borgward de 70 caballos a 2.600 rpm con una transmisión manual de cuatro velocidades, que le permitían alcanzar una destacada velocidad máxima en carretera de 50 km/hora.
El 7,5 cm L/40,8 Pak auf Selbstfahrlafette (Modell 1 y Modell 2).
Composición propia con fotos extraídas de “Halftracked Vehicles of the German Army” de Walter J. Spielberger.
Arriba vemos una lámina en donde podemos apreciar los dos siguientes modelos de Panzerjäger desarrollados en Alemania sobre chasis de semiorugas, en este caso sobre desarrollos intermedios (pero de motor trasero) de la compañía Büssing-NAG del que luego sería el Sd.Kfz.6, mittlerer Zugkraftwagen 5t. El conocido como Modell 1 se configuró sobre un chasis del BN L6 y el Modell 2 sobre un BN 10. La superestructura de ambos correría a cargo de la Rheinmetall-Borsig.
Concretamente fijándose en la lámina arriba se aprecia perfectamente la diferencia entre ambos chasis y modelos simplemente contando el número de ruedas de ambos, con cinco el Modell 1 sobre BN L6 y seis el Modell 2 sobre BN 10.
Estos modelos iniciaron su desarrollo ya en 1934, aunque hasta al menos 1936 no fueron completados, con un único prototipo del Modell 1 y tres del Modell 2 (de diferentes medidas entre los tres) equipados con el 7,5 cm L/40.8 Kanone de la Rheinmetall-Borsig, desarrollados como consecuencia de la incipiente carrera blindaje/cañón :
“ En consideración a las posibilidades de defensa contra los más pesados tanques franceses (Char 2C, 3C y D) fue desarrollado un 7,5 cm Kanone auf Selbstfahrlafette siguiendo las órdenes del OKH. El cañón tiene las capacidades del Feldkanone 15 n.A. (¿7.5-cm FK 16 n.A.?), alcanzando una velocidad inicial de 650 m/seg. Disparado a esta velocidad inicial a alcances de 700 metros, la Panzergranate puede penetrar 61 mm de plancha de blindaje impactando a un ángulo de 30 grados desde la vertical. Esto es un 10% más de lo necesario para penetrar los Char 2C, 3C y D.”
Los vehículos en si pesaban algo más de seis toneladas, tenían una superestructura con un blindaje frontal de 20 mm y de 8 mm en los laterales, una torreta con posibilidad de giro completo y una tripulación de cuatro hombres. Se echan en falta más datos sobre estos vehículos en cuanto a munición transportada y otras características técnicas.
Panzer Selbstfahrlafette II – 7,5 cm Kanone L/41 auf Zugkraftwagen
Foto de: “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”. Thomas L. Jentz y H.L. Doyle
Esta de arriba es las más reproducida del apenas puñado de fotos que hay del Panzer Selbstfahrlafette II. Todas ellas (o al menos las que conozco) están tomadas en el norte de África en donde sirvieron los dos únicos vehículos fabricados durante la primera mitad de 1942.
El siguiente modelo, aunque algo posterior a los que acabamos de ver, responde al mismo concepto de semioruga cazatanques de estos e incluso continuó utilizando el mismo chasis derivado del empleado para el Sd.Kfz.6, mittlerer Zugkraftwagen 5t. utilizado en uno de los dos que hemos visto anteriormente, una variante del BN 10, de cinco ruedas y motor trasero. El chasis fue denominado en este caso como HKP 902.
El contrato que inició el desarrollo de este chasis por la Büssing-NAG es como en los anteriores de principio de 1936, aunque de los cuatro vehículos fabricados a partir del mismo sólo dos lo hicieron como Panzer Selbstfahrlafette II, ya en la primera mitad de 1941.
El motor era un Maybach HL45 de 150 CV a 3.800 rpm que movía las once toneladas que pesaba el vehículo hasta los 50 km/h. El armamento principal era un cañón de 7.5 cm L/40.8 montado en una torreta muy amplia de rotación completa, con techo descubierto. El vehículo podía almacenar un total de 35 proyectiles para el cañón. El blindaje era mayor que en los anteriores modelos que hemos visto, alcanzando los 20 mm en el frontal, 14.5/10 en los laterales, 10 en la parte trasera y 10.5 mm en el techo.
El sistema de rodadura era el clásico de la mayoría de los Zugkraftwagen pero en este caso únicamente con cinco ruedas, las tres exteriores macizas (algo muy infrecuente y que sólo se acostumbra a ver en los Demag muy tempranos) y las dos interiores de seis radios, mientras que si vemos a los dos anteriores modelos de cazatanques sobre semiorugas comprobaremos que son similares a las que equipaban al Sd.Kfz.6 de cuyo chasis derivaba el suyo.
Se fabricaron sólo dos vehículos, en esta variante cazatanques, que formaron un pelotón cazatanques pesado, adscrito al Pz.Jg.Ab. 605, y fueron enviados al norte de África adónde llegaron en enero de 1942 dentro del DAK. No hay mucho escrito, o más bien nada, acerca de su comportamiento en combate, más allá del dato publicado de tres tanques enemigos destruidos por uno de ellos y de la captura del otro, ya dañado, por parte de los británicos en fecha sin determinar. El último informe en el que se menciona al único Panzer Selbstfahrlafette II operacional, data de 5 de junio de 1942.
No es que sea muy importante pero cabe un apunte acerca de la nomenclatura de los últimos tres vehículos que acabamos de ver. Los dos 7,5 cm L/40,8 Kanone auf Selbstfahrlafette (Modell 1 y Modell 2) y el Panzer Selbstfahrlafette II – 7,5 cm Kanone L/41 auf Zugkraftwagen.
En el caso de los dos primeros, Jentz en su Panzer Tracts nº 7-1 no hace distingos entre los dos modelos a la hora de nombrarlos, siendo denominados ambos indistintamente como “Modell 1”. Por el contrario, tanto Spielberger en su “Halftracked Vehicles of the German Army”, como Chamberlain en su “Encyclopedia of German Tanks of World War Two” los denominan tal y como hice yo en este artículo, “Modell 1” al montado sobre el chasis BN L6 y “Modell 2” al montado sobre BN 10.
En el caso del Panzer Selbstfahrlafette II que acabamos de ver, tanto Jentz como Chamberlain lo denominan así, pero Spielberger lo hace como Panzer Selbstfahrlafette III.
¿Lo correcto?, quien sabe. Dejo el apunte y el tiempo lo dirá.
Bunkerflak de 88 mm sobre Sonderanhaenger 201 con variante blindada del Zugkraftwagen 8t
Variante blindada de Zugkrafwagen de difícil parangón en otros semiorugas y Panzerjäger posiblemente producto de lo temprano de su desarrollo (1938). Las demás variantes blindadas que encontramos en los distintos modelos de semiorugas, estaban también armadas, bien con Flak o con algún modelo de PaK, mientras que los demás Panzerjäger que vamos a ver tenían el Pak montado sobre el propio vehículo.
Este vehículo sin embargo mantenía la función original para la que fue diseñada, es decir era la cabeza tractora de una pieza de artillería, en este caso un 88 mm. Su configuración como vehículo blindado sólo se justifica por el empleo de un cañón antiaéreo de 88 mm, el famoso Flak 18, modificado para su empleo contra posiciones fortificadas (de ahí su apodo de Bunkerflak, o Bunkernacker) sobre un remolque Sd.Ah.201. Este conjunto estaba diseñado para su empleo contra objetivos terrestres sin necesidad de desmontar el cañón del remolque, mediante el accionamiento de unos brazos de apoyo laterales. Es por esto que su empleo era más similar al de un vehículo de artillería autopropulsada que al convencional de una pieza remolcada, y de ahí la necesidad de blindar, (al estar previsto su empleo en primera línea) al vehículo que hacía las veces de tractor. Por ello el binomio vehículo-cañón en este caso debe de verse como algo singular.
Se empleó fundamentalmente en Francia en 1940, pero fuera de la función original para la que fue concebido, asignado a los Panzerjäger Abteilungen nº 525, 560 y 605; cada uno de ellos equipado con una compañía de doce vehículos con su respectivo Bunkerflak.
La distribución de las planchas de blindaje responde aproximadamente a lo posteriormente habitual, con frontal, cabina de conducción y parte de la superestructura trasera protegidas. Pero en variantes blindadas posteriores de otros semiorugas, la posición de la cabina de conducción no se modificaba, mientras que en esta es evidente que sí se hizo sólo observando la posición de los visores del conductor y comandante, atípicamente elevados con respecto a su posición natural en este modelo y por lo tanto mucho más expuestos.
La superestructura trasera, muy compacta, estaba formado por planchas de blindaje de al menos 20 mm (se echan en falta más datos sobre el tema) que formaban un compartimento atípicamente angosto dotado de una cabina elevada (cerrada por detrás, en su parte superior), con grandes visores frontales y laterales (2+2), para conductor y copiloto y dos portezuelas de acceso al compartimento (con dos grandes topes de caucho), una a cada lado, que abrían hacia abajo (otra característica peculiar. Llama la atención la configuración de las planchas de blindaje en torno al morro del vehículo, sobresaliendo por encima de este, con dos enormes portezuelas de acceso a cada uno de sus laterales.
En la foto también se aprecia el gran escudo con el que iba protegido el cañón, que limitaba el arco vertical del cañón, impidiendo su uso como antiaéreo, así como uno de los brazos de apoyo del 88 mm, en posición retraída.
En la foto superior se aprecia parte de lo comentado anteriormente acerca de la curiosa configuración del vehículo (ideal para un maquetista “imaginativo”). La elevada posición de conductor y copiloto, protegidos por planchas de blindaje en los laterales y al frente, pero sin cubierta superior permanente, más allá de la lona que se aprecia en la foto. Al estilo de los SPW, el compartimento con bancos laterales longitudinales estaba previsto para los sirvientes del cañón. En la parte trasera se situaba el armario con la munición.
Reconozco que no entiendo el por qué de esa disposición elevada del conductor, evidentemente así buscada, con la preceptiva modificación – alargamiento - de la barra de dirección, así como la obligada modificación de pedales y cambio; cuando desde su posición “natural” en el Sd.Kfz.7 su visión no sería obstaculizada por ningún elemento “nuevo”.
No suelo poner fotos de este tipo de fuente, pero creo que esta es muy valiosa para destacar el grosor del blindaje que protegía la superestructura. Puede no parecer demasiado, pero a ojo diría que es de unos 25 mm. Por comparar con algún tanque contemporáneo, el primer Panzer III “moderno”, el Ausf. D de 1938, tenía su máximo grosor de blindaje en el mantelete, con 16 mm. Destacar, de nuevo, la posición elevada del conductor y sus grandes visores.
Arriba vemos una de las fotos más conocidas de nuestro vehículo en Francia, supuestamente, en el verano de 1940. Se aprecia perfectamente el corto brazo de apoyo del Pak de 88 mm en posición recogida y, encima de este, la caja de munición de pronta disposición para tres proyectiles.
Estupenda maqueta la de arriba que nos permite apreciar las singularidades del Flak 18 en su configuración como Pak/cañón de apoyo a infantería, y sus carrillos Sd.Ah.201. Es importante no confundirlo con el Flak 18 clásico. Destacando lo más evidente, vemos la modificación de la plataforma cruciforme, el gran escudo frontal, la eliminación de los receptores luminosos de dirección y altura, (fiando la puntería por tanto sólo al visor telescópico) y el gran armario para proyectiles situado en la parte posterior de la cabeza tractora.
8.8 cm Flak 18 Sfl. auf schwere Zugkraftwagen 12 t
Foto de: De:"Panzerjaeger, development and employment from 1927 to 1941". Thomas L.Jentz y H.L. Doyle. Panzer Tracts nº 7-1.
El vehículo que vamos a ver ahora es un concepto y desarrollo similar y contemporáneo del anterior (1938), con la diferencia de que la pieza de 88 mm, en la variante que nos ocupa ahora, no iba remolcada por el semioruga sino sobre un pedestal fijado a la superestructura trasera del vehículo.
Fueron utilizados en el desarrollo y fabricación de esta variante los chasis de los modelos de la Daimler Benz DB s8 y DB 9, (ojo con esto porque no se utilizó el DB 10, modelo final usado en el Zugkraftwagen 12 t). El montaje utilizado fue el Flak 18 de 88 mm, sobre pedestal, y modificado. al igual que el anterior que hemos visto remolcado por el ZgKw. 8t,. tanto en sus elementos de puntería (usaba la mira Flakzielfernrohr 20 E con tambor de elevación, marcado con escala métrica, para tiro directo) como en su capacidad de elevación, que quedó limitada a un arco de -3 a 15 grados (63), de tal forma que no podía ser utilizado en su habitual rol de pieza antiaérea (pese a que como tal aparece reseñado en numerosas webs y en la bibliografía más generalista). El arco de giro transversal llegaba hasta los 151 grados a cada lado del eje longitudinal del vehículo.
El vehículo que vamos a ver ahora es un concepto y desarrollo similar y contemporáneo del anterior (1938), con la diferencia de que la pieza de 88 mm, en la variante que nos ocupa ahora, no iba remolcada por el semioruga sino sobre un pedestal fijado a la superestructura trasera del vehículo.
Fueron utilizados en el desarrollo y fabricación de esta variante los chasis de los modelos de la Daimler Benz DB s8 y DB 9, (ojo con esto porque no se utilizó el DB 10, modelo final usado en el Zugkraftwagen 12 t). El montaje utilizado fue el Flak 18 de 88 mm, sobre pedestal, y modificado. al igual que el anterior que hemos visto remolcado por el ZgKw. 8t,. tanto en sus elementos de puntería (usaba la mira Flakzielfernrohr 20 E con tambor de elevación, marcado con escala métrica, para tiro directo) como en su capacidad de elevación, que quedó limitada a un arco de -3 a 15 grados (63), de tal forma que no podía ser utilizado en su habitual rol de pieza antiaérea (pese a que como tal aparece reseñado en numerosas webs y en la bibliografía más generalista). El arco de giro transversal llegaba hasta los 151 grados a cada lado del eje longitudinal del vehículo.
En la foto anterior se aprecia el cañón en una posición que parece desmentir la afirmación anterior recogida por Jentz en su PT 7-1 (ver cita) de una elevación máxima del cañón de 15º. Puede ser que Jentz se refiera a la elevación máxima del tubo en condiciones de combate, y la que se aprecia en la foto sólo sea posible de cara al mantenimiento, aunque me resulta extraño.
Ya dije antes que se utilizaron dos modelos distintos de la Daimler para la fabricación de estos vehículos, utilizándose una distinta motorización en ambos. El DB s8 estaba equipado con un Maybach DS O8 de 150 caballos y el DB9 con un Maybach HL 85 TUKRM de 185 caballos que le proporcionaban una destacada velocidad en carretera de 51 km/hora y 21 km/hora en campo a través con una autonomía en carretera de 250 kilómetros con los tanques de combustible llenos.
De nuevo, y como en el vehículo anterior, se echan en falta datos acerca del blindaje con el que estaban equipados estos vehículos, aunque dado que el desarrollo temporal de ambos fue coincidente entiendo que debió ser similar. Lo que desde luego comparten es la posición modificada de la cabina de conducción, sobreelevada sobre la habitual en el Zgkw. de serie, pero en este caso asimétrica, sin puesto para el copiloto. En la superestructura trasera sin embargo carecía, como es lógico dado el volumen del cañón, de reserva de espacio alguna para la tripulación, al contrario que en el vehículo precedente.
En la fotografía anterior, vemos el escaso espacio que quedaba para la tripulación del vehículo y lo expuesto de la misma en condiciones de combate. Se aprecia la gran caja trasera de munición y la estiba precaria de alguna caja a mayores como asiento para la tropa. El bloque de culata y la teja de carga aparecen cubiertos por una lona intuyéndose, más que viéndose, a la izquierda la caja de munición de pronta disposición para tres proyectiles.
Vale la pena traer aquí una reseña de las instrucciones de entrenamiento para el uso del cañón de 88 mm sobre nuestro vehículo:
“The best position for the carriage is when the barrel fires parallel to the direction in which the carriage moves forward or diagonally across the line. If fire has to be opened at right angles to the line of forward movement, care must be taken that the ground beneath it is as level as possible. The recoil from firing in this position causes the carriage to sway. The gun crew must take care to hold on tight” (64)
Se fabricaron un total de diez vehículos de esta variante, que entraron en combate ya desde la campaña polaca, adscritos a la 1.Kompanie del Panzerjaeger Abteilung nº 8. Posteriormente sirvieron en Francia y Bélgica, en mayo de 1940, y finalmente en Rusia en junio de 1941. En enero de 1942 se renombró a su compañía como Panzerjaeger Kompañie 601 y finalmente en abril del mismo año como 3.Kompanie/Panzerjaeger Abteilung (Sfl) 559. Esta última conservaba todavía tres vehículos de los originales en dotación (sólo dos operativos) en agosto de 1942, siendo perdido el último de ellos en marzo de 1943, en lo que fue una vida operacional extraordinariamente longeva para una serie tan corta de vehículos.
Vale la pena reproducir aquí por su interés, un extracto del informe operacional que el Hauptmann Frenzel, comandante de la 1.Kompanie en Polonia, le transmitió al equipo de la fábrica de la Daimler responsable del desarrollo de esta variante:
“The impression was left that because of their greater maneuverability and quicker ability to start firing, these Selbsfahrlafetten accepted by the Heer. Firing position was changed after 2 to 3 shots, so that not a single occurred, because the Polish artillery had no time to engage the target. The troops liked the vehicle so much that it was continuously called on to help, especially to be employed against bunkers. The crew had driven and fired for 21 days, covering a distance of about 6.000 kilometers”.
17 Anexo: Asignación de los Panzerjäger
Como el tema es interesante voy a abrir un paréntesis en el discurrir líneal del artículo para, aprovechando la cuestión de Uge en su día, y la cercana lectura durante este verano de la obra de Peter Müller y Wolfgang Zimmermann; “AssaultGun III. Backbone of the German Infantry. Volume I, history: Development, Productión and Deployement” profundizar un poco sobre el creciente perfil del Sturmgeschütz III (StuG III) como cazacarros, frente a sus orígenes como cañón de asalto, como consecuencia de las sobrevenidas experiencias del frente ruso.
Cabe recordar en primer lugar que hay una notable diferencia entre los StuG fabricados durante la primera mitad del conflicto –hasta febrero de 1942- con los posteriores; los primeros iban exclusivamente equipados con un cañón StuK de 75mm L/24, es decir un cañón “corto” - de baja velocidad inicial en boca - y por lo tanto sólo secundariamente eficaz contra otros blindados (aunque no un inútil completo como frecuentemente se dice) en comparación con los segundos que lo estaban con un cañón largo L/43 y/o L/48. De la gráfica de abajo (con datos tomados de Peter Müller y Wolfgang Zimmermann) se desprende la enorme diferencia entre los volúmenes de producción de unos y otros.
Imagen propia del autor
Müller recoge como en la reunión mantenida el 29/11/1941 entre representantes de la Oficina de pertrechos, de la industria y con la presencia de Hitler, Keitel, Jodl, von brauchitsch, Leeb, Porsche y Todt; quedaban registrados los siguientes primeros comentarios al respecto:
“Assault vehicles belong with the infantry whom they must escort directly. Assault vehicles must be fitted with a gun that is highly effective against tanks. The assault guns must be supplied with more ammunition.”(58)
En palabras del propio Müller:
“La aparición de los tanques soviéticos T-34, KW-1 y KW-II puso de relieve las graves deficiencias de las defensas antitanques alemanas. Con frecuencia, la artillería de asalto tuvo que apoyar el esfuerzo antitanque lo mejor posible. Rápidamente quedó claro que la silueta baja de los vehículos y su pesado blindaje los hacía admirablemente adecuados para este propósito."
Los esfuerzos para mejorar las cualidades antitanque del StuG se vieron traducidos en abril de 1942 con los primeros nueve vehículos equipados con el cañón de 75 mm “largo”, el 7,5 cm StuK 40 L/43; vehículos que fueron adscritos al StuG. Abt. “Grossdeutschland” y con los cuales, en palabras (un punto exageradas) de Müller: “the first truly capable tank destroyer was created”.
Ya hemos visto anteriormente como tras el nombramiento de Guderian, a principios de 1943, como Inspector General de las Panzertruppen, este intentó conseguir los cañones de asalto para su arma, sustrayéndolos en consecuencia de la Artillería, a la cual pertenecían, sobre todo en un principio con vistas a reequipar unidades Panzer, cortas de reemplazos, hasta que los nuevos Panther y Tiger estuvieran disponibles en suficientes cantidades. Como también hemos visto, Guderian “únicamente” consiguió que se le adscribieran 100 vehículos al mes. Entrecomillo porque realmente 100 vehículos era una cantidad relevante en un mes, mayo de 1943, en que la producción conjunta, de StuG y StuH, fue de 310 vehículos.
Los porcentajes de reparto de los StuG en las distintas unidades, en diciembre de 1943, que nos ofrece Müller(59), son de los más relevante a la hora de entender la pérdida de peso experimentada por el arma de artillería a la hora de la adscripción de los cañones de asalto de los cuales, hasta la llegada de Guderian al inspectorado, habían tenido la exclusiva:
• 54 % de los vehículos en unidades de artillería de asalto.
• 25,3 % en unidades de tanques.
• 5,5 % en unidades Panzerjäger de Divisiones de Infantería.
• 2,2 % en Divisiones de la Luftwaffe.
• 13 % en las Waffen-SS.
De los porcentajes superiores, entiendo que al hacer hincapié en que el 5,5% estaban en Batallones Panzerjäger de las Divisiones de Infantería, parte de los destinados en unidades Panzer podrían estar a su vez adscritas a este tipo de misiones dentro de los Pz.Jg.Abt. y no sólo a los StuG.Abt. de las mismas, aunque no es relevante tampoco, ya que, en las mismas, de un modo u otro sus misiones habían dejado de ser las propias de un cañón de asalto.
El General Fritz Lindeman, comandante en jefe por entonces del arma de artillería, se lamentaba del hecho consumado de la pérdida de gran parte de los vehículos previamente destinados a sus unidades. En enero de 1944 las cifras de cañones de asalto en manos de la artillería se habían reducido desde el 54 % hasta un 46 %:
“In the long term, however, it is not a satisfying situation for a weapon system to be deployed in operations for which technically it was not originally designed.”
En palabras de nuevo del propio Müller, a mediados de 1944:
“Reforzar la artillería del ejército con cañones de asalto adicionales condujo al debate sobre los objetivos de equipamiento de las unidades cazacarros. En ese momento, la cuenta se incrementó hasta los 3.988 StuG y cazatanques en la primavera de 1945. El objetivo de equipamiento para agosto de 1945 era de 6.518."
Bueno, pues pasemos de nuevo a Guderian y su perseverancia. No sé si recordáis esta cita de él, un poco más atrás en el hilo, en la conferencia de Vinitsa de 9 de Marzo de 1943::
“La defensa antitanque se convertirá más y más en la principal tarea de los cañones de asalto, dado que las otras armas antitanque tienen poco efecto en los nuevos tanques enemigos o están expuestas a grandes pérdidas, (…) por lo tanto, todas las Divisones en los frentes principales, necesitan un suministro asegurado de esta arma, mientras las de los frentes secundarios proporcionarán reservas de cañones de asalto al alto mando y en un principio se equiparan con Pak autopropulsados. (…) Los nuevos cañones de asalto pesados deberían de ser usados sólo en los frentes principales y para determinadas tareas. Son, antes que nada, destructores de tanques.(60)”
El 2 de junio de 1944, en un informe al Jefe del Estado Mayor, Guderian insistía:
“Varios informes me indican que, en algunos casos, hay errores de concepto en el despliegue y la asignación de los StuG.Abt. antitanques.
Esto me da pie a establecer la siguiente posición:
4. La decisiva significación de las defensas antitanque precisa de un cambio fundamental en el armamento de las unidades cazatanques. Consecuentemente, bajo mis órdenes, se inició la reconstitución de los Pz.Jg.Abt., siendo el primer objetivo la conversión de una compañía por batallón, a cañones de asalto o cazatanques.
5. Bajo ninguna circunstancia, el equipar a las unidades cazatanques con esta arma significa un cambio en las misiones de esta sino, a lo sumo una ampliación de las mismas. Esto ya fue claramente establecido en el Boletín 75/3 “Directrices para el despliegue y el uso de las Compañías cazatanques 7,5/IV (nuevas)” de fecha 2/10/1943: “La misión principal de las unidades de Cañones de Asalto antitanques es la destrucción de los tanques enemigos, los más peligrosos adversarios de nuestra infantería….”
6. En consecuencia, las unidades de Cañones de Asalto antitanques no tienen que asumir las misiones de la artillería de asalto sino que, sencillamente, tienen que convertirse en verdaderos cazatanques. (61)”
En definitiva, desde 1943 y hasta el final de la guerra, el StuG III, fue utilizado indistintamente y en porcentajes variables, crecientes al principio, como cazatanques tanto en los Pz.Jg.Abt. de las Divisiones de infantería, en los Pz.Abt. de las Divisiones de Panzergranaderos e incluso sustituyendo directamente a tanques en unidades Panzer, no como medida improvisada o sobrevenida en el frente sino contemplada como tal en las tablas de organización, y sus variantes, de las unidades anteriores. En ellas vemos como se utiliza indistintamente el término de Cañón de Asalto/Jagdpanzer para referirse tanto al StuG III, al Jagdpanzer 38(t) o al Jagdpanzer IV a medida que estos dos últimos entraban en servicio creciente en las unidades en el último año de la guerra.
18 Referencias
(1) Datos usados en las gráficas extraídos de “World War Two Tanks and Fighting Vehicles. The Complete Guide”, de Leland Ness. HarperCollinsPublisher. 2002.
(2) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág.18
(3) “Untersuchungsausschusses der Deutschen Reichtages, 1919/1928”. Citado en Corum, pag.22.
(4) “World War I: encyclopedia, Volumen 1”. Spencer Tucker, Priscilla Mary Roberts, pag 655.
(5) Corum, pag. 22.
(6) Fuller, “Tanks in the Great War”, pag 171. Citado en Corum, pp 22-23.
(7) James S. Corum “A clash of Military cultures: German & French approaches to technology between the World Wars” . USAF School of Advanced Airpower Studies, pag. 30.
(8) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág.XIII..
(9) James S. Corum “A clash of Military cultures: German & French approaches to technology between the World Wars” . USAF School of Advanced Airpower Studies, pag. 18.
(10) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”; pp. 20-21.
(11) Richard J. Shuster. “German disarmament after World War I: the diplomacy of international arms inspection, 1920-1931”, pág 73.
(12) En http://www.globalsecurity.org/military/ ... upp-04.htm
(13) Fundada en enero de 1925, oficialmente Junkers controlaba solo el 50% de la compañía, máximo permitido por la normativa sueca para inversores extranjeros, pero en la práctica controlaba un 32% adicional a través de testaferros de nacionalidad sueca.
(14) E. J. Gumbel, “Inspection For Disarmament”. Columbia University Press, 1958, pág 203-219.
(15) Para el que tenga curiosidad, un enlace interesante: http://www.dutchsubmarines.com/export/export_ivs.htm
(16) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”; pp. 80-84.
(17) Mas allá de la bibliografía referenciada, más extensa, a quien le pueda interesar tiene un breve pero interesante artículo en http://www.feldgrau.com/articles.php?ID=23
(18) F. L. Carsten, Francis Ludwig Carsten “The Reichswehr and politics, 1918 to 1933”. University of California Press, 1973, pag 236.
(19) Se pueden consultar las distintas escuelas y centros de entrenamiento abiertos en Rusia durante el periodo 1922-1933 en http://www.axishistory.com/index.php?id=10182
(20) Supongo que Volckheim hace referencia al 7.7cm Feldkanone, aunque pudiera ser también el 7.62cm Infanteriegeschütz L16.5 utilizado por los batallones de asalto.
(21) James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform", pág 129.
(22) En Timothy A. Wray, “Standing Fast: German Defensive Doctrine on the Russian Front during World War II, Prewar to March 1943”, U.S. Army Command and General Staff College. Fort Leavenworth, Kansas. Library of Congress Cataloging in Publication Data. Pags. 16-18.
(23) Robert M. Citino. “The Path to Blitzkrieg. Doctrine and training in the German Army, 1920-39”, pág. 203.
(24) U.S. War Department Technical Manual TM-E 30-451: “Handbook on German Military Forces” ; March 1945, pág IV-25
(25) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”, pág 141.
(26) “Zapis’ Besedy Narkomvoenmora t. Voroshilova s Nachal’nikom Genshtaba (truppenamt) Reikhsvera gen. Adamom. (19.XI.31 –19-22.10,” RGVA, f. 33987, op. 3, d. 375, ll. 26-32, citado en Habeck pág 141- 142.
(27) Inspector de las tropas motorizadas en 1926 y posteriormente sustituido en 1929 por von Stülpnagel cuando Bockelberg fue nombrado responsable del Heereswaffenamt. Acuñó el término Kraftfahrkampftruppen para referirse a las tropas de combate motorizadas.
(28) Mary R. Habeck ,“Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”, pág 142.
(29) Citado en Habeck. Ludwig Ritter von Eimannsberger, “Panzertaktik,” Militär-Wochenblatt, no. 26 (8 January)
(30) Ib.idem. Major Sieberg, “Untitled commentary on fighting in Spain”, Militär-Wochenblatt, no. 33 (11February 1938):pag. 2097.
(31) En Habeck, pág 265.
(32) Revue militaire française nº 168, año 105 (pags 359-386). Publicada en junio de 1935. Capitaine X: “Analyse de l’ouvrage du general autrichien von Eimannsberger: “La Guerre des Chars (Der Kampfwagenkrieg)”.
(33) Jonathan M. House, “Toward Combined Arms Warfare. A Survey of 20th-Century Tactics,
Doctrine, and Organization”, Research Survey. Combat Studies Institute; nº 2 . Pág.42.
(34) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pág. 7-19.
(35) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág 48.
(36) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pp. 7-46/7-52.
(37) Al comienzo de la guerra en varias Divisiones Panzer alemanas había dos brigadas, una Panzer-Brigade y una Schützen-Brigade, cada una con dos regimientos.
(38) “Heeresdienstvorsschrift 487, Führung und Gefecht der verbundenen Waffen” (Berlín: Verlag Offene Worte, 1921, 1923, 1925). Citado en Corum, pág. 208.
(39) Truppenamt T-4, War Games, 1926-1927, File RH 2/2822, Bundesarchiv/Militärarchiv, Freiberg im Breisagau. Op.Cit, pág.210.
(40)Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág 10.
(41) Ibid. pág . 13.
(42) Kstn es el acrónimo por el que eran conocidas las distintas tablas de organización alemanas según las cuales se tenían que organizar las distintas unidades.
(43) A quien le interese con mayor detalle, la puede consultar en la magnífica web de Christoph Awender: http://www.wwiidaybyday.com/kstn/kstn184c1nov41.htm
(44) Otros modelos de vehículos usados como Kf. 12 serían, entre otros, los: Horch 901 - Mercedes-Benz 200, 260, 290, 320 - Wanderer W11, W14 - Adler Favorit, Standard 6, 3 Gd - Phänomem Granit 25 - Stoewer M12.
(45) http://www.lexikon-der-wehrmacht.de/Gli ... derung.htm
(46) Kstn 1148 de 2 de abril de 1940 para la organización de los pelotones.
(47) Kstn 1146 de 1 de febrero y de 1 de noviembre de 1940.
(48) Kamen Nevenkin, “Fire Brigades. The Panzer Divisions 1943-1945”, J.J. Fedorowicz Publishing, Inc., 2008, pág. 34.
(49) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág. 74.
(50) Op. Cit., pág. 114.
(51) Thomas L. Jentz & H.L. Doyle, “Panzer Tracts nº 7-3. Panzerjaeger (7,5 cm Pak 40/4 to 8,8 cm Waffentraeger) development and employment from 1939 to 1945”, pág. 7-213.
(52) Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book., pág. 134.
(53) Op.Cit., pág 126.
(54) http://www.lexikon-der-wehrmacht.de/Gli ... derung.htm
(55) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941” p. 7-3.
(57) Thomas L. Jentz y H.L. Doyle “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”, pag. 7-8.
(58) Peter Müller, Wolfgang Zimmermann; “AssaultGun III. Backbone of the German Infantry. Volume I, history: Development, Productión and Deployement”. History Facts, Andelfingen 2009, pág 167.
(59)“OKH, Gen.d.Art.b.Chef.Genst.d.H., 2600/43 g.Kdos. : Entwicklung der Sturmartillerie: 23/12/1943.” Citado en Müller, pág 188-189.
(60)Citado en Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book, pág. 114.
(61)“Der Generalinspekteur der Panzertruppen 6980/44: Verwendung von Panzerjäger-Sturmgeschütz-Abteilungen: 2.6.1944”. Citado en Müller, págs. 198-200.
(63) "Panzerjaeger, development and employment from 1927 to 1941". Thomas L.Jentz y H.L. Doyle. Panzer Tracts nº 7-1, pág. 7-30.
(64) Ibid.
19 Bibliografía
- Mary R. Habeck, “Storm of steel: the development of armor doctrine in Germany and the Soviet Union, 1919-1939”; (Cornell University Press, 2003).k
- Jonathan M. House, “Toward Combined Arms Warfare. A Survey of 20th-Century Tactics,
- Doctrine, and Organization”, Research Survey. Combat Studies Institute; nº 2 .
- James S. Corum, "The Roots of Blitzkrieg: Hans von Seeckt and German Military Reform". University Press of Kansas, 1992.
- James S. Corum, “A clash of Military cultures: German & French approaches to technology between the World Wars”. USAF School of Advanced Airpower Studies. Septiembre 1994.
- Richard J. Shuster, “German disarmament after World War I: the diplomacy of international arms inspection, 1920-1931”. Library of Congress Cataloguing in Publication Data, 2006.
- Thomas L. Jentz & H.L. Doyle, “Panzer Tracts nº 7-1. Panzerjaeger (3,7 cm Tak to Pz.Sfl.Ic) development and employment from 1927 to 1941”.
- Thomas L. Jentz & H.L. Doyle, “Panzer Tracts nº 7-3. Panzerjaeger (7,5 cm Pak 40/4 to 8,8 cm Waffentraeger) development and employment from 1939 to 1945.”
- Timothy A. Wray, “Standing Fast: German Defensive Doctrine on the Russian Front during World War II, Prewar to March 1943”, U.S. Army Command and General Staff College. Fort Leavenworth, Kansas. Library of Congress Cataloguing in Publication Data.
- Robert M. Citino, “The Path to Blitzkrieg. Doctrine and training in the German Army, 1920-39”. Stackpole Military History Series.
- Werner Oswald, “Kraftfahrzeuge und Panzer der Reichwehr, Wehrmacht und Bundeswehr”. Motorbuch Verlag (Stuttgart).
- Peter Chamberlain & Hilary L. Doyle, “Encyclopedia of German Tanks of World War Two. A complete illustrated directory of German battle tanks, armoured cars, self-propelled guns and semi-tracked vehicles, 1933-1945”. Arco Pub. Co., 1978
- Thomas B. Gukeisen, “The operational art of blitzkrieg: its strengths and weaknesses in systems perspective”. School of Advanced Military Studies. Fort Leavenworth, Kansas.
- F. L. Carsten, Francis Ludwig Carsten, “The Reichswehr and politics, 1918 to 1933”. University of California Press, 1973.
- E. J. Gumbel, “Inspection For Disarmament”. Columbia University Press, 1958.
- Wolfgang Fleischer & Richard Eiermann, “German Anti-Tank (Panzerjäger) Troops in World War II”, Schiffer Military History Book.
- Werner Haupt, “German Anti-Tank Guns, 1935-1945”, Schiffer Military History, vol.24. Stuttgart, 1990.
- Leland Ness, “World War Two tanks and fighting vehicles. The complete Guide”, HarperCollinsPublisher. 2002.
- Bryan Perrett, “Sturmartillerie & Panzerjäger 1939-45”, New Vanguard 34. Osprey Publishing, 1999.
- Waldemar Trojca & Karlheinz Munch, “Pak at War”, Trojca, Katowicw-Speyer, 2005.
- Waldemar Trojca, Karlheinz Munch & Markus Jaugitz, “Panzerjäger, Technical and Operational History”, Volumen 1. Trojca, Katowicw-Speyer, 2008.
- Waldemar Trojca, Karlheinz Munch & Markus Jaugitz, “Panzerjäger, Technical and Operational History”, Volumen 2. Trojca, Katowicw-Speyer, 2009.
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